«Las 80 prejubilaciones nos van exigir un plus de trabajo»

Alfonso G. Mozo
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Entrevista a la jefa de la Policía Local, Julia González, que ultima la reorganización del Cuerpo: «El servicio de radiopatrullas está garantizado. Otra cosa es Policía de Barrio y motoristas, porque ochenta se han ido y todo no se puede»

Julia González, jefa de la Policía Local de Valladolid. - Foto: Jonatan Tajes

Llega con prisa. Viene  de participar en una reunión matutina en la Subdelegación del Gobierno y sabe que su mañana no va a terminar con esta entrevista. Vive con prisa. Son las apreturas de un cargo que exige de su dedicación «durante las 24 horas del día, los 365 días del año», como ella puntualiza. Admite que vivía mejor antes de ser la jefa, pero su discurso destila pasión por una profesión en la que ella lo ha sido casi todo. También la primera mujer al frente de un Cuerpo que se aproxima ya a los dos siglos de vida y que está ante un momento tan histórico como complicado, por la acumulación de 80 jubilaciones en este 2019 y el reto de hacer que el servicio siga estando a la altura pese a los recortes. Apela, por ello, a la «implicación y profesionalidad» de los algo menos de cuatrocientos agentes que van a continuar a sus órdenes. Julia, como la llaman todos sus hombres, no vende humo y, en esto, sabe que tocará «priorizar» y «arrimar el hombro». Son ochenta menos y la intendente-jefa no va a prometer milagros.

Está en su quinto año como jefa de la Policía Local de Valladolid, ¿qué balance hace de todo este tiempo?

Ha sido una época muy intensa, en la que hemos estado modernizando los vehículos y las motos, que ya los teníamos un poco obsoletos; en la que hemos tenido restricciones para la entrada de más personal, por el techo de reposición, que solamente se podían convocar las plazas de los que se jubilaban y que nos ha hecho acumular un déficit de cincuenta vacantes que aún hoy arrastramos; en la que se ha negociado la mejora de las condiciones laborales de los agentes, con unos cuadrantes que se firmaron en octubre y que ahora mismo están en tramitación ya en el Ayuntamiento y que esperamos que en breve se puedan implantar; y en la que, ahora, nos ha sorprendido el tema de las prejubilaciones, que era una reivindicación histórica.

Julia González, jefa de la Policía Local de Valladolid, en el nuevo Museo de la Policía.Julia González, jefa de la Policía Local de Valladolid, en el nuevo Museo de la Policía. - Foto: J. Tajes¿Es más fácil ser jefa o agente?

Es mucho más difícil ser jefa. Sí, los agentes tienen su responsabilidad, pero acaban su jornada laboral y punto. En la Jefatura no se acaba en ningún momento, como no puede ser de otra manera. Las 24 horas del día traen novedades, asuntos graves y urgentes... que tienes que estar muy pendiente. No todo lo que te solicitan puedes darlo. Esto es muy muy complicado. Y más hablando de una ciudad como Valladolid, con casi 300.000 habitantes, con una plantilla que, hasta ahora, tenía 400 y pico agentes.

¿Cómo afronta la salida de esos 80 agentes por las prejubilaciones?

Una vez que el Gobierno firmó ese Real Decreto, lo primero que se hizo desde el Ayuntamiento de Valladolid fue aprobar  una oferta de empleo público extraordinaria con todas las plazas de agentes y con todas las de promoción interna para mandos, y lo siguiente es convocarlas. En estos momentos estamos en el proceso selectivo de las ocho plazas de 2017, que esperamos finalizarle antes de mediados de febrero, para que así se incorporen al curso de la Academia de Policía de Ávila. Y a continuación, lo antes posible, que el Departamento de Personal está ya con ello, pues la convocatoria de ocho plazas de este año (las normales) más otras 58 que son extraordinarias, es decir, que son 66 las plazas que sacaremos en la próxima oposición.

¿Para cuándo se calcula que puede estar hecha la oposición y con los nuevos agentes listos para ir a la Academia?

Yo sigo empujando día a día. Lo ideal sería el tenerlo finalizado antes del verano. Y luego llegaría la segunda parte, la de la formación, porque es obligatorio ese curso, por lo que se está hablando con la Junta de Castilla y León para poder llevar a cabo uno extraordinario. Si se hiciera todo con esa premura, a primeros del año que viene podríamos incorporar a esos 66 nuevos agentes. 

Aún así hay por delante un año en el que la Policía Local de Valladolid tendrá que funcionar con un 18% menos de plantilla...

Va a ser duro, sí. Hay que llevar a cabo una reorganización y tener muy claro que nos va exigir un plus de trabajo. Pero hay que valorar que si nos podemos ir cinco años antes, pues merece la pena que los que nos quedan, lo hagamos con algo más de esfuerzo. La profesionalidad de nuestros agentes es máxima y estoy segura de que vamos a conseguir que el ciudadano no llegue a notar nunca esa carencia de los ochenta policías.

¿Tiene ya claro como va a afrontar esa reorganización?

Es cuestión de priorizar servicios y de equilibrar recursos humanos y materiales, repartiéndolos de un modo uniforme. La Sala del 092 es una prioridad, porque ahí entran las llamadas de ciudadanos y agentes en la calle, ahí hay que cubrir todas esas vacantes. Atestados requiere una formación muy específica y las plazas de este servicio se tienen que cubrir también. El de Mercados, que nos encontramos el 2 de enero con que se jubilaban todos los que lo componían, pues también hemos sacado ya las vacantes. Todo lo que es específico y fundamental para el funcionamiento, se cubre. El resto, pues con mucha profesionalidad y muchas ganas.

¿Y las patrullas de calle?

El servicio de calle, de radiopatrullas el que va de lunes a domingo, está garantizado, sí. Otra cosa será lo que pase con la Policía de Barrio y con los motoristas, porque ochenta se han ido y no van a estar; y todo no se puede. Tenemos un Cuerpo que es muy profesional y que está muy bien formado.

Pese a las dificultades que genera, el Real Decreto que regula estas prejubilaciones es un logro por el que se llevaba peleando años...

Es una reivindicación histórica, de esas que yo conozco prácticamente de toda mi carrera, que era el poder acudir a la jubilación a partir de los 59-60 y que se hizo realidad, un poco por sorpresa, en diciembre y que va a permitir a ochenta agentes pues disfrutar de la vida ya sin pensar en asuntos laborales. Yo me siento muy afortunada de vivir esto, porque es una consecución histórica, aunque ello me suponga unos quebraderos de cabeza.

Las prejubilaciones son un logro de los sindicatos... ¿Cómo se lleva con los representantes sindicales?

Son una pieza fundamental, ya que, en una plantilla de cuatrocientos y pico agentes, es obvio que el jefe no puede hablar con los cuatrocientos, es impensable; y, entonces, a través de sus representantes, pues pueden conocerse sus inquietudes. Es una relación cordial, que es como tiene que ser.

¿Le decepcionó aquel mensaje en Twitter de un sindicato policial que desató la polémica con el tema de Las Viudas?

Mi papel como responsable es ver el servicio. Y cuando me preguntan al respecto, como policía, pido datos y, sobre los datos hablo. Yo no entro a valorar nada más que lo que pone en el informe.

Usted dice que el informe oficial de aquella noche del 30 de diciembre afirma que no hubo hostigamiento a ningún agente por los vecinos de la barriada, aunque el SPPME(el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España), insiste en que hay otro informe que dice lo contrario...

Yo sé que se me pidió un informe y, como yo no estuve, mi obligación es solicitárselo al mando responsable del servicio en los días señalados. Se me traslada este informe y yo doy traslado de ese informe a la Comisión de Seguridad. Son cuestiones que a veces trascienden a otros ámbitos que no son los policiales y yo, ahí, no entro.

Pero reconocerá que no es normal la situación vivida en Las Viudas con esos vídeos de disparos al aire en Nochevieja...

El tema de los disparos son vídeos que conocimos vía redes sociales y no consta ninguna llamada de la madrugada del 31 al 1 de alguien que requiriera nuestra intervención. Es solo un tema de redes sociales que investigó desde el minuto uno, de oficio, el Cuerpo Nacional de Policía, que es el competente. Nada más.

¿Qué nota le pone a la coordinación con la Policía Nacional?

Pues una nota muy buena, porque los policías sabemos que tenemos que sumar efectivos. Existe una gran colaboración, máxime por la noche con la Sala Conjunta 091-092. Y mi relación con el comisario provincial es fluida y cordial.

¿Y con la Guardia Civil?

Con Guardia Civil confluimos en el tema de Tráfico, de los atestados, por cuestiones de zonas limítrofes; ahí la relación es absolutamente fluida, diaria entre los agentes de equipos de Atestados de los dos cuerpos, que se conocen y se ayudan.

¿Van a continuar ahondando en la colaboración con otros cuerpos de Policía Local de la provincia como ocurrió hace poco con Tordesillas, ‘prestando’ agentes para ayudar en la seguridad de Motauros?

Ahí se firmó un convenio entre los dos ayuntamientos para facilitar que agentes de esta Policía Local, de una forma voluntaria y en sus días libres, prestara servicio en Tordesillas, en los días de Motauros. Lo cierto es que la experiencia ha sido gratificante y los compañeros han acabado muy contentos.

¿Y las patrullas en bici cuándo se van a impulsar definitivamente tras aquella prueba piloto y la compra de los equipos en propiedad para el Cuerpo?

Sí, pero vamos a hacer igual que con las motos, potenciar su uso cuando venga el buen tiempo. En los meses que se estuvo probando, todos los agentes acabaron muy contentos porque descubrieron que se puede hacer un patrullaje interesante y, además, porque se puede educar muchísimo al ciudadano; si al llegar a una zona peatonal, el agente baja de la bici, pues ya, sin decir ni una sola palabra, estás diciéndole a los demás usuarios, cómo se debe usar la bici en ciudad. En este trabajo lo más importante es la prevención y la educación, pero lo triste es que, en ocasiones, también tenemos que llegar a la sanción.

¿Es una herramienta más dentro de su trabajo, aunque sea la que menos guste al ciudadano?

Es que es así, cuando la prevención y la educación no funcionan, pues tenemos ahí esa herramienta de la sanción, en efecto. Y no nos gusta, pero hay ciudadanos que es lo único que entienden, aunque a nosotros nos gusta mucho más la prevención y la educación. Sobre todo la de los peques, la de los menores, con ese parque infantil de tráfico, porque después es el peque el que le dice al papá o al abuelo de turno que se está pasando el semáforo en rojo; educando a los menores, que son lo mejor que tenemos y son nuestros ciudadanos del futuro, educamos también al resto de la sociedad. Eso es así.

¿Por qué han decidido empezar a efectuar esos controles móviles de velocidad las noches de los fines de semana, desde medidados del mes de enero?

Pues porque recibíamos muchas quejas de los ciudadanos diciendo que, por la noche, Isabel la Católica o la avenida de Salamanca eran poco menos que un rally. Y, claro, cuando se recibe esa información, pues lo que hay que hacer es comprobar si esa sensación de los ciudadanos es verdadera o no. Y, efectivamente, se ha puesto el radar móvil ya varias noches y no solo hemos detectado esos excesos de velocidad que decía la gente que llamaba, sino también otro tipo de infracciones, sobre todo, acompañado de consumo de drogas y de alcohol.

¿Qué velocidades han detectado?

Pues alguna de casi 120 kilómetros por hora en avenida de Salamanca. En concreto, dio 112 y por poco no pasó a la vía penal como autor de un delito contra la seguridad vial. Con el índice corrector, le faltaba uno o dos kilómetros por hora más para ir vía penal, porque eso es un delito, obviamente. Y es que es algo que parece impensable que se puedan dar excesos de velocidad así en vías que, prácticamente, están en pleno centro de la ciudad, como es Isabel la Católica.

¿Van a continuar con este tipo de controles de velocidad nocturnos?

Sí, lo vamos a seguir haciendo. Pero igual que cuando recibimos otro tipo de informaciones, si se comprueba que es veraz, pues seguiremos con ello hasta conseguir erradicar esos excesos de velocidad y que, de una vez, los ciudadanos comprendan que no se puede ir a esa velocidad ni por la noche ni a ninguna hora del día.

¿La velocidad es el mayor factor de riesgo para la seguridad vial en una ciudad o son aún más peligrosas las distracciones por el uso del móvil, por ejemplo?

El uso del móvil en la ciudad me preocupa muchísimo. Es que no es que se atienda una llamada, es que hasta van usando el WhatsApp... hombre, por favor, es que hay que ser responsables. En este sentido, me llamó mucho la atención un anuncio de la DGT de estas últimas navidades, ese en el que se dice que ‘además del hecho, luego vienen las consecuencias’; ¿causas una muerte y cómo se vive con eso? Y eso hay que pensarlo cuando vas a coger el WhatsApp y ponerte a escribir. Y si tantas ansias tienes de contestar o de leerlo, pues te apartas a una zona de estacionamiento, estacionas y procedes.

¿Hay patrullas que se encargan de manera específica de vigilar estas distracciones?

Sí, tenemos tres tipos de patrulla en la calle: coche uniformado-agentes uniformados, coche de paisano-agentes también de paisano y coche de paisano-agentes uniformados. Con el coche uniformado y agentes uniformados hemos visto que la gente se contiene, pero hemos visto que tanto la combinación de coche de paisano con agentes de paisano o incluso de uniforme sirve para la detección de estas infracciones.

Hasta parados en un semáforo...

Sí, sí, todas. Es que no nos damos cuenta de la importancia que tiene una infracción de estas, puesto que puedes matarte o causar la muerte a alguien. Porque en una ciudad se convive con mucha gente: niños, mayores, peatones en general, bicis, mascotas... y una distracción de ese tipo puede ser mortal. El WhatsApp y el móvil en general es terrible. Si ya lo decía Montoro, el catedrático de Seguridad Vial, que el móvil era la bestia negra para la seguridad vial, y así está siendo cada vez más.

 

«Nos encontramos con chicas muy jóvenes que justifican que sus parejas las controlen»

 

Usted creó, impulsó y dirigió (a lo largo de doce años) el Servicio de Atención a Víctimas de Violencia Doméstica, que lleva en marcha desde julio de 2002. ¿Cómo ha evolucionado el trabajo policial en el ámbito de la violencia de género? 

El tema de la violencia de género es algo que me produce una profunda tristeza porque ojalá pudiéramos quitar este servicio, porque vemos que no hay día en que no haya una víctima por delitos de violencia de género. Desde que firmamos los protocolos de VioGen, cada agente del SAVVD ya tiene una serie de mujeres a las que debe hacer un seguimiento, viendo siempre en qué situación están, si se agrava o no, las protegen, reciben todas las denuncias...

¿Cuáles son los retos de futuro que se deben marcar en el ámbito de la violencia de género?

Hay una cosa que me preocupa y es que hemos detectado que nuestros jóvenes no avanzan al ritmo que se venía avanzando sobre igualdad y sobre ciertas conductas. Incluso se ha detectado cierto retroceso, ya que nos encontramos con chicas muy jóvenes que justifican que sus parejas ejerzan un control sobre ellas, sobre cómo se visten o con quién van, por ejemplo. Y a través de las redes sociales y WhatsApp, sobre todo, aquello de ‘qué hacías conectada a la una de la mañana si no estabas hablando conmigo’; y eso es un sistema de control. Y lo peor es que se justifica y te dicen que es porque le quiere mucho, en un concepto idílico e irreal, quizá provocado por la publicidad o el cine. Es necesario que nuestras jóvenes sean realistas y, por ello hay que hacer mucho hincapié en todo lo relativo a la educación de nuestros menores.

¿La Policía Local incluye este tipo de conceptos en las charlas que da en los centros escolares y centros cívicos?

Sí, hablamos de las redes sociales, de la gran importancia que tiene no subir determinadas cosas íntimas, ciertas imágenes. Lo primero que les decimos es ‘¿Vas por la calle desnudo? Por qué te desnudas en las redes sociales’, porque es muy importante que se conciencien del peligro que eso tiene, formando a nuestros jóvenes. Y, sí, hablamos también mucho de la violencia de género, de los ‘micromachismos’, de que no hay que tolerar ciertas conductas... Y que todo aquello que sea susceptible de denuncias, pues que se denuncie. Y que si tienen una duda, pues les decimos que nos lo pongan sin problema en nuestro conocimiento; ahí está el teléfono que habilitamos en ferias, por ejemplo.

¿Qué imagen cree que tienen los vallisoletanos de la Policía Local?

En general yo creo que es buena, aunque sí es cierto que tenemos una parte digamos menos buena, que es la de las multas de tráfico. Claro, cuando le pones a alguien una multa no te va a echar flores; yo, cuando las ponía, nunca me felicitaron... Pero es que nosotros estamos a la entrada y a la salida del colegio, estamos cuando van a ver la procesión de Semana Santa, nosotros somos los garantes de su seguridad en las ferias, en la cabalgata de Reyes nos ocupamos de la seguridad de los niños... es que formamos parte de la vida diaria de nuestros ciudadanos y es muy difícil que un ciudadano salga y vuelva a su casa sin haber visto a un policía.

Sí, tenemos la parte mala de las multas, pero, claro, si un día hay un atasco, siempre se dice eso de que ahí tenía que estar la policía... Nosotros tenemos que garantizar la libertad de movimiento de los ciudadanos y eso conlleva a que cuando alguien aparca mal, pues tengamos que denunciarle, por ejemplo.

¿Se sienten queridos?

Sí. Yo que me muevo muchísimo por los barrios, por reuniones, por las asambleas vecinales, yo que pateo las calles con el concejal... y siempre veo que se nos quiere. Nos transmiten sus quejas, sus demandas y siempre que sea algo factible, pues se atiende sin más problema. Formamos parte de la ciudad, ya que la Policía hace tiempo que cambió su imagen, que dejó de ser un ente abstracto. Estamos para servir a la ciudad, eso lo tiene que tener claro todo el mundo.

Han inaugurado hace unos días el Museo de la Policía de Valladolid (en la foto), ¿quieren convertirlo en un lugar abierto al público en general, como un museo más de la ciudad, para poder fomentar esa cercanía?

Este es un museo que forma parte de la historia de la ciudad y que cuando venga a verlo la gente, va a ver fotografías que jamás habrá visto de la ciudad. Y, claro, verá el cambio de uniformidad, de los materiales que utilizamos, una centralita que estaba cuando yo entré, hace 35 años... creo que le va a encantar. Es que formamos parte de la historia de la ciudad y la ciudad tiene que formar parte de nuestra historia y tenemos que compartirla, y para eso está este museo. En cuanto podamos, en cuanto organicemos el servicio con las jubilaciones, diremos cómo se puede venir a verlo.