Mestalla, creer o no creer

M.B
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El Real Valladolid visita este domingo (16.15 horas) a un revuelto Valencia, con técnico interino. Los blanquivioleta necesitan ganar para seguir dependiendo de sí mismos

El Real Valladolid no gana en Mestalla desde 2009. - Foto: David Gonzalez

Creer o no creer. Soñar o no soñar. Empate o... el Real Valladolid afronta este domingo (16.15 horas) en Mestalla su enésima final en este último tramo de campeonato. Allí le espera un Valencia que no anda mucho mejor. Bueno, sí, cuenta con cinco puntos más que los blanquivioleta pero llega un poco revuelto, con técnico interino en la figura de Voro tras la destitución esta semana de Javi Gracia. Ese colchón de puntos, diríamos aquí, que es importante, pero en la capital del Turia no se ve así.

El Pucela necesita ganar. Es la realidad. Sobre todo si quiere seguir dependiendo de sí mismo en una Liga de menos puntos y de hasta siete equipos luchando por no descender. Necesita vencer y hacer buenos sus cuatro últimos empates, en los que se ha visto un equipo de grandes altibajos: bastante apagado en Elche, con un fogonazo al final; dominador en la primera parte ante el Cádiz y desconcertante en la segunda; desaparecido durante muchos minutos en San Mamés y ambicioso en la recta final; y quizá el más completo ante el Betis, con una laguna de unos diez minutos. Todos han sido el mismo Real Valladolid y todos han acabado con el mismo resultado, un punto al final de esos partidos.

Por eso, este domingo no vale el empate. El Real Valladolid se ha puesto como meta alcanzar los 37 puntos que, por lo que parece, podrían ser suficientes para mantenerse. Y eso significa olvidarse de las igualadas (va camino de récord esta temporada) y empezar a ganar.

Así lo dejó claro el lunes el capitán de la plantilla, un Míchel Herrero que jugó en Mestalla en la última victoria del Pucela allí... en 2009... aunque lo hizo con la camiseta de los ché. Fue el 1 de marzo de la campaña 08-09 cuando el cuadro que entrenaba por entonces José Luis Mendilibar asaltó el feudo del Valencia con un 1-2 y goles de Jonathan Sesma y Raúl Albiol, éste en propia puerta.

Desde entonces, tres derrotas (incluida la polémica del saque de banda de 2013 con Hernández Hernández al silbato) y dos empates (a dos en noviembre de 2013, con tantos de Javi Guerra y Gilberto Alcatraz; y a uno en enero de 2018, con un buen gol de falta de Rubén Alcaraz).

Pero lo de la historia y los enfrentamientos, como se suele decir, es ya pasado. El presente es lo de este domingo. Para Mestalla, Sergio González tendrá la baja de Orellana (además de la de Raúl Carnero de larga duración) a expensas de los últimos entrenamientos. Por lo que la duda radica en saber si el técnico volverá a cambiar de sistema y si habrá rotaciones, en portería, en alguno de los laterales o en la medular, como ha venido ocurriendo en las últimas jornadas. Roberto o Masip; Luis Pérez o Janko; incluso la pareja de centrales (con la opción de Kiko Olivas) y de mediocentros están en el aire. Esta temporada, el Real Valladolid ha salido, sobre todo, con el dibujo 4-4-2, aunque le ha funcionado el 5-3-2 y el 4-1-4-1 del pasado fin de semana. Eso sí, hay tres jugadores que parecen fijos: Joaquín, Óscar Plano y Weissman. El israelí ha marcado en los dos últimos partidos y siempre que ha ‘mojado’, el Real Valladolid ha puntuado. De hecho, en tres partidos sus goles acabaron sirviendo para sumar de tres en tres.

Su rival, el Valencia, considera este encuentro como la ‘final’ para asegurar la permanencia. Esta semana, tras la derrota en su campo ante el Barcelona, el club decidió echar a Javi Gracia y colocar a Voro, apagafuegos de los ché en las últimas campañas. El conjunto del Turia ha estado coqueteando todo el año con los puestos bajos a pesar de contar con una plantilla de quilates, con Paulista, Gayá, Wass, Carlos Soler, Guedes o Maxi Gómez como referencias. Y pese a esa situación en la tabla, en su estadio solo ha cedido 4 derrotas, el cuarto que menos de la Liga por detrás de Atlético (1), Barcelona (2) y Real Madrid (3) –de hecho antes de la del pasado fin de semana no perdía desde diciembre en casa–.