El Supremo revoca una condena por tentativa de homicidio

D.V.
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El Supremo absuelve al supuesto cómplice de un delito de tentativa de homicidio al vecino de Medina del Campo Ricardo B.G, 'el Richar'

El Tribunal Supremo ha absuelto del delito cómplice de un delito de tentativa de homicidio al vecino de Medina del Campo (Valladolid) Ricardo B.G, "el Richar", por hechos ocurridos en la madrugada del 6 de septiembre de 2013, cuando supuestamente acudió al domicilio del también convecino Diego F.L. a quien el padre del ahora absuelto, en paradero desconocido desde entonces, descerrajó un tiro de escopeta que le dejó totalmente ciego.

Las sentencia del Alto Tribunal se produce después de que ya en diciembre de 2020 anulara la condena de tres años de cárcel dictada en diciembre de 2018 por la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid y ordenara dictar una nueva, motivando la misma, al entender que se había vulnerado el derecho a la tutela judicial efectiva y de presunción de inocencia.

El segundo fallo, también condenatorio de la Audiencia Provincial de fecha 21 de enero de 2021, fue recurrido por segunda vez ante el Supremo y ahora el Alto Tribunal ha dictado sentencia absolutoria para "el Richar" tras estimar el recurso presentado por el letrado Francisco Gómez Llorente, quien, en declaraciones a Europa Press, ha expresado su "satisfacción" tras comprobar que la resolución recoge los argumentos expuestos en su día por esta defensa.

La sentencia ahora revocada halló a Ricardo B.G. cómplice de un delito de tentativa de homicidio, con la agravante genérica de abuso de superioridad, la atenuante analógica de arrebato y la atenuante ordinaria de dilaciones indebidas, y, además de tres años de prisión, le impuso la prohibición de acercarse al domicilio o lugar de trabajo de la víctima en un radio de 500 metros o comunicarse con ella por cualquier medio, todo ello durante diez años a partir de que el fallo adquiera firmeza.

En concepto de responsabilidad civil, el condenado R.G. tenía que indemnizar a Diego F.L. en la suma de 526.557,1 euros, consecuencia de
las lesiones sufridas por éste (800 + 7.380), secuelas
(251.861,8), perjuicio estético importante (46.515,3 ), daños complementarios (70.000) e incapacidad permanente absoluta (150.000), cantidad que generará el correspondiente interés legal.

Por contra, su hermano Juan Manuel, el "Sordo", quedó absuelto de los cargos que se le imputaban ya que, a tenor de la prueba practicada, "no consta suficientemente acreditada la participación del acusado en los actos descritos", de ahí que se le aplique el principio 'in dubio pro reo" pro reo.

Fiscalía había solicitado para cada uno de los hermanos una condena de ocho años de privación de libertad por tentativa de asesinato, un año menos de la petición inicial ya que en su informe final decidió retirar contra ambos el delito de tenencia ilícita de armas por el que pedía un año a mayores, al tiempo que, en concepto de responsabilidad civil, había interesado el pago de indemnizaciones de 526.535 euros.

El juicio se celebró en ausencia del supuesto autor de los disparos, Francisco B, prófugo de la Justicia desde el día de los hechos, pero con la presencia de sus dos hijos, Ricardo y Juan Manuel, más conocidos como "el Richar" y "el Sordo", este último por sus problemas de audición, quienes mantuvieron que aquella noche, en plenas fiestas de Medina, tuvieron un incidente previo con 'Dieguito', uno de los hijos del tiroteado y otros dos familiares más, en concreto con su hermano Rodrigo y el hijo de éste, Sansón.

Incidente en los autos de choque

Explicaron que la refriega inicial se produjo porque Rodrigo y Sansón comenzaron a impactar con violencia su auto de choque contra el que conducía Juan Manuel, lo que derivó en una pelea en la que éste recibió un puñetazo en una ceja y un cachavazo en la cabeza. A la pelea se sumó Ricardo en defensa de su hermano, hasta que, como así reconocen los acusados, acudió Diego F.L. para separar a los contendientes.

Aunque el fiscal entendía probado que los dos hermanos se dirigieron a posteriori a casa de su padre, Francisco, para contarle la afrenta sufrida y luego los tres, el progenitor armado con una escopeta y sus vástagos provistos de armas blancas, se trasladaron hasta la vivienda de Diego F.L, en la calle Padre Hoyos de Medina, para tomarse la venganza, los dos acusados porfiaron en que, ensangrentados a causa de los golpes recibidos en la feria, acudieron a casa de una abuela y luego a la de su tío Manuel, el "Tolo", donde fueron curados de sus heridas.

Al día siguiente mantuvieron que un familiar les llevó a Palencia y luego a Madrid, donde Juan Manuel se quedó con unos familiares, mientras Ricardo continuó trayecto hasta Valencia. Los dos hermanos aseguraron que fueron atendidos de sus heridas en distintos centros hospitalarios de la capital madrileña y Valencia, sin que en momento alguno se presentaran la noche de autos con su padre en el escenario del tiroteo para tomarse la revancha.

Las mayores contradicciones llegaron de la parte del tiroteado y su familia, en el sentido de que no se pusieron de acuerdo sobre el orden de los dos disparos efectuados aquella noche y, sobre todo, sobre si Juan Manuel ("el Sordo") estuvo o no en el escenario de los disparos, circunstancia tenida en cuenta por el tribunal a la hora de absolver al aludido.

Así, Diego F.L, quien se encuentra ciego desde aquella noche, recordó que tuvo que acudir a los autos de choque para poner orden y separar a los contendientes, y ya luego en casa asegura que oyó los pitidos de un coche y al salir de su casa se encontró de frente con Francisco B. y "el Richar", el primero con una escopeta apuntándole y con gritos del siguiente tenor: "Salir, salir, hijos de puta, a ver si tenéis huevos, que os vamos a matar!".

"¡Para, para, que son cosas de chicos!", mantuvo que espetó al portador de la escopeta segundos antes de que éste le pegara un tiro en la cara y el tórax y realizara un segundo disparo que cree que iba dirigido a su esposa, que había salido también a la calle y a la que empujó dentro para evitar que fuera alcanzada.

El lesionado relató que aunque él sólo pudo ver a Francisco y su hijo Ricardo, su esposa le contó después que en una esquina se encontraba el "Tolo" armado con una escopeta y que el otro acusado, Juan Manuel, les esperaba en las cercanías a bordo de un coche rojo.

Para añadir aún más confusión, la esposa de la víctima, Rosalía, quien hace cinco años declaró que hubo un primer disparo al aire y un segundo que impactó de lleno en su marido, cambió la versión en el juicio y aseguró que el primer tiro fue para su pareja y el siguiente para ella o sus hijos, que miraban por la ventana.

Pero la mayor contradicción estriba en que ni siquiera la esposa fue capaz de situar a Juan Manuel en el escenario de los tiros, y ello a pesar de que su esposo mantuviera que su pareja creyó verlo en un coche rojo.

La declarante se mantuvo firme en que vio perfectamente a Francisco blandiendo y utilizando la escopeta, a su hijo Ricardo a su lado con una especie de hoz en la mano izquierda y a un hermano del primero, "Tolo", con una escopeta en otra esquina, pero no fue capaz ahora de situar allí a Juan Manuel. "No sé si estaba o no estaba", indicó.