Un año del primer caso de coronavirus en Valladolid

A. G. Mozo
-

Un ingeniero iraní de visita en Cidaut se convirtió, un 27 de febrero, en el primer positivo de Valladolid. El 4 de marzo, una enfermera en prácticas era el segundo. Y el día 8, una médica que trabajaba en Madrid, el tercero. Hoy van más de 47.000

Ambulancia y Guardia Civil en Cidaut, tras el positivo del ingeniero iraní. - Foto: Ical

La pandemia del SARS-CoV-2 celebra hoy su primer aniversario en Valladolid, después de haber contagiado a más de 47.000 personas (casi el 1% de la población). Hoy hace un año que el coronavirus entró (oficialmente) en circulación en la provincia, aunque nadie sabe con certeza cómo empezó todo, ni desde cuándo podía haber asintomáticos repartiendo partículas del maldito covid-19.

En los libros de historia, la fecha de entrada de la pandemia en Valladolid será siempre el 27 de febrero. Ese fue el día en el que empezó todo con aquel ingeniero iraní de 32 años que estaba de visita en Cidaut junto a cinco compañeros y que empezó a sentirse mal y tener fiebre, un cuadro compatible con el aún desconocido virus de Wuhan y que ya había irrumpido en Irán.

Ingresó en el Hospital Río Hortega y Sacyl no tardó en confirmar que era positivo en covid-19. Sus compañeros, contactos estrechísimos durante el viaje, fueron aislados y sometidos a las mismas pruebas, aunque dieron negativo. Tampoco salieron más contagios de las instalaciones de Cidaut, que fueron blindadas durante doce horas por la Guardia Civil para tratar de contener a un virus que ha demostrado ser prácticamente incontenible.

LA ENFERMERA Y LA MÉDICA

El segundo caso no tardaría ni una semana en aparecer. Una estudiante de Enfemería de la Universidad de Valladolid que realizaba ya prácticas en el área de Neonatos del Hospital Río Hortega daba positivo el 4 de marzo. La joven, de 21 años y que vivía en una pequeña residencia juvenil que hay en la sede de la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, daba positivo también tras presentar síntomas.

Lo mismo ocurriría, el 8 de marzo, con una médica vallisoletana que trabajaba en Madrid y que había regresado ese fin de semana para ver a su familia. Dio positivo en covid-19 en unos días en los que prácticamente se ponía nombre y apellidos a cada nuevo positivo que surgía.

El 11 de marzo se confirmaría el cuarto caso, el primero de los centenares de positivos anónimos que han ido irrumpiendo durante este último año en el que la pandemia ha llevado a más de 7.500 personas al hospital y que se ha llevado por delante más de 1.700 vidas.

LA ECLOSIÓN: 293 EN UNA SEMANA

Los servicios de Microbiología iban aislando las muestras nasofaríngeas que les llegaban para hacer las preceptivas pruebas PCR en busca del nuevo virus y pronto llegaría una eclosión inaudita. El día 12 se conocían siete positivos de golpe, el 13 otros diez y el sábado 14, el día en que Pedro Sánchez anunciaba el estado de alarma y el confinamiento, otros 19. El fin de semana se cerraba con otros 16 positivos para arrancar la primera semana de confinamiento con 56 contagiados en Valladolid. El estadillo de casos sería de tal calibre que en los siguientes siete días se declararían 293 positivos. Y más de medio millar en la siguiente, cuando los hospitales sufrían ya lo peor de una primera ola que les llevó al colapso y que ha tenido dos réplicas, una moderada y otra aún más dura que aquella, de la que Valladolid todavía se está recuperando, con el temor a que una relajación en las medidas pueda provocar una cuarta antes de que la vacunación se generalice para tratar de contener a este virus que hoy cumple un año a orillas del Pisuerga.