Están 'poniéndole el lazo' a su tercer disco, que esperan vea la luz este octubre. Aún no tiene nombre, pero sí dos singles publicados, 'Kilimanjaro' y 'Mejor'; y una producción de la mano de Juanma Latorre, guitarrista, teclista y compositor de Vetusta Morla. Son cinco integrantes, Cristian Haroche (voz), Dani Peñalba (guitarra), Javi Hernández (guitarra), Roberto Hernández (bajo) y Sergio Villar (batería). Y su nombre, Sharon Bates, ha sonado en salas de toda España.
Su estilo ha ido evolucionando. Primero más pop rock, al estilo de Los Ronaldos; luego indie, tipo Supersubmarina; pasando por el acústico en busca de rehacerse; y converger en «más raíz, con percusiones agroibéricas, donde la canción lo marca todo».
La banda nació en 2010. Cristian, Sergio y Dani fueron sus primeros integrantes; Javi llegó un poco más tarde; y Rober fue el último, en 2016. En esos inicios ya tenían el nombre definido, «mezcla del de una de las mujeres del director de cine Roman Polanski, Sharon; y del apellido del protagonista de Psicosis, Norman Bates». Tomaron parte en varios concursos, ganando en 2012 el OndaRock en Valladolid y el Wolfest Joy Eslava en Madrid: «Empezamos a tocar una vez al mes en la capital». Gracias al OndaRock publicaron su primer disco, 'Dirigido por Adam Smithee', en 2015, grabado y masterizado en Neo Music Box Estudios (Aranda de Duero). Once canciones en español que les llevaron a festivales y giras. Han compartido escenario con Supersubmarina, John Newman o Franz Ferdinand y sus gustos pasan por The Beatles, Radiohead, Gorillaz o Extremoduro.
Solo dos años después del primer LP sacaron el segundo, 'Hawaii Quizás', grabado en Eldana Estudio en Dueñas (Palencia) y producido, mezclado y masterizado por Carlos Hernández Nombela, que ha trabajado con Viva Suecia, Pereza o Leiva. Estaban evolucionando. Y siguieron, con un concierto acústico, 'La huida', en el Teatro Zorrilla, con coristas, percusionistas y una decena de personas sobre el escenario.
La covid, como a la mayoría de artistas, les 'paró', pero solo un poco, ya que siguieron sacando algunas versiones y trabajando en ese tercer disco, que tendrá diez canciones. «Nunca nos hemos encontrado cómodos encasillados. Somos cinco para todo y no tenemos solo una línea», aseguran, añadiendo que en su último trabajo se verá su estilo.
«Somos una familia, somos raíz y tallo (...) Somos una banda de hermanos, compañeros de universidad, de instituto; nos hemos visto crecer juntos, dejarnos bigote o hacernos cresta. Nos repartimos entre Euskadi, Pucela y el Valle del Tiétar pero no hay carretera que frene la pasión que tenemos por componer, por hacer arte, por trascender y por abandonar al olvido en lugar de dejarnos llevar por él», dejan claro.
No viven de la música y le dedican a Sharon Bates todo su tiempo libre, sueñan con que las canciones «tengan vida» y buscan que sus discos tengan sentido de la canción 1 a la 10: «Es un producto entero».