Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Opacidad

31/03/2022

Una de las grandes mentiras con las que convivimos en España es la del precio del combustible: un pandemonium de impuestos y «varietés». Y otra mentira gorda es que haya competencia. Leyendo el último informe de la Comisión Mercados y de la Competencia sobre este sector, quedan claras algunas cosas. Por ejemplo, que la horquilla de precios es tan enorme que no se puede decir que el precio refleje el valor del producto sino el coste de oportunidad. Una de las tres provincias más caras para gasóleo es León. ¿Qué sentido tiene esto distinto que el puramente especulativo?. Hay en el texto un análisis en profundidad de la provincia de Segovia. Queda claro que es mucho más caro en autopistas, autovías y en la ciudad que en otros ámbitos. De hecho, la gasolinera más barata está en Cantalejo.
Básicamente es una vergüenza. Los precios antes de impuestos de las gasolineras superaron a las medias europeas. Y el margen comercial fue superior al indicador de la zona euro en la gasolina y parecido en el gasóleo. Dicen los operadores que no es negocio, pero yo veo cada vez más gasolineras por todos lados. Dicen que los márgenes no dan para mucho, pero veo cada vez más «low cost». Dicen que no les llega, pero veo a grandes enseñas hacer ofertas agresivas de descuento en céntimos, lo que nunca.
Dicen, dicen, dicen. Poco o nada más importante tienen que hacer los políticos que hacer eficiente y transparente la distribución en España, atados como estamos al acuerdo que alcancen en cada zona los distribuidores y de ciertas estrategias arteras que están reventando los bolsillos de las clases medias, de la pobre gente que se gana la vida con el sudor de su furgoneta. Lean el informe en la web de la CNMC y luego recuerden a Joaquín Prat en aquello del precio justo.