El polo eléctrico consolida la recuperación de la industria

Ó. F. / M. Rodríguez
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El peso de la facturación de este sector en la provincia es del 23,2%, además de copar el 16,9% del empleo, unos porcentajes que aumentarán con los nuevos proyectos de Switch e InoBat, si es que llega a concretarse

Vista general del polígono de San Cristóbal. - Foto: J. Tajes

Los anuncios del desembarco en Valladolid de dos gigantes industriales como Switch e InoBat, este último todavía pendiente materializarse, dibuja en la provincia un futuro esperanzador desde el punto de vista del empleo. El primero contempla la creación de dos mil puestos de trabajo directos y cinco mil indirectos. El segundo, algo más de dos mil directos cuando se ponga en marcha, en 2025 si todo va bien, y cuatro mil cuando esté a pleno rendimiento, probablemente en 2029.

Más allá del impacto que esto pueda tener en la cifra de ocupados y en la tasa de paro, lo cierto es que estos dos proyectos vienen a reforzar un sector industrial cuya fortaleza en Valladolid sigue muy lejos de la del sector servicios. Una realidad que queda reflejada en la participación en el Producto Interior Bruto (PIB) provincial. Mientras que la industria representaba en 2019, últimos datos disponibles, un 23,2 por ciento, servicios copa el 67,3 por ciento. Esta diferencia es, por ejemplo, mucho menor en Burgos, donde el PIB industrial se sitúa en el 32,1 por ciento, frente al 56,6 por ciento del de servicios. 

Aunque hay otras provincias de la Comunidad que también superan a Valladolid en porcentaje de PIB industrial, lo cierto es que la capital del Pisuerga es la segunda en términos absolutos, con 3.108 millones, ligeramente por detrás de Burgos, que tiene 3.136 millones. La tercera, a mucha distancia, es León, con 1.290 millones. Pese a estas  cifras, Valladolid acapara el 23 por ciento del empleo industrial regional.

Y precisamente los nuevos proyectos vienen a reforzar este sector, a reducir esa diferencia o incluso a posicionar a Valladolid en la carrera por el liderazgo industrial de la Comunidad. No solo por lo que suponen en sí, sino por todo lo que van a generar respecto a la industria auxiliar. Eso es lo que opina el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Juan Carlos de Margarida: «El PIB industrial de Valladolid va a aumentar, porque se trata de empresas clave que van a atraer a otras», señala.

Además, lo que está por venir no es importante solo en términos cuantitativos. También lo es en lo que se refiere a la reconversión de la automoción, pilar de la economía local, a la tecnología eléctrica que dominará el mercado en las próximas décadas. Switch es clave en esta transición, con sus autobuses eléctricos. Un paso más en el objetivo de Valladolid de convertirse en el polo más importante de España en movilidad eléctrica. Ya hay algunas bases sentadas, como el parque logístico y la estación intermodal, dos infraestructuras de vital importancia para que Switch e InoBat se hayan fijado en Valladolid.

Este horizonte también está en línea con la previsión que maneja la Junta respecto al peso que tendrá el empleo de automoción en los próximos años en la Comunidad. Según los cálculos que figuran en la declaración de la planta de Switch como proyecto industrial prioritario, se incrementará un 31 por ciento en la próxima década.

La llegada de estos dos gigantes también podría ser un punto de inflexión en la progresiva pérdida de peso que ha tenido el empleo industrial en Valladolid, en contraste con el del sector servicios, que, por regle general, suele ser mucho menos estable y más precario. En el año 2008 el 68,8 por ciento de los ocupados que había en la provincia pertenecían al sector servicios, un porcentaje que aumentó hasta el 73 por ciento una década después y que en la actualidad ya se sitúa en el 74,4 por ciento. En cambio, los ocupados de la industria han pasado del 19,2 por ciento de 2019 al 16,9 por ciento actual, según la Encuesta de Población Activa. Si esos supuestos 4.100 empleados que suman Switch y la primera fase de InoBat se incluyeran como nuevos trabajadores de la industria en Valladolid, ese 16,9 por ciento pasaría a ser del 18,3, es decir, 1,4 puntos más que ahora.

La importancia de lo que está por venir también radica en la diversificación industrial, que, por cierto, está mucho más asentada en Burgos que en Valladolid. InoBat, si finalmente aterriza en la provincia, pondrá en marcha una gran fábrica de baterías de gran almacenamiento, una tecnología pionera con mucho margen de desarrollo.

Grandes empresas

También será un paso adelante en el asentamiento de grandes empresas dentro de un tejido empresarial dominado por pymes y micropymes con muchas dificultades para aumentar su tamaño. Según el Directorio Central de Empresas (Dirce) del INE, en Valladolid solo hay nueve empresas que superen los mil empleados, lo que representa el 0,06 por ciento de las 33.456 que desarrollan su actividad en la provincia. Más de la mitad de estas compañías, un 54 por ciento, no tienen ningún trabajador dentro de una estadística que incluye a los autónomos. Además, estos datos demuestran que poco a poco las empresas pequeñas han ido ganando terreno a las medianas. En el año 2000 las que tienen menos de diez empleados representaban el 94,4 por ciento; hoy, el 95,3 por ciento. En cambio, las que tienen entre diez y 500 trabajadores han pasado en ese mismo periodo del 5,5 al 4,5 por ciento.

Un escenario que podría cambiar en los próximos años con estos dos proyectos y los que puedan arrastrar, y con el permiso de un escenario económico cada vez más cambiante e imprevisible.