El instituto de investigación biomédica da sus primeros pasos

Óscar Fraile
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La nueva entidad estará ubicada en el Edificio Rondilla, cuyas instalaciones ya se están acondicionando, y trabajará en los campos de cardiología, oftalmología, neurociencia, salud pública e inmunología, entre otros

Algunas de las instalaciones en las que estará el instituto están en pleno proceso de adaptación. - Foto: Jonathan Tajes

El nuevo instituto de investigación biomédica que la Junta de Castilla y León instalará en Valladolid comienza a tomar forma. El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, avanzó hace algo más de medio año la puesta en marcha de una entidad que ya tiene definida su ubicación y perfiladas las áreas de investigación que abordará.

Las nuevas instalaciones se están preparando en la primera planta del Edificio Rondilla, que pertenece al Hospital Clínico Universitario. Allí estará, por ejemplo, un biobanco para el almacenamiento de muestras de origen humano, algunos laboratorios y demás instalaciones para el desarrollo de la actividad investigadora. Parte de esa infraestructura ya está acondicionada y con personal, otra está pendientes de adaptarse y hay otros espacios que actualmente acogen consultas que se trasladarán en las próximas semanas para dejar hueco a este instituto.

La intención de la Consejería de Sanidad es que esta entidad esté oficialmente constituida antes de que finalice el primer semestre de este año. Las bases están creadas, pero quedan algunos trámites, como la firma de un convenio entre los cuatro socios que integrarán el instituto: la Gerencia Regional de Salud, la Universidad de Valladolid (UVa), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM), y el Instituto  de Competitividad Empresarial. Un socio, este último, que supone una novedad respecto al modelo utilizado en la creación de otro instituto similar en la Comunidad, el de Salamanca, que funciona desde 2011.

Algunos sanitarios ya han empezado a trabajar en el instituto, aunque queda mucho por hacer para su acondicionamiento.Algunos sanitarios ya han empezado a trabajar en el instituto, aunque queda mucho por hacer para su acondicionamiento. - Foto: Jonathan TajesPese a los pasos que aún quedan por dar, ya están definidas las áreas de investigación que el instituto va a abordar. Las dos primeras ya las apuntó el consejero el pasado verano: cardiología y oftalmología. De hecho, en la nueva entidad estará integrado el Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor) del Clínico y el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (Ioba), perteneciente a la UVa. Pero no serán las únicas. También se investigarán aspectos relacionados con la neurociencia y la salud mental, la inmunología y enfermedades crónicas como la diabetes. Otra de las áreas integradas serán la bioingeniería e inteligencia artificial, especialmente en el campo de terapias avanzadas y medicina de precisión. Por último, la experiencia de la pandemia también tendrá sus efectos en la planificación de la actividad del instituto, puesto que la salud pública y la atención primaria también tendrán «mucho peso», tal y como confirma la directora general de Planificación Sanitaria, Investigación e Innovación, Sonia Martín: «Las estrategias globales empujan a que la investigación se abra a otros campos», añade. Estos cambios también implica la integración de todas las categorías profesionales en esta labor. Desde los médicos hasta el personal de enfermería, pasando por otro tipo de técnicos superiores. Pese a todo, Martín aclara que las líneas de investigación del instituto no son inamovibles. Se arrancará con las mencionadas, pero con el paso del tiempo se pueden eliminar e incorporar otras.

Estructura de apoyo

Este instituto constituirá una estructura de apoyo a los grupos de investigación en estos campos. Se encargará, por ejemplo, de ayudar en la convocatoria de ayudas regionales, nacionales y europeas a las que los investigadores quieran optar. Entre sus funciones también está la gestión propia de los proyectos, la difusión de la actividad investigadora y la evaluación de los proyectos. En lo que se refiere a la innovación, asesorará a los investigadores en la consecución de patentes. También ayudará en la elaboración de ensayos clínicos mediante el reclutamiento de pacientes para la toma de datos y biomarcadores que permitan obtener resultados previos a la autorización del medicamento que se esté estudiando.

El objetivo a largo plazo es que esta nueva entidad consiga la acreditación del Instituto Carlos III de Madrid. Aunque no es necesaria para su puesta en funcionamiento,  «es un marchamo» de calidad. Pero para eso tendrá que pasar un tiempo. «El instituto tiene que estar creado, demostrar varios ciclos de funcionamiento y generar una serie de evidencias para poder solicitar una auditoría y pasar la evaluación correspondiente», señala la directora general de Investigación. No obstante, en los pasos que se han dado hasta ahora ya se han tenido muy en cuenta las premisas que marca el Carlos III para alcanzar este objetivo. De hecho, los socios del futuro instituto están a la espera de las aportaciones que pueda hacer la entidad madrileña antes de firmar el convenio. La incorporación del Instituto de Competitividad Empresarial también tiene que ver con esto, puesto que los impulsores del proyecto consideran que su concurso puede ayudar en otros de los objetivos que marca la guía de acreditación del Carlos III: la traslación de los resultados de las investigaciones al mundo de la empresa y la internacionalización. Con todo, este proceso de acreditación es lento, como demuestra la experiencia del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, que empezó a funcionar en 2011 y no consiguió este objetivo hasta 2014.

Más fotos:

Las obras son visibles en algunos pasillos.
Las obras son visibles en algunos pasillos. - Foto: Jonathan Tajes
Las actuales consultas de Neurofisiología se trasladarán a otro espacio y sus instalaciones pasarán a formar parte del instituto.
Las actuales consultas de Neurofisiología se trasladarán a otro espacio y sus instalaciones pasarán a formar parte del instituto. - Foto: Jonathan Tajes

La actividad del instituto arrancará con un staff de seis personas fijas a las que se irá añadiendo personal investigador en base a los proyectos que se aborden. El staff también podría crecer en función del volumen de trabajo abordado. Por ejemplo, el instituto de Salamanca comenzó hace años con cuatro personas en el staff y actualmente tiene 17.

Un centro para avanzar en el objetivo de reforzar la estructura de investigación

La decisión de poner en marcha este instituto en Valladolid tiene que ver con la estrategia de la Junta de Castilla y León de reforzar sus estructuras de investigación e innovación. De hecho, es uno de los grandes objetivos de esta legislatura. «Nos dimos cuenta de que Valladolid tenía un déficit en este sentido y por eso había que ponerse en marcha para consolidar estructura aquí», explica la directora general de Planificación Sanitaria, Investigación e Innovación, Sonia Martín, quien también ha abogado en otras ocasiones por aumentar «el volumen y la eficiencia» de la investigación biomédica en Castilla y León, como la fuente más fiable de innovación en el ámbito sanitario. Además, entre los objetivos también está avanzar en la transferencia de conocimiento y la explotación de los resultados.