Los misterios de Stonehenge

Galena Koleva (SPC)
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Quién lo construyó, cómo y por qué son solo algunas de las infinitas preguntas que surgen en torno a este lugar, todo un enigma que despierta la curiosidad de millones de personas

Los misterios de Stonehenge

Pocos lugares desprenden más energía y misterio que Stonehenge. Su silueta parece haberse congelado en el tiempo y desde hace ya más de 5.000 años ha sido un testigo silencioso de la Historia, que guarda con recelo su aún enigmático e incierto origen.
Año tras año, este prehistórico monumento despierta el interés de millones de personas en todo el mundo, aunque crea más preguntas que respuestas: ¿Para qué servía? ¿Quién lo construyó? ¿Y cómo? En realidad, son pocos los datos que se conocen, lo que permite formular una infinidad de teorías, cada cual más ingeniosa. 
El conjunto megalítico está formado por enormes piedras (superan las 30 toneladas) que se concentran de manera circular en medio de un solitario paraje situado entre Amesbury y Salisbury, en Inglaterra. Los expertos datan su construcción hacia el 2.500 a.C., por lo que resulta inimaginable cómo una civilización mucho más primitiva que la nuestra pudo levantar semejantes bloques de roca. La hipótesis más secundada apunta a un mecanismo ideado que consistía en hacer rodar trineos de madera, una labor que debían ejercer cientos de personas, aunque el por qué de tal esfuerzo continúa siendo un misterio.
La singularidad de esta construcción no se queda ahí, pues las inmediaciones del monumento también intrigan a toda la comunidad científica. Y más ahora, cuando recientemente un grupo de arqueólogos británicos ha descubierto un nuevo círculo a tan solo tres kilómetros de Stonehenge.
Se trata de una estructura de hace aproximadamente 4.500 de años formada por 20 excavaciones de más de 10 metros de diámetro y cinco de profundidad. Los pozos componen un anillo que rodea Durrington Walls, el asentamiento neolítico más antiguo y más grande del Reino Unido.
Este proyecto, en el que han trabajado expertos de las universidades británicas de St Andrews, Birmingham, Warwick, Glasgow y Trinity Saint David de Gales, muestran, en palabras de los propios expertos, «una sociedad mucho más compleja de lo que se pensaba hasta ahora», lo que podría dar nuevas pistas para intentar descifrar las inquietudes de las personas de hace miles de años.
Por el momento, las pruebas sugieren que estos agujeros pudieron servir como perímetro a una zona sagrada muy importante debido al tamaño de las excavaciones. «Unas prácticas claramente sofisticadas demuestran que la gente estaba a tono con los eventos naturales hasta el punto de que apenas pueden ser concebidas en el mundo moderno», señaló el investigador Richard Bates.


Calendario astronómico

Aún así, el propósito de este tipo de construcciones es una pregunta sin respuesta que solo deja lugar a las especulaciones. La teoría más extendida en torno a Stonehenge apunta que el monumento fue construido para predecir algunos fenómenos astronómicos, como los eclipses o el solsticio del verano, un momento que congrega todos los años a cientos de curiosos.
Lo cierto es que el conjunto tiene una disposición que parece escapar del azar. Se piensa que podría haber ayudado a las sociedades antiguas a observar y conocer el transcurso de las estaciones.
No resulta extraño tampoco que los fenómenos luminosos creados por la proyección de los rayos del sol en las piedras se usasen para realizar numerosos rituales de carácter religioso, aprovechando la magia del momento. Es por ello, que son muchas las leyendas que vinculan Stonehenge con los druidas, quienes, aprovechando las propiedades del lugar, usaron sus capacidades y conocimientos de hechicería para levantar las piedras del monumento.
La magia siempre ha estado ligada a este lugar, del que se dice que era un peregrinaje obligatorio para los enfermos. Las creencias ancestrales señalan que son muchos los que acudían con la esperanza de que la construcción, de la que se llegó a pensar que tenía propiedades curativas, eliminase para siempre sus dolencias.
Esta teoría podría sustentarse debido a que gran cantidad de los enterramientos encontrados en los alrededores de la zona presentaban signos de lesiones. Aún así, la existencia de estas sepulturas tampoco parece tener la verdad absoluta sobre su propósito, pues no parecen seguir un patrón concreto: una necrópolis enorme, un cementerio para la élite o un lugar para aquellos que murieron construyendo el megalito son otras de las infinitas explicaciones que intentan dar los científicos.
Aunque si hay una teoría que levanta ampollas, que despierta admiración y rechazo a partes iguales, es la que apunta a la mano extraterrestre para su levantamiento. Al igual que habría ocurrido con las Pirámides de Egipto, Stonehenge no podría haber existido si no hubiese sido gracias la labor de seres de otro mundo que, bien para ayudar o para comunicarse, construyeron el lugar.
Sea como fuere, aún queda mucho tiempo -quizá toda la eternidad- para descubrir el propósito real de uno de los más enigmáticos lugares del planeta. Mientras, solo queda esperar nuevos hallazgos y dar rienda suelta a la imaginación.

 

Otros lugares llenos de intriga 

Las Figuras de Nazca, Perú

En el desierto peruano de Pampas, en el sur del país, existen unas enigmáticas líneas que, a vista de pájaro, conforman gigantescos dibujos de animales -desde pájaros de más de 200 metros a una ballena de 27- y figuras humanas. Su objetivo y significado es aún un misterio en la actualidad, aunque hay todo tipo de teorías: pistas de aterrizaje para naves espaciales o carreteras sagradas para ser vistas desde la lejanía.

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La isla de Pascua, Chile

Esta pequeña y remota isla chilena alberga otro de los misterios por excelencia del planeta: los Moái. Se trata de más de 1.000 esculturas de piedra en forma de cabeza (no hay dos iguales), aunque algunos estudios señalan que se trataba en realidad de cuerpos de 10 metros de altura. La hipótesis más extendida es que fueron talladas por los antiguos habitantes en recuerdo de sus antepasados.

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Georgia Guideston, EEUU

Al noreste de Georgia (EEUU) se encuentran erigidas unas placas enormes de granito. Al contrario que muchos otros enigmáticos complejos, esta estructura de unas 20 toneladas fue creada en tiempos modernos. Su interés radica en que contiene instrucciones en ocho idiomas para los supervivientes de un supuesto apocalipsis, para que puedan volver a reconstruir la civilización. 

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Newgrange, Irlanda

Esta circular edificación es incluso más antigua que las Pirámides de Egipto. Newgrange, en Irlanda, fue construida alrededor del año 3.100 a.C, por lo que no es de extrañar que sea uno de los yacimientos prehistóricos más importantes del país. Se trata de un santuario al que acuden unos pocos afortunados cada solsticio de invierno para ver cómo un rayo de luz entra por la puerta e ilumina toda la habitación. 

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Asentamientos de Carnac, Francia

Stonehenge ha alcanzado con el paso del tiempo la fama mundial, pero no es ni de lejos el único lugar megalítico, pues se reparten por todo el planeta. Como es el caso de los alineamientos de Carnac (en la Bretaña francesa), el monumento de mayor extensión de la Prehistoria. Lo que resulta más sorprendente es la proporción y distancia entre las piedras, ya que muestran grandes conocimientos de geometría.

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Estructura Yonaguni, Japón

Todo el mundo sabe que Egipto es tierra de pirámides, pero también Japón cuenta con construcciones de este tipo, más misteriosas si cabe. Bajo las aguas de la isla de Yonaguni se puede encontrar una estructura de piedra que pese a que parece haber sido creada por mano de obra avanzada, data de la Prehistoria. Es todo un enigma el cómo se realizó bajo el mar y por ello se cree que se sumergiese por una catástrofe.

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