Todos sabemos que el comunismo y el socialismo son «muy de hacer muros». Y si no, que se lo pregunten a los ciudadanos al otro lado del Muro de Berlín, o del Telón de Acero del antiguo Pacto de Varsovia, liderado por la U.R.S.S. (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). 
Así pues, a nadie extraña la obcecación enfermiza del socialista Óscar Puente en mantener el muro que divide Valladolid, que es la vía del tren. Desde el principio de la legislatura, Vox ha defendido a capa y espada recuperar el proyecto de soterramiento de las vías del tren, reivindicación en las últimas semanas ha vuelto a la actualidad con las movilizaciones de la ciudadanía, junto a asociaciones de vecinos, la plataforma por el soterramiento, etc.
Pero   el   señor   Puente   se   niega   a   escuchar   esta   legítima   reivindicación de los vallisoletanos, de los más de 80.000 que viven al otro lado de las vías y del conjunto de la ciudad. Y se niega, con la excusa de que «no hay dinero», pero sin dignarse a poner sobre la mesa el coste real del soterramiento.
Porque la cifra que nos da de que el soterramiento cuesta 1.510 millones de euros es sencillamente mentira. Pero para no hablar de «opiniones» vamos a dar 'datos' oficiales del coste del soterramiento: eran de 272 millones de euros en el Convenio Valladolid Alta Velocidad de 2002. Un estudio posterior de Adif lo cifraba en 375 millones de euros. Por otro lado, el soterramiento en Murcia (soterrar 5,5 km de vías y la estación) se licitó por 290 millones de euros, y fue finalmente adjudicado por 192 millones de euros, datos oficiales que están a años-luz de lo que dice el señor alcalde.
Y además, al Ayuntamiento le corresponderían aportar el 25 por ciento, que financiados en diez años  serían sólo de cinco a nueve millones de euros por año, que es la mitad de lo que el Ayuntamiento se gasta todos los años en subvenciones.
Que no nos engañen con que no hay dinero, lo que no hay es voluntad política para soterrar. Porque como buen socialista, Óscar Puente prefiere mantener el muro.