Poco más de 5 minutos llenos de versos sobre justicia, unidad y resiliencia. Una voz y pronunciación alta, clara e impecable, bastaron para en sólo unas horas inundar las redes sociales y los titulares de medio mundo en la toma de posesión de Biden como presidente de EEUU, pero sobre todo para llenar un país y parte del mundo de esperanza.
Los americanos son únicos en crear ceremonias impactantes y hay que reconocer que consiguen crear momentos llenos de emoción e inspiración que hacen recuperar la fe de que todo es posible. Y en este caso, lo han logrado a través de la poesía, a través de una joven, y además afroamericana, o como ella misma se repite, como un mantra, para poder vencer sus miedos al salir a recitar: «Soy hija de escritores negros, que vienen de esclavos que rompieron sus cadenas y que cambiaron el mundo».
Amanda Gorman, es la primera joven poeta laureada en EEUU, a la edad de 19 años. Nació en Los Ángeles en 1998, criada por madre soltera y tartamuda de niña, lo que hace que su intervención con esa voz y pronunciación perfecta cobrara aún más importancia representando el poder de superación absoluto. Para ella ser tartamuda, «Me ha convertido en la intérprete que soy y la narradora que me esfuerzo por ser», 
«Cuando tienes que aprender a decir sonidos y preocuparte mucho por la pronunciación, te da una cierta conciencia de la experiencia auditiva».
Además de la innegable fuerza personal de Amanda, utilizar el recurso de la poesía para ese momento no era parte del show, sino que tenía una razón de ser de mayor calado basado en el poder de la poesía, el poder de la palabra. La propia Amanda años atrás dijo: «La poesía es la piedra angular a la que volvemos para recordar las historia sobre la que nos alzamos, y el futuro que defendemos».
La poesía, como la música son lenguajes universales, no son idiomas de barreras, al contrario, son idiomas de puentes y conexiones, de ahí la relevancia que puede adquirir en la buena política al tratar de aunar voluntades. 
Para Amanda, la decisión de crear, la opción artística de tener una voz, la opción de ser escuchado, es el mayor acto político posible. Lo es tres maneras, la primera, qué historias y por qué las contamos dice mucho sobre nuestros pensamientos políticos, sobre el tipo de historias que nos importan. En segundo lugar, quién tiene el derecho legal a leer las historias, quién tiene los recursos para poder escribir o decidir lo que se lee en clase, dice mucho sobre los sistemas políticos y educativos en los que existen estas historias y sus narradores. Y por último, para ella, la poesía es política porque tiene que ver con la gente. Los poetas tienen un increíble potencial para conectar las creencias de personas con las causas del cambio público, de la población, de movimientos políticos.
Porque lo fascinante de la poesía es que no trata de encontrar la respuesta correcta, sino hacer las preguntas correctas, cuestionarlo todo, en definitiva, fomenta el pensamiento crítico, tan necesario y ausente en nuestros días.
«Siempre hay luz si tan solo somos lo suficientemente valientes para verla. Si tan solo fuéramos suficientemente valientes para serla» (Amanda Gorman – La colina que subimos – Poema inaugural de la investidura de Biden, 20 de Enero 2021)