Saravia pide racionalizar el debate sobre la integración

M.Rodríguez
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El concejal de Planeamiento del Ayuntamiento de Valladolid, Manuel Saravia, apunta en una entrevista que el soterramiento es una propuesta "que parece que vende y el PP se ha metido en ella porque se ha quedado descolocado»

Saravia pide racionalizar el debate sobre la integración - Foto: Jonathan Tajes

Manuel Saravia no tiene dudas. Su opción para coser la sutura de las vías del tren es el proyecto de integración. El concejal de Planeamiento no entiende por qué se ha reabierto nuevamente el debate sobre el soterramiento y, sobre todo, lamenta que se haga con impresiones y no con estudios y proyectos de viabilidad. Reprocha al PPque lo utilice ahora para su propio beneficio, pero también reconoce que las críticas seguirán porque los problemas en los pasos que están en marcha, como el de Labradores, aparecerán porque advierte que es «inevitable». 

¿Le llamó la atención que la intervención de la Federación de Asociaciones de Vecinos Antonio Machado en el Pleno cuestionara los plazos fijados en el proyecto de la integración?

No voy a comentar la exposición que hicieron los vecinos. Me parece muy particular el resumen que hicieron. Además, estoy viviendo que cuando digo una fecha, que siempre suelo apretar hacia menos, se use como que el cumplimiento de esos plazos tiene una implicación vital. Eso me hace pensar qué pasaría si digo que se tardaría tres años o meses cuando son dos, entonces estoy seguro que no pasaría nada. Siempre tiendo a apretar los plazos, también lo hago por optimismo, por intentar ver que se va a hacer pronto. ¿Es tan significativo? Entiendo que siempre habrá mil problemas.

¿Como en el caso de Labradores?

En este caso los vecinos dijeron que es una obra prevista en 20 meses y que llevamos tres y no se ha movido nada. No, no llevamos tres. Hace tres meses fue la adjudicación. La firma del contrato fue el 3 de junio y había otro mes para el acta de replanteo. Es verdad que ha habido un problema, pero ha sido en las últimas semanas con la autorización de Adif, que aplica unos protocolos muy exigentes en todas las obras que le implican para garantizar la seguridad. Lo que es evidente es que estamos muy encima de este proyecto, que no se ha parado en ningún momento y que se está llevando adelante todo el planteamiento previsto para la integración.

¿Y ya no hay ningún problema con las obras de Labradores?

Va a haber muchos problemas, claro que los habrá. Las obras cuando empiezan no es que entre la maquina. Lo primero que se dijo en este intento del PP y Vox, que van de la mano, para paralizar esta obra es que era necesaria la autorización de Patrimonio. Y Patrimonio lo que nos dijo es que, en su momento, habría que autorizar los sondeos. Ahora ya están autorizados y hay que hacerlos. 

Están trabajando los topógrafos para estudiarlo todo para cuando vengan las maquinas pilotadoras. Y lo primero que se moverá será el saneamiento de la avenida de Segovia. La obra ya ha empezado, pero no se verá todavía un agujero.

Los vecinos cuestionaron la capacidad de gestión de la sociedad VAV para ejecutar el proyecto.

El ‘invento’ de las sociedades de gestión, que se hicieron al inicio de los 2000 para toda España, ha derivado en muchos problemas y fracasos muy similares entre todas. Hace pocas semanas hubo una jornada en Madrid, y una de las cosas que planteaban es que las sociedades hacen de intermediarias y al final, en muchos casos, son un problema añadido porque en vez de resolverlos la administración que lo está gestionando tiene que hacer el bucle con la sociedad. Eso es algo con lo que estamos ahora también. 

Pero, por otro lado, es que estas sociedades lo fiaban todo a la venta de suelo, que sube y baja, lo que genera incertidumbre. Por eso en el convenio de 2017 fijamos aportaciones de las tres administraciones para poder ir haciendo las obras, al margen de que luego haya que vender los suelos para poder devolver la deuda, en el caso de Valladolid.

¿Tienen ya la nueva tasación del suelo liberado en los antiguos talleres de Renfe?

No, no está concluida. Está a punto. En la tasación de los suelos hay varias opciones. Puede estimarse la venta inmediata y fijar un valor, pero también se pueden vender los suelos en un tiempo, ya urbanizados, y el valor cambia. Todos no se pueden vender a la vez, hay que ir dilatando la venta y ver cuánto valdrían a lo largo de ese tiempo. Este es un debate que no se suele tener. Oigo decir que valen tanto, pero en cuál de esos escenarios. Y me hace gracia porque he leído carteles que dicen que el soterramiento vale 190 millones y la integración 900. ¡Hombre! Se puede debatir, pero con los números, explicando todos los detalles y todas las opciones. Y sin embargo estamos con estos otros debates en el Pleno.

Cuando apostaron por la integración, ¿esperaban esta presión conforme se ejecutara o surjan problemas? ¿Les preocupan más que el debate del soterramiento?

El caso de Andrómeda, que lleva muchísimo retraso, es paradigmático porque se ha encontrado con muchísimos problemas. El otro día me decía un técnico que todos los problemas que se podían haber dado los está habiendo en Andrómeda, hasta con los suelos. Muchas veces los retrasos no son de mala gestión, son de problemas y añadidos.

Pero, ¿les preocupa más que el debate del soterramiento?

Estamos con los proyectos de los túneles del norte, que se están aprobando, pero estamos haciendo una supervisión muy exigente y en lo que nos presentan hay que cambiar cosas. Si no hubiese que hacer esto, se aprobaban inmediatamente. Y eso es buen planteamiento, un seguimiento minucioso. Y por eso es un debate un tanto endiablado.

Pero poco a poco las asociaciones vuelven a reclamar soterrar. ¿Les han trasladado este argumentario?

Me reuní con la Federación para hablar de este tema hace poco más de un mes y me preguntaron de todo. Y luego está el compromiso de Pilar del Olmo en el debate de investidura, que avaló la opción de la integración, aunque reconozco que eso no quiere decir que avalara todo. Pero, es verdad, que no se rechazó. Y ahora el PP, que se ha quedado descolocado, se suma a Vox, algo que veo poco noble. Se comprometió al inicio del mandato a no hacer estos debates, pero cuando han visto que las cosas no van bien pues se han metido, pero con muy pocos argumentos. En el Pleno les pedía que me dijeran qué cuentas han hecho.

¿No tienen ninguno?

Me hace gracia. Lo del soterramiento es una propuesta que parece que vende. Hubo una propuesta de la Asociación Vallisoletana de Constructores (Aveco), que generó muchos titulares de que se podía hacer y era viable económicamente. Les llamé para pedirles los estudios en que se basan y no tienen nada, no han hecho ni un número. Es una impresión. Así que seamos serios. Es una obra que ha tenido muchísimos problemas como para ahora decir que se trata de voluntad política.

¿Se han olvidado ya todos esos problemas?

En 2017 se planteó el cambio de proyecto porque Adif instó a la liquidación de la sociedad. Si se hubiera liquidado, el interventor advirtió de la catástrofe para el Ayuntamiento, que tendría que haber pagado por no hacer nada y se habría frenado el traslado de los talleres. Recuerdo que planteamos una propuesta de soterrar para financiarla por fases, pero tuvimos que cambiar el modelo. Algunos piensan que es útil para sus intereses y utilizan la dinámica de los agravios comparativos, de si se hace en un lado y por qué no en otro. Por eso me empeño en ver qué se está haciendo en Europa.

El soterramiento y ahora la integración van a cambiar la ciudad, pero parece que no se siente como un tema de ciudad. ¿Por qué?

La cuestión del soterramiento es una actuación urbanística, no es más. La ciudad no cambia aunque se cuente que el ferrocarril la divide en dos, sobre todo en el tema de la renta. No es verdad. En el mapa con el nivel de renta por barrios se ve que no es así. Y sin embargo se dice. Es una infraestructura, en la que hay que elegir y la solución que se plantea es buena. La permeabilidad es buena porque depende del ritmo en que se cruzan las infraestructuras, igual que con los puentes, y nadie dice que no haya permeabilidad a uno y otro lado del Pisuerga. 

Y para el viajero es mucho más agradable llegar en un tren en abierto. Eso también hay que tenerlo en cuenta. Y el aspecto cambiará para los propios vecinos porque ya no habrá tapias oscuras. Los trenes hacen menos ruido que algunas de las infraestructuras rodadas que hay en la ciudad, y solo pasarán los de viajeros a una velocidad lenta. Hay que verlo todo. Y es una solución buena.

Pero la ideal para muchos es el soterramiento.

Para mí, no. Yo creo que no. El soterramiento es una solución de urbanización, pero hay más. Hay que debatirlo en ese ámbito, no en el de decir que el soterramiento es el paraíso y cualquier otra cosa es mala.

Los vecinos también critican que no haya un planteamiento global para los bordes de la vía.

Por qué es mejor tener previamente un proyecto conjunto o hacerlo por trozos. Este es un proyecto complejísimo. El problema de esta actuación es que hay que ir con mucho detalle y lo vamos haciendo por tramos. Por ejemplo, la solución en el paso de Padre Claret creo que es muy buena: ancha, con espacio verde… y el borde está muy bien tratado.

¿Tiene alguna otra ventaja la integración frente a soterrar?

Una muy importante en el tema de los Cercanías. Con el soterramiento desaparecía la vía de cercanías, se dejaban dos vías rápidas y ahora se mete una tercera vía para los trenes de cercanías. Eso está muy bien. Por eso digo que el debate no es de lo bueno y lo malo. Yo creo que las decisiones responsables conllevan ver lo que puede ser más eficaz para cumplir los objetivos y cómo hacerlo de una manera lo más razonable posible.

Por eso le duelen tanto las críticas.

He leído, por ejemplo, críticas sobre las rampas de Pilarica. Hay muchísimas calles que tienen más pendiente, y nadie dice nada. El ejemplo más claro es la Bajada de la Libertad, que tiene la misma o más pendiente que la plaza de Rafael Cano, y todo el mundo lo ve normal. Vamos a racionalizar el debate.

¿Espera que estas críticas se apaguen al abrir los nuevos pasos?

Pues no lo sé. Pensaba que eso iba a pasar con el paso de Rafael Cano, pero quien cree que puede sacar rédito lo utiliza.

Se lo pregunto porque por delante tiene dos años complejos y luego ya no podrá ver como concejal el resultado de su proyecto.

Bueno, sí. Es lo que pasa con todas las cosas que no tienen un plazo muy corto de resolución. Es normal, se pasa de uno a otro responsable.

¿Cómo va la tramitación del suelo liberado en los antiguos talleres?

Ahí tenemos también otro problema: tenemos la capacidad que tenemos. Muchas veces hay que hacerlo desde aquí porque no se puede contratar fuera. Y es mejor controlarlo desde el Ayuntamiento. Por ejemplo, el director del área de Planeamiento supervisa la obra del paso de Labradores. Y lleva mucho tiempo. 

Además, últimamente muchas de las cosas que tramita la sociedad Valladolid Alta Velocidad las estamos haciendo desde el Ayuntamiento. A mí me habría gustado que fuera más avanzada la descontaminación de esos suelos, pero primero tenemos que contar con ellos. Ya aprobamos el proyecto de actuación, pero ahora hay un recurso y lo tenemos que resolver.

¿Esa actuación es una de las más determinantes para visualizar el cambio de la integración? ¿Qué plazos se manejan?

Poder ver demoliciones y descontaminación creo que no tardará mucho. Una vez que se resuelva el recurso no tiene por qué tardar mucho el resto.

Al margen de este proyecto, tiene otros frentes como el del Campus de la Justicia. ¿Ya se ha puesto a disposición del Ministerio? ¿Ya están trabajando en el proyecto?

Sí. En el Ministerio nos han pedido datos y creo que el punto siguiente es que los técnicos empiecen a elaborar el proyecto.

Otro proyecto que se ha vuelto a reactivar con fuerza es el del Parque Agroalimentario, que también depende en parte de la operación ferroviaria. ¿Se dejará encauzado este mandato?

Lo estamos hablando con la Junta, que están muy receptivos. Lo apoyan claramente. Y la intención es redactar un plan regional, que lo estamos haciendo desde aquí, y presentarlo en la Junta, que es quien lo tiene que tramitar.

¿Será un revulsivo para la actividad económica?

Es aprovechar la situación de Valladolid, especialmente la relación entre lo agroalimentario y la logística porque la situación geoestratégica de la ciudad es una oportunidad. Y es en lo que estamos trabajando y quedará bastante encauzado este mandato.

Junto con este parque, están potenciando la venta y cesión de suelo industrial. ¿Habrá novedades de próximas implantaciones?

Lo que hemos venido haciendo con las industrias es favorecer todas las posibles implantaciones. Hemos hecho un gran esfuerzo para facilitar su instalación, tanto con suelo como con trámites. Hay alguna otra industria, y también instalaciones dotacionales, que están en una posición avanzada para instalarse. No está mal la dinámica que hay. 

Y cuando hemos ofrecido la constelación de parcelas, más de medio centenar, hemos contado con 14 solicitudes, aunque el proceso sigue abierto. Algunas solicitudes son de menor incidencia económica, pero otras van a tener bastante. Y eso compensa el esfuerzo que hemos hecho para ofertar el patrimonio sin uso.