El descenso de la efímera séptima ola del coronavirus parece confirmarse una vez conocido el primer informe estadístico de la última semana de mayo, el que da cuenta de lo ocurrido desde el viernes y que recoge 633 nuevos positvos en la provincia, por los 617 que hubo el fin de semana previo, el del puente de San Pedro Regalado; en todo caso, son trescientos casos menos que hace un par de semanas.

Con los contagios estabilizados y dejando atrás esas cifras de principios de mayo, la tasa de incidencia acumulada (entre los mayores de 60 años) también va reflejando ese repliegue de la pandemia y este martes se sitúa en 1.131, 112 puntos menos que hace una semana y cada vez más lejos del pico de esta supuesta séptima ola, marcado teóricamente en los 1.302 contagios por 100.000 habitantes del pasado 12 de mayo.

La situación en los hospitales también va mejorando, aunque hay que lamentar otros siete decesos en los últimos cuatro días. Las cifras de ingresados, en cambio, apuntan en la buena dirección, después de que se haya apreciado un descenso en la última semana, periodo en el que se ha bajado de 135 covid hospitalizados (diez en UCI) a 117 (solo cinco en cuidados intensivos). El pico de esta séptima ola fue el 11 de mayo, cuando se llegó a 150 ingresados.