Se busca adiestrador de perros

M.B
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El Ayuntamiento trata de cubrir el puesto, ahora temporal, de amaestrador de perros del Centro Municipal de Protección Animal. La primera convocatoria quedó desierta y ya se prepara una segunda

El adiestrador de perros es para el Centro Municipal de Protección Animal. - Foto: J.TAJES

'Se busca adiestrador de perros’. Así leído parece un anuncio de los que hace no muchos años llenaban páginas y páginas de periódicos, a través de los cuales empresas, instituciones o personas particulares buscaban un servicio puntual. En este caso no es un anuncio en un periódico. Ni algo puntual. Es el Ayuntamiento de Valladolid el que busca cubrir ese puesto en el Centro Municipal de Protección Animal. Puesto de nuevo cuño desde el pasado año y ahora mismo de carácter temporal. 

El primer intento no obtuvo respuesta. En abril de este año se aprobó el expediente para la contratación de ese adiestrador canino pero, tras el plazo de presentación, el concurso quedó desierto. Ahora, el Consistorio ya trabaja para un segundo intento que confía le lleve a encontrar a un amaestrador, teniendo en cuenta que hay varias personas interesadas ya, por dos años.

El Centro Municipal de Protección Animal cuenta con cerca de una treintena de perros y desde el año pasado con una persona que se encarga, unas horas al día, del adiestramiento, en el caso de que así sea necesario, de los canes. «A veces llegan animales con algunos traumas, como aversión a los humanos, tanto a hombres como a mujeres, o a usar correa. El objetivo es, entonces, no solo que estén sanos si no que salgan libres de miedos o de esos traumas», explica Mario González-Posadas, veterinario del Centro, recordando que una de las cinco libertades del bienestar animal es la de «libre de miedos y angustia».

Y ahí entra en juego el papel de este adiestrador canino. «Para la educación y corrección de la agresividad y de otras conductas inadecuadas en los perros del Centro Municipal de Protección Animal facilitando, así, su cesión», rezaba en el pliego de esa licitación municipal de hace un par de meses.

Los animales que llegan al Centro pasan por una primera evaluación del servicio de recogida. Una vez en sus instalaciones están unas 48 horas en observación en una zona apartada, donde se comprueba desde si tienen parásitos hasta ese posible comportamiento complicado. Si se viese algo anormal, el adiestrador se encargaría de hacer un informe y, posteriormente, trabajar para redimir esos comportamientos. «Se les intenta reconducir para su futura vida en adopción. Porque que a nadie se le olvide que la labor del Centro es dar una nueva vida a los animales», recuerda Mario.

El local de la calle Padre Bernardo Hoyos cuenta con una zona ajardinada donde el adiestrador trabaja con los perros: «Se tienen que acostumbrar a cosas básicas». Así en el concurso del contrato se recogía que la persona seleccionada debía usar el refuerzo positivo, con una recompensa de un comportamiento deseado justo después de que suceda; el clicker, basado en el uso de un dispositivo para hacer un ruido rápido y agudo, como un silbato o un ‘click’ para avisar a un perro de que ha realizado un comportamiento deseado; y el método espejo, una técnica en la que los perros aprenden por observación (por ejemplo, al proporcionar al perro la compañía de otro perro ya adiestrado se ayuda al perro novato.

«No es lo de la televisión», responde rápido el veterinario del Centro: «Aquí hay un trabajo menos visual y más a largo plazo. Se podría decir que es también algo psicológico», añade.

Así que ya saben: se busca adiestrador municipal.