Apuesta por el producto local y ecológico

M.Rodríguez
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En la capital funcionan desde hace años una decena de grupos de consumo y comercios sostenibles, a los que se suman iniciativas como el mercado ecológico y el obrador de productos frescos

Ecomercado en la Plaza España. - Foto: Jonathan Tajes

La pandemia puso en jaque la globalización de los mercados, y la posterior crisis económica y energética está forzando un cambio a marchas forzadas en los sistemas de producción y distribución, incluidos los de los alimentos.

Los episodios puntuales de desabastecimiento que se han vivido en los dos últimos años han hecho que mucho volvieron a poner el foco en los productos de cercanía y en modelos como los grupos de consumo o las tiendas de ecológico, que se abastecen de los productores locales. Una forma de consumo más sostenible, que no acaba de cuajar porque los productos ecológicos tenían un coste más elevado que los que se ofrecen en los supermercados. Algo que también está cambiando esta crisis, donde los precios de la cesta de la compra se han disparado, lo que ha motivado que ahora sean muy similares a los de estos circuitos.

Un modelo que nació en la capital hace más de dos décadas cuando nació el grupo de consumo de 'La Patata'. Una iniciativa motivada por la inquietud de un grupo de consumidores preocupadas por conseguir productos ecológicos y elaborados por productores locales.

Ahora dos décadas después, la oferta de productos ecológicos ha llegado incluso a las grandes superficies, pero estos grupos mantienen su vigencia. De hecho, consideran que su apuesta por promover sistemas alimentarios locales y sostenibles como alternativa a los problemas de abastecimientos e incremento de los costes de distribución se consolida en plena crisis económica.

Esta es también una apuesta del Ayuntamiento de la capital. En el año 2016,  el Consistorio firmó una alianza por la soberanía alimentaria, con el objetivo principal de promover un modelo de alimentación en la ciudad más saludable y sostenible. 

Estrategia alimentaria. En los años siguientes se llevó a cabo un diagnóstico y un proceso de reflexión sobre el sistema agroalimentario local, y esto derivó en un proceso participativo para la redacción de la Estrategia Alimentaria propia, que se aprobó en 2018. «Es un proceso que no surgió de la nada, sino que se apoyó en diversas iniciativas que estaban trabajando hacia la soberanía alimentaria en el territorio desde hacía años», reconoce la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez.

De hecho, los estudios previos demostraron que el 20 por ciento de los alimentos que se consumen en la capital proceden de otros lugares. Un porcentaje que se incrementa hasta el 90 por ciento si se centra en los pescados y mariscos congelados. «Las conclusiones eran claras. Un porcentaje muy significativo de lo que entra en la cadena alimentario se pierde en la distribución y producción y posteriormente en residuos de alimentos aprovechables. Y se aprovechan de forma muy insuficiente los suelos cultivables de Valladolid y su entorno, por lo que se están desperdiciando oportunidades de autoabastecimiento», detalla Sánchez.

Para cambiar este modelo se han puesto en marcha iniciativas facilitar el acceso a alimentos saludables, ecológicos y de calidad. Un buen ejemplo es el ecomercado de la Plaza España, que se organiza el segundo domingo de cada mes y que acaba de celebrar su cuarto aniversario. Pero también se fomentan las redes locales de contribución, se apuesta por la sensibilización para una nueva cultura alimentaria consciente y se trabaja en la prevención del desperdicio de alimentos.

Además, para coordinar a las personas productoras, elaboradoras y tiendas ecológicas de la ciudad se constituyó la asociación VallaEcolid. «Este proyecto colectivo trata de facilitar que los productos ecológicos estén disponibles y al alcance del pequeño comercio, los mercados de abastos, la hostelería y la restauración, los comedores y servicios dependientes de la administración y el consumidor final individual», explica su responsable, Fanny Díez Amo.

El Ayuntamiento también está  incluyendo en los pliegos de contratación de las escuelas infantiles criterios de alimentación saludable y sostenible. Un planteamiento muy en la línea del que ahora se propone desde el Ministerio de Consumo para que los centros educativos apuesten por menús saludables, de proximidad, ecológicos y respetuoso con el medio ambiente. En Valladolid, en una primera fase que se inició el año pasado, en seis escuelas infantiles se incorporarán productos agroecológicos locales en el menú, con la idea de que en el futuro se vayan ampliando. «Se distribuye una tonelada al mes de verduras y frutas, además de media en productos secos (legumbres y pasta), detalla Fanny Díez.

Además, la Concejalía de Medio Ambiente realiza labores de educación y sensibilización, como una escuela de familias, con visitas a las huertas comunitarias, talleres y exposiciones en institutos, y una campaña sostenida por el 'Derecho a una alimentación saludable y sostenible' junto al resto de municipios de la Red de Ciudades por la Agroecología.