Una quincena de eventos ocupan la Plaza Mayor casi medio año

M.Rodríguez
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Las citas en el calendario van desde el mercadillo navideño hasta Semana Santa, el TAC o las fiestas patronales, además de sumar ferias y espectáculos depotivos

Una quincena de eventos ocupan la Plaza Mayor casi medio año - Foto: J.TAJES

La Plaza Mayor es el corazón de la ciudad, el espacio más demandado para albergar eventos, pero también una de las imágenes más icónicas y más reconocibles de Valladolid. Pero esto último se ha convertido en todo un reto porque es muy difícil obtener una instantánea con este emplazamiento diáfana, sin estar ocupado por gradas, casetas o escenarios.

El calendario de ocupación de la plaza muestra que tiene programación casi la mitad del año. Eso solo si se tienen en cuentan las principales actividades, las que están calendarizadas y se repiten año tras año,  que supone un mínimo de 160 días de actividad. El periodo de uso más intenso se registra en las fechas navideñas, con la instalación del mercadillo navideño. En esta última edición se abrió el 25 de noviembre y se prolongó hasta el 6 de enero. También hay picos de uso muy intensos en mayo y junio, donde se suceden eventos como las fiestas de San Pedro Regalado, el TAC, la Feria del Libro y el World Padel Tour. Y en septiembre, con los conciertos de las fiestas patronales.

Pero este espacio también alberga concentraciones festivas y reivindicativas, además de otros eventos culturales, deportivos o sociales que autoriza puntualmente el Ayuntamiento. De hecho, este mismo fin de semana, ya se volvió a ocupar con la propuesta de la 'Plaza Mayor del Vino', que en la edición de 2021 se celebró en octubre.  Un evento que se prolongó durante cuatro días y que motivó que se tenga que modificar el tradicional final de la manifestación del 1 de mayo con motivo del Día Internacional del Trabajo. 

- Foto: mir_icalUn uso intensivo que no es nuevo porque este ámbito ha sido usado como mercado y escenario de celebraciones populares a lo largo de la historia de la capital. Entre los sucesos más destacados de los que  fue protagonista este espacio destacan los autos de fe de la Inquisición, retratados por Miguel Delibes en su novela El Hereje, y varios festejos taurinos en el siglo XVII y XVIII.

Efecto dinamizador.

La Concejalía de Cultura es la responsable de la mayoría de las actividades que se realizan en la Plaza Mayor, aunque debe coordinarse con otras áreas por cuestiones de ocupación de vía pública y por el control de aforos, como en el caso de los conciertos de las fiestas.

«La plaza es el centro de la ciudad. Todo el mundo quiere hacer sus eventos aquí porque tiene asegurada la repercusión», apunta Ana Redondo, concejal de Cultura y Turismo. La edil defiende la utilización de este espacio para actividades organizadas por el Ayuntamiento porque asegura tener un buen aforo y garantiza el acceso gratuito a la mayoría de los eventos programados. «Que la plaza tenga tanta vida también representa que la ciudad tiene dinamismo y repercute positivamente en la economía  local», recalca.

En este sentido, hay citas estrechamente ligadas a este espacio. «Las principales propuestas del TAC tienen lugar aquí. Se garantiza un buen aforo y se convierte en el escenario idea para grandes montajes», detalla la responsable de Cultura. De hecho, este festival de artes urbanas ha dejado estampas  únicas, que se convierten en un «reclamo» turístico de la capital.

Redondo también pone como ejemplo del tirón de la Plaza el empeño de los libreros por celebrar en ella la Feria del Libro frente al rechazo que les suscitó el traslado durante unos años a la Cúpula del Milenio. «Ellos nos pidieron volver a la Plaza Mayor y la apuesta ha sido un éxito rotundo», reitera. Este año las casetas de esta feria literaria estarán abiertas entre el 2 y el 11 de junio, convirtiéndola en el epicentro cultural. Un evento que recupera la normalidad después de verse condicionado por la pandemia el año anterior.

Y poco días después, casi sin tiempo para desmontar la infraestructura de la feria, comenzará el montaje del graderío gigante y la gran pista de pádel, que hace de Valladolid la capital mundial de este deporte entre el 20 y el 26 de junio. Precisamente la ocupación de espacio que supone este evento, uno de los pocos que no son de acceso libre para el público, generó la polémica en 2015. Ese año coincidió el montaje con la toma de posesión del nuevo Gobierno municipal y se cuestionó la ocupación del espacio público, con una polémica que derivó en el borrador de un protocolo de uso propuesto por el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia.

En esta propuesta de norma, que finalmente cayó en saco roto, Saravia apostaba por organizar los eventos y no permitir que la Plaza Mayor estuviera «avasallada» por una estructura de las dimensiones del graderío levantado para el pádel, por ejemplo. «La propuesta era definir las actividades que se sitúen en la Plaza Mayor sin que las instalaciones ocupen gran parte del espacio», recuerda. Y reitera que es necesario dejarla respirar. Algo que se garantiza, según replica Redondo, porque hay al menos cuatro meses sin actividades programadas en este espacio, que queda liberado para el disfrute de los ciudadanos.