El Atlético Valladolid, una apuesta de presente y futuro

M.B.
-

El conjunto vallisoletano, con siete caras nuevas esta temporada, busca retornar a los puestos de privilegio y aspirar a algo más en unos años

El Atlético Valladolid, una apuesta de presente y futuro

El Recoletas Atlético Valladolid se encuentra ya inmerso en su séptima temporada consecutiva en la Liga Asobal. De hecho, este domingo afronta ya la tercera jornada, recibiendo en Huerta del Rey a Puente Genil tras ganar en Huesca y perder en su debut en casa ante Cuenca. El club, saneado económicamente, gracias a las inyecciones del CSD (113.225 euros), que compensó así la reducción de ingresos por taquillaje debido a la covid; y el patrocinio de la Junta (70.000 euros), ha hecho una apuesta de presente, pero sobre todo de futuro, con la renovación del cuerpo técnico que encabeza David Pisonero hasta 2026 –algo poco habitual en el mundo del balonmano– y con una revolución en su plantilla, con siete altas tras las 'jubilaciones' de Diego Camino y Arthur Patrianova; y las salidas de Dani Pérez, Jorge Serrano, Daniel Ramos, Fischer, Paolo Roki, Sergio Casares, y Mauricio Basualdo.

«Hemos apostado por jugadores jóvenes contrastados, que no se vayan a ir en un año y que valgan. Gente de proyecto», decía en su día Pisonero. Los gladiadores azules tienen, como caras nuevas, a los brasileños José de Toledo y Henrique Petter Solenta, al hispano-colombiano Daniel Virulegio, al hispano-brasileño Pedro Martínez, a los macedonios Dimitar Dimitrioski y Darko Dimitrievski, más el italiano Nicolo D'Antino. 

Y, tras lo visto en las primeras jornadas, la plantilla ha ganado en fortaleza defensiva, con tres jugadores por encima del 1,90 de altura, Petter (1,92), Dimitrievski (1,94) y De Toledo (1,92), a los que se suma en esa labores Rosell (1,96). Como suele ser habitual, desde el 6:0 como base, aunque con un 5:1 agresivo, con Miguel Camino de avanzado. 

En ataque, D'Antino está llamado a ser el sustituto de Jorge Serrano, pichichi de la Asobal en la 2020/21, con 217 tantos; mientras que Miguel Martínez, que finalmente se quedó en Valladolid aunque tuvo ofertas para jugar en Francia, tendrá esta campaña aún más competencia con De Toledo. En el puesto de pivote, los 13 goles en 13 lanzamientos de Álvaro Martínez en el partido en Huesca dejan bien claro que el vallisoletano no se lo va a poner nada fácil ni a Martínez Ayres, ni a Rossell ni a Virulegio. Mientras que la batuta la llevará un Borja Méndez que puede jugar su última campaña en Valladolid, con ayuda de Freitas y Alejandro Pisonero.

Bajo palos volverán a estar César Pérez y Yeray Lamariano, alternando primeras y segundas partes, con el joven Nico García creciendo a la sombra de los dos.

Precisamente por la juventud es por la que apuesta el club, no solo con jugadores como Tarsicio Freitas (que llegó el curso pasado y tiene 22 años), los hermanos Martínez Lobato (con 22), Rosell (21), Virulegio (19)... también con los canteranos Pablo Herrero (18) y Alejandro Pisonero (18), ambos en dinámica del primer equipo y ya con minutos de calidad.

En total 19 jugadores, con lo que el técnico tendrá que ir jugando con convocatorias y rotaciones, para tener a todos disponibles.

«Había que cambiar al equipo y hemos aprovechado para introducir variables nuevas, con el objetivo de dar un salto hacia arriba. En la línea del cuerpo técnico, y que dentro de 4 temporadas estemos aspirando a cuotas que nunca se han visto en el Atlético», confirma como aspiración de futuro el presidente, Mario Arranz, que añade que para el presente, es decir, para esta campaña, «hay que ir paso a paso. Queremos estar entre los ocho primeros, que es segundo u octavo, pero apuntamos más a la realidad del séptimo u octavo que al segundo, y en la Final a 8 de la Copa del Rey».

Con unos 1.100 abonados (aunque la campaña sigue abierta), el club ha perdido medio centenar de fieles en los dos últimos años, coincidiendo con la aparición de la pandemia de la covid, y aspira a ir recuperándolos poco a poco. De momento, este año tiene un número parecido al de la última temporada, aunque lejos del récord, establecido en el primer año enAsobal, cuando se alcanzó la cifra de los 1.950 fieles.