«No lograr el ascenso me dejó un sabor agridulce»

M.B
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Hugo López cumplirá 46 años el próximo 29 de julio. Para entonces estará preparando la clasificación para el Mundial con la selección de Suecia y su llegada a Japón tras dos temporadas dirigiendo en su casa al Clínica Sur-Aspasia Real Valladolid

Hugo López. - Foto: Jonathan Tajes

Hugo López anunció la pasada semana, casi por sorpresa, su adiós como técnico del Clínica Sur-Aspasia Real Valladolid. El pucelano cerraba así dos temporadas en Pisuerga, en su casa, al frente del primer equipo de la ciudad, cumpliendo uno de sus sueños como entrenador. Ahora le espera Japón y una nueva aventura en un currículo en el que destacan ya sus triunfos en España, Angola y Canadá.

La primera directa, ¿cuál es su próximo destino?

A día de hoy aún no se puede saber el equipo, aunque es cierto que me voy a Japón. Hay que respetar que el club quiera anunciarlo, que probablemente sea en menos de 15 días.

¿Por qué? ¿Por el proyecto que le ofrecen, porque aquí ya ha agotado objetivos...?

Cuando llegué a Valladolid lo hacía tras un año sabático tras haber estado en Angola y lo hacía con muchísima ilusión de afrontar un reto muy bonito, en un periodo x de tiempo poder llevar al equipo a esa ansiada ACB. Era un proyecto ilusionante que no se sabía si iba a ser por uno, dos o tres años, en el que queríamos ir paso a paso. En el primero conseguimos el mayor hito que ha conseguido este club, quedar 1º en la Liga regular y albergar la Copa Princesa; y acabar primeros al final de la Liga tras el parón por la pandemia, que nos dio ese ascenso deportivo a la ACB... conseguir ese éxito deportivo y que, por circunstancias económicas o administrativas, no se pueda llevar a cabo, te deja un saborcito de boca agridulce. En su momento no lo entendí pero con un poco de perspectiva vas entendiendo las circunstancias que rodeaban al club.

¿Soñó con esa posibilidad de ascenso a la ACB?

Sí. Se estaba hablando de la unión con el Real Valladolid de fútbol y si había una vía económica y estructural de subir era de la mano del club de fútbol. Al final se decidió que no fuese así y comenzamos otra andadura en la LEB, con un presupuesto igual de humilde (a día de hoy estaremos entre los seis-ocho presupuestos más bajos de la liga), y el equipo ha superado siempre las expectativas. Superamos la primera barrera entrando entre los cinco primeros y hemos peleado por el playoff de siete.

¿De más a menos?

Empezamos muy bien la Liga, con 3-1 y llegó la lesión de Paasoja, que nos marca, además de la salida de Smits. Tenemos que volver a encontrar dos jugadores con limitaciones económicas importantes. Ir al mercado en octubre-noviembre y encontrar jugadores libres que den nivel LEB no era fácil, y hubo que empezar a construir de nuevo al equipo. Luego ha ido teniendo altibajos y no hemos encontrado una consistencia regular durante toda la temporada. 

¿Al hablar de expectativas habla del entorno o del club?

Hablo del entorno. El club, con Mike, Pepe y Saúl, es consciente de quiénes somos y las capacidades que tenemos. Pero lo entiendo, el público nos vio el año pasado jugar a un nivel de baloncesto muy bueno con lo que teníamos y las expectativas están ahí. Cuando estás en lo más alto dar un pequeño paso atrás... pero hay años que las piezas encajan mejor. Este año teníamos 9 jugadores nuevos que, junto a la pandemia, nos ha hecho que nos haya costado encajar esas piezas del puzle.

¿Con qué se queda de esos dos años?

Lo más importante ha sido entrenar en casa, con mi familia, con mis padres, amigos, viéndome... volver a ver el Pisuerga lleno y albergar esa Copa Princesa que, por la pandemia, (con jugadores con coronavirus) no pudimos llegar en la mejor forma. Y que Valladolid se alegrase de que Hugo López fuese el entrenador... además de los mensajes de agradecimiento y de ‘vuelve pronto’ al anunciar mi salida.

¿Y volverá pronto?

En el camino de un entrenador no se puede hablar de tiempo, pero espero que no sea dentro de 20 años, que ya seré muy mayor. Lo que deseo es que el Real Valladolid Baloncesto, que es mi equipo, vaya dando pasos hacia delante y ojalá nuestros caminos se vuelvan a cruzar en un punto. 

Si fuese Mike Hansen o Pepe Catalina, ¿a quién ficharía de entrenador?

Creo que Pepe es el arquitecto perfecto para cualquier club de baloncesto. Sus conocimientos de basket a nivel de entrenadores y jugadores están muy por encima de muchos en la Liga; pero creo que Hugo López no tiene que dar ningún nombre de quién tiene que ser el técnico ideal para el año que viene.

Durante la temporada ha habido algunos momentos en los que se habló de poco feeling con Nacho Martín...

Ha sido totalmente ficticio. Mi relación con Nacho es buenísima. Lo que pasa es que los jugadores pasan por picos de forma... es como si alguien dice que como Sergio no ha acabado bien la temporada pueda tener problemas conmigo. En este caso, tras el coronavirus ha sido un jugador distinto. Mi relación con la plantilla ha sido buenísima, dentro de las dificultades de la pandemia en la que no se ha podido tener una cohesión tan cercana como otros años. Pero Nacho ha tenido un comportamiento conmigo y con el equipo ejemplar, y ha dado el máximo por esta camiseta.

Por cierto, tuvo un susto del que aún le queda una marca encima de la ceja...

Fue un susto grande. Estaba solo en casa, la noche anterior a un partido, me levanté para ir al baño y cuando desperté estaba lleno de sangre. Fue un síncope vasovagal, que me costó 5 puntos de sutura y se quedó en un susto solo. No querían darme el alta, pero quería estar con mi equipo y la pedí.

¿Cuánto han echado de menos a la afición?

Muchísimo. Los partidos en los que no han estado se ha notado. Siempre lo digo, hay mucha crítica al público, que si son fríos, que si no animan... yo solo puedo tener palabras de agradecimiento y les hemos echado mucho de menos porque aprieta y está con el equipo. Y es algo a lo que no nos hemos acostumbrado, incluso fuera, es casi como jugar un partido de verdad o un amistoso de pretemporada. Ojalá puedan estar cuanto antes.

Solo le va a quedar dirigir en Oceanía...

Veremos a ver si se da o no. Aún soy joven. Pero lo primero es coger el primer reto y a ver qué nos depara.