El monasterio de Nuestra Señora de Prado será reformado

D.V.
-

La Junta destina más de un millón de euros para la restauración del inmueble que es la sede de las consejerías de Educación y de Cultura, Turismo y Deporte

Imagen del Monasterio Nuestra Señora del Prado.

El Consejo de Gobierno aprobó hoy un gasto de 1.125.000 euros para la contratación de las obras de restauración de las cubiertas del monasterio vallisoletano de Nuestra Señora de Prado, que sirve de sede para las consejerías de Educación y de Cultura, Turismo y Deporte. La actuación busca eliminar los problemas de filtraciones detectados en varias zonas de la cubierta.

Para ello, los trabajos supondrán la renovación total de la cobertura de teja y la recuperación de la estanqueidad de las cubiertas, así como la reparación de los desperfectos producidos en las cornisas y la limpieza de la vegetación en algunas zonas. La teja a emplear será de tipo árabe con aspecto envejecido, de cerámica prensada y con perforaciones hechas en fábrica. Se utilizarán tejas especiales para la cumbrera, limatesas, tejas de ventilación y demás zonas que lo requieran.

El monasterio y su evolución

En 1397, en el lugar donde hoy se asienta el actual monasterio, junto al río Pisuerga, existía una ermita al cuidado de la cofradía de San Lázaro, bajo la advocación de la Virgen de Prado. Tras una visita en 1440, se constituyó como monasterio. El segundo prior, Fray Juan de Valladolid, inició un edificio en forma de monasterio, con una zona de clausura, otra donde juntarse al oficio divino y finalmente, el espacio donde desarrollar la vida comunitaria.

En 1443, el monasterio se elevó a la categoría de convento. Poco después, los Reyes Católicos aparecen en relación con el convento, que se convierte en Patronato Real. Además, se decidió situar allí la Imprenta de la Bula de la Santa Cruzada, que ya comenzó a funcionar en 1481. Durante el siglo XVII, el monasterio cambió por completo su fisonomía.

Es en esta época cuando se construyen los tres claustros de que consta el conjunto. El primero de ellos data del siglo XVII y su construcción se atribuye a Francisco de Praves, autor también del segundo claustro, llamado de Bulas. El tercer claustro, concluido a principios del siglo XVIII, se atribuye al monje benedictino fray Pedro de Martínez.

La iglesia, de una nave con crucero y cabecera plana, está situada en el ángulo que forman los tres claustros. De estilos gótico y mudéjar, fue construida a instancias de los Reyes Católicos y reconstruida en 1673 por los maestros vallisoletanos Nicolás Bueno y Cristóbal Jiménez. Actualmente sólo se conserva la fachada torreada.

Fue con la guerra de la Independencia cuando se inició la transformación del monasterio. Los monjes huyeron y la imprenta desapareció, aunque volvió a instalarse en 1814. Con la desamortización, aprobado el decreto en Cortes de 1820, se destruye todo vestigio de vida monástica e imprenta.

En 1851, el edificio se habilitó como presidio y correccional, función que cumplió toda la segunda mitad del siglo, excepto entre los años 1872 y 1879. También es en 1877 cuando se declara Monumento Nacional. A finales de siglo se hace cargo del edificio la Comisión de Monumentos de Valladolid y en 1899 toma el relevo en esas funciones la Diputación, convirtiéndole en Manicomio Provincial, misión que desempeñó hasta que en los años 70 del siglo XX se abandona definitivamente.

A partir del año 1982 se inicia el proceso de consolidación y restauración del edificio por parte de la Diputación hasta convertirse en sede de las Consejerías de Educación y Cultura de la Junta.