Sentimiento cofrade internacional

R.G.R
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Cada vez mayor número de extranjeros se inscriben como cofrades en las hermandades por cuestiones religiosas, de amistad y por afectocristiano. Participan como cualquier otro e incluso tocan en las bandas

Cofrades extranjeros en Peñafiel preparándose para la Semana Santa - Foto: Jonathan Tajes

Diversos son los motivos que llevan a una persona a hacerse cofrade de una hermandad. Sentimiento religioso, vínculos familiares, amistad con  otros miembros… Muchos pueden ser los motivos para alguien que ha visto desde pequeño las procesiones y la Semana Santa, pero ¿qué puede llevar a una persona extranjera a querer ser miembro de una cofradía y participar activamente de las jornadas de pasión? La respuesta es bien sencilla. Exactamente los mismos motivos que a cualquier otra persona.   

Cada vez en mayor número, personas extranjeras se decantan por  pertenecer a una hermandad, salir en procesión y participar en las actividades que las distintas hermandades llevan a cabo durante todo el año. Sin ir más lejos, cofradías como la Orden Franciscana Seglar, Nuestra Señora de la Piedad o Jesús de Medinaceli cuentan entre sus filas con personas de nacionalidad ucraniana, portuguesa o italiana. No es un fenómeno que esté llegando de forma única a la capital, sino que también son muchos los municipios donde se está reproduciendo.

Peñafiel lo vive, por ejemplo, en la Hermandad del Santo Cristo de la Buena Muerte. Desde Zambia y de Bulgaria han llegado cofrades en los últimos años. Dambule Makomechi tiene 38 años, llegó a los 17 a España. Vivió en la localidad pedánea de San Bernardo y después se mudó a Peñafiel. Se hizo cofrade hace cuatro años. Relata que procede una familia cristiana y desde pequeño ha estado inmerso en las diferentes actividades de la iglesia. «De pequeño estuve estudiando en un colegio interno con  una clara cultura cristiana». Poco a poco fue conocimiento vecinos del municipio que eran cofrades. «Entré como uno más de ellos».

Reportaje sobre cofrades extranjeros, Andy cofrade de origen ucraniano de FuensaldañaReportaje sobre cofrades extranjeros, Andy cofrade de origen ucraniano de Fuensaldaña - Foto: Jonathan Tajes

Lleva desde el mes de noviembre participando de los ensayos de la banda de la cofradía donde toca el tambor. «La primera vez que salí una señora me preguntó que desde cuando los negros eran cristianos», recuerda entre risas. Ahora, participa durante todo el año en las actividades de la cofradía y asiste cada domingo a misa.

Emili Borislavova tiene 29 años y esta Semana Santa será la primera en la que salga en procesión. «Llevaba años pensando porque me gusta mucho la tradición y las procesiones y encima conozco a la mayoría de la banda, lo que me ha animado más a apuntarme». Habló con los representantes de la cofradía porque pensaba que no podía formar parte de la banda y se encontró con la agradable sorpresa de que, por supuesto, podía hacerlo. No lo dudo. Y se inscribió junto a su hija Sandra, que tocará la corneta. «La noche anterior al desfile de bandas que ya ha tenido lugar no durmió ni siquiera un poquito. Estuvo toda la noche pendiente», comenta orgullosa la madre.

Yuliana Anatolieva tiene 31 años y también reside en Peñafiel. Es prima de Emily y tampoco ha dudado este año en inscribirse a la Cofradías del Cristo de la Buena Muerte este año por primera vez. El motivo que más ha pesado ha sido el deseo de su hijo de entrar a formar parte de la hermandad. «Él nació en Peñafiel, tienen ocho años, y tenía la ilusión desde pequeño y ahora él toca la corneta y yo el bombo». En el desfile de bandas ya experimentaron las primeras sensaciones. «Fue algo completamente diferente a lo que sientes normalmente. Ahora, estoy esperando que llegue el momento con unas ganas enormes y espero que todo salga bien. Todos los compañeros me han recibido con los brazos abiertos, va todo muy bien».

Andrada Budaie tiene 15 años. Reside en Peñafiel desde los ocho años. Nació en España, pero sus padres son rumanos. Pertenece a la cofradía de La Pasión y toca la corneta en la banda. No ve el momento de que arranquen las procesiones. «El año pasado me brindaron la oportunidad de salir de penitente porque una chica con traje no pudo salir y este año ya toco en la banda. Estoy muy ilusionada. Llevo esperando seis años desde que quiero ser cofrade y este año ya se va a lograr», comenta.

Andy Raptsev es un joven ucraniano de 19 años afincado en Valladolid. Sus padres de acogida decidieron inscribirlo en la hermandad de la Orden Franciscana Seglar 'La Santa Cruz Desnuda'. «Ahora ya soy mayor de edad y puede tomar mis decisiones y quiero continuar en la cofradía. Siento y paz y orgullo cada vez que tengo que salir en procesión», comenta. 
Relata que tiene muchos amigos en la hermandad y que tiene decidido salir jueves y viernes santo este año. «Cuando era pequeño en Ucrania ni siquiera conocía la Semana Santa, pero el sentimiento cuando sales es inolvidable».