La nueva María de Molina cierra la gran peatonalización

M.Rodríguez
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El entorno de la Plaza Mayor se cierra al tráfico y cambia radicalmente su aspecto con la apuesta por el color en el pavimiento, que no ha estado exenta de críticas

La calle de María de Molina, pintada de rojo. - Foto: J.T.

Valladolid estrena nueva zona peatonal en el entorno de la Plaza Mayor. A falta de los últimos remates, que se prolongarán durante el lunes y martes de la próxima semana, las calles Pasión y María de Molina ya lucen su nueva imagen: sin tráfico, salvo el de los residentes y los vehículos autorizados para la carga y descarga, y con prioridad absoluta para los peatones. Se concluye así la denominada «gran peatonalización» en la almendra central, que se inició hace varios años con la experiencia de Regalado y que suma 25.000 metros cuadrados de zonas restringidas al tráfico .

Un proyecto y un diseño que no ha estado exento de cierta polémica, igual que ya sucedió en la primera fase, ejecutada en 2020, que incluyó Claudio Moyano, Menéndez Pelayo, Constitución, Licenciado Vidriera y a una parte de Doctrinos, entre María de Molina y la calle Santiago. Este último tramo permitió que después de casi cuatro décadas la artería comercial fuera cien por cien peatonal. Ahora, casi todo el debate se ha centrado en el color elegido por el equipo de Gobierno para el pavimento, su durabilidad y limpieza.

Un examen que llega tras la experiencia fallida de las pinturas decorativas de la primera fase, que se han reparado parcialmente este verano. En esta ocasión se ha optado por el tono de rojo de las fachadas de la Plaza Mayor. «El color estaba claro porque es el que está fijado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para el casco histórico», defiende Luis Vélez, concejal de Movilidad y Espacio Público.

Una cubrición que los responsables municipales esperan que sea más duradera que la aplicada en Claudio Moyano, donde son más visibles los desperfectos. Por eso se ha elegido un sistema de asfalto coloreado. «Se ha elegido esta opción porque es la que más asegura que no se levante el color. Eso sí, evidentemente suciedad cogerá, como sucede con el resto de las vías y las aceras. Este material se puede limpiar», explica Vélez. De hecho, esta semana la oposición criticó la suciedad de las zonas que ya están coloreadas, pero las últimas lluvias han borrado estos rastros.

El equipo de Gobierno mantiene su apuesta por «dar vida» a las zonas comerciales. «Desde hace años se plantea que el asfalto no gusta ni a peatones ni a comerciantes porque da la sensación de que la calle no es peatonal. Y hay que buscar algo que le dé un toque diferente y la haga atractiva», defiende Vélez. En este sentido, reitera que las nuevas calles serán «seguras» y «accesibles» frente a la opción del adoquinado, que provoca caídas y tiene más gastos de mantenimiento.

La alfombra roja, que cubre Pasión y la plataforma única de María de Molina hasta la intersección con Doctrinos, se extiende hasta el cruce con la calle Santiago y por el lateral del Teatro Lope de Vega, en el tramo peatonalizado de 20 de febrero. El resto de esta calle se reserva exclusivamente para la circulación y el  aparcamiento de los residentes. Según datos municipales, en la calle María de Molina hay 350 plazas de garaje y en 20 de febrero son 184. En total, en toda el área peatonalizada hay casi 1.000 plazas en estacionamientos particulares y 24 plazas de carga y descarga.

Además, esta reforma incluye la creación de zonas verdes y la plantación de arbolado.

adoquinado. Un tratamiento diferencial tendrá el tramo peatonal de la calle San Lorenzo, en el lateral del monasterio de Santa Ana, que se pavimentará con adoquín y piedra caliza. Unos trabajos que se rematarán después de ferias. Aunque otra parte de la fachada del monasterio sí que coincidirá con la plataforma pintada, algo que también ha generado las críticas de la oposición municipal y algunos vecinos.

El resto de la vía, por petición de los comerciantes de la zona, quedará tal «como está» hasta Pedro Niño, donde los aparcamientos ya son exclusivamente para residentes. De hecho, las obras de esta segunda fase comenzaron en esta vía para afrontar la renovación del colector situado en el subsuelo.