"Debí agredir al camarero, pero no soy consciente de ello"

D.V.
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El acusado de intentar matar a un hostelero en un bar de Las Delicias con un cuchillo jamonero reconoce que cuando bebe se vuelve "muy desagradable": "Ya me decía mi mujer que iba a acabar en la cárcel. Llegaba a casa y lo destrozaba todo"

Juicio por tentativa de homicidio en un bar de Las Delicias. - Foto: Europa Press

"¡Reconozco que cuando bebo me vuelvo muy desagradable, aunque siempre me he llevado bien con él y es amigo de mi sobrino!", es el argumento dado por Óscar G.P, vecino del barrio de Las Delicias de Valladolid, para tratar de explicar por qué en enero de 2021 atravesó literalmente de parte a parte a un camarero del bar 'Jose' con un cuchillo jamonero de 25 centímetros de hoja.

Los hechos han comenzado a ser enjuiciados este martes en la Audiencia de Valladolid, donde el encausado, llegado directamente desde la cárcel de Dueñas (Palencia), donde se halla ingresado desde entonces, ha alegado recordar muy poco del día de autos porque, como así ha mantenido, por aquellas fechas atravesaba un mal momento a raíz de la muerte de su madre dos años que le había "partido en dos", a lo que se habían sumado la minusvalía psíquica que padece, los antidepresivos que tomaba, el abusivo consumo de alcohol y cocaína y una ludopatía.

"Ya me decía mi mujer que iba a acabar en la cárcel. Llegaba a casa y lo destrozaba todo", ha lamentado Óscar, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha negado que su intención fuera acabar con la vida del camarero, al que conocía desde pequeño y con el que asegura que mantenía una buena relación porque éste era muy amigo de un sobrino suyo.

Sobre el grave incidente registrado la tarde del 4 de enero de 2021 en el referido bar, sito en la calle Embajadores, el acusado ha recordado que se encontraba jugando con la máquina tragaperras y que había perdido ya casi 1.000 euros. Asegura que había tomado mucho alcohol y que incluso había entrado al baño a esnifarse una raya de coca y que en un momento dado mantuvo una discusión con el camarero cuando éste le recriminó por estar molestando al resto de clientes.

Ha mantenido que tras el cruce de palabras abandonó el local y ya en la calle empeñó su teléfono móvil a un colombiano con el propósito de seguir jugando con la máquina del bar, donde se personó al poco tiempo de nuevo. De este modo, negaba que su marcha del local fuera para trasladarse a su domicilio para proveerse del cuchillo jamonero de 25 centímetros de hoja con el que a la postre hirió al camarero del citado establecimiento.

"Reconozco que he debido de agredir al camarero, pero no soy consciente de ello. Actualmente estoy en la cárcel y no me creo que haya podido hacer esto", ha lamentado Óscar, quien ha insistido en que no pretendía acabar con la vida del camarero, frente a las tesis de las acusaciones pública y particular, la primera de las cuales, con carácter provisional, solicita nueve años de cárcel por tentativa de homicidio y la segunda casi quince años por un asesinato intentado.

ATAQUE SORPRESIVO
Y a tenor de lo declarado por los testigos, está por ver si el fiscal del caso modifica finalmente su calificación al término de los tres días de juicio y se alinea con el acusador particular, sobre todo porque la víctima del acuchillamiento ha mantenido que el ataque se produjo de forma sorpresiva, sin que pudiera defenderse. "!Joder, ya te digo"!, es la explícita respuesta que el camarero ha dado a su abogado a la pregunta de si el ataque fue imposible de prever.

En cuanto a lo ocurrido, el lesionado ha relatado que Óscar, con cuyo sobrino mantenía muy buena relación, se había dedicado a molestar a la clientela mientras jugaba con la tragaperras y por eso le pidió finalmente que abandonara el local tras un intercambio de palabras.

Fue poco después, cuando el camarero ya había desconectado la máquina y barría el local, el momento en el que apareció de nuevo Óscar para pedir, sin ningún éxito, una consumición.

"Me acerqué a él, le puse el brazo en el hombro para invitarle a salir y fue entonces cuando sacó algo y me lo clavó en el tórax, sin que pudiera ver que se trataba de un cuchillo que me atravesó y salió por la espalda", ha declarado Iván, quien también ha puesto en boca de su agresor las siguientes amenazas: "Yo te mato, yo te mato!".

SOLO DOS VINOS Y UNA COCA COLA
El lesionado, al igual que el resto de clientes, ha precisado que el acusado no presentaba signos de embriaguez. De hecho, Iván ha mantenido que esa tarde tan solo le había servido dos vinos y luego una Coca Cola cero.

Por su parte, una clienta que asistió al camarero tras la agresión ha recordado también que, ante la falta de trapos, llegó a taponarle con sus manos ambas heridas, la de entrada a la altura del tórax y la de salida por la espalda, y que si finalmente el acusado no pudo seguir acuchillando a la víctima es porque uno de los clientes se interpuso con una silla.

La detención del agresor se produjo en el mismo bar y fue efectuada por una patrulla de la Policía Local, uno de cuyos integrantes ha precisado que conocía a Óscar de otros servicios anteriores. El agente, para quien el detenido no se encontraba "excesivamente influenciado por el alcohol y se hallaba cabal y consciente de lo que hacía", ha recordado también que durante su traslado en el vehículo policial tuvo que pedirle varias veces que dejara de proferir determinadas frases claramente incriminatorias.

"Nos dijo que quería clavarle el cuchillo en el corazón pero había fallado y que si no llegamos a intervenir le habría cortado la cabeza", ha apuntado el policía municipal.