El difícil equilibrio entre ocio y descanso

M.Rodríguez / M. Belver
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Las asociaciones de vecinos se muestran muy críticas con las terrazas en las plazas de aparcamiento. Además, piden que se vigilen los horarios y el espacio que ocupan. Para los hosteleros, esos espacios han sido la tabla de salvación

Terrazas en la Plaza Mayor - Foto: Jonathan Tajes

El boom de las terrazas, que muchos pronostican que ha llegado para quedarse, obliga a encontrar el complejo equilibrio entre ocio y descanso. El mapa de las terrazas, elaborado por El Día de Valladolid, refleja los puntos más saturados de la ciudad, pero también el incremento que se ha registrado en algunos barrios, sobre todo con la autorización para instalarlas en plazas de estacionamiento de vehículos.

Esta alternativa para seguir capeando el temporal de la crisis, por la que se decantaron un buen número de establecimientos (y que 111 han pedido renovar), se ha convertido en el nuevo caballo de batalla de los vecinos. Las dos federaciones vecinales, Antonio Machado y Conde Ansúrez, critican que se mantenga esta opción, sobre todo en las zonas donde hay más problemas de aparcamiento. Desde ambos colectivos se muestran comprensibles con los problemas que tuvo el sector, pero recuerdan que otros negocios también necesitan las mismas ayudas. «Entendemos que es temporal y esperamos que no se perpetúe en el tiempo», apunta Margarita García, presidente de la Federación Antonio Machado. Y pone como ejemplo el caso de la calle Conde de Ribadeo, donde todo un lateral de la calle está ocupado por este tipo de instalaciones. Más beligerantes incluso se manifiestan desde la Federación Conde Ansúrez, que avanzan a este periódico que van a pedir una reunión con el concejal de Movilidad y Espacio Urbano para tratar este asunto. «Estamos recibiendo muchas quejas por la ocupación de plazas de aparcamiento en todos los barrios, lo que agudiza un problema que ya era de por si grave», critica su presidenta, Elvira Yáñez. 

Los vecinos también piden que se cumpla la normativa en lo relativo a la ocupación de espacio autorizado, ya que alertan que también tienen quejas de problemas de movilidad y accesibilidad en algunas calles, sobre todo las más estrechas. «La ocupación de espacio público y el ruido que se genera hay que controlarlo. Entiendo que la situación es complicada, pero no se puede mantener porque si no sería una huida hacia adelante. Hay que recuperar la calle para la ciudadanía», reclama García. 

En el caso del espacio, desde la Federación Antonio Machado se pide al Ayuntamiento que se marque en el suelo el límite de cada terraza para que la Policía Local pueda comprobar en cualquier momento que se cumple la norma. 

Y también reclaman que solo se conceda permiso a los establecimientos que tengan espacio para guardar las mesas y las sillas en su interior, para no obstaculizar el tránsito cuando están recogidas. «Además, las terrazas fijas tienen que desaparecer porque es una ampliación de un negocio en el espacio público a un precio muy módico», recalca García.

Y esta preocupación, sobre todo de cara al verano es lo que trasladará Yáñez en la carta que envíe al concejal. «Hay que limitar los horarios», reitera. 

Aunque el concejal de Movilidad y Espacio Público, Luis Vélez, apunta que en el Ayuntamiento han recibido muy pocas quejas. «Se ha llevado bien. Los vecinos han sido comprensibles y los hosteleros están agradecidos», recalca. También detalla que los técnicos municipales «siempre» han intentado garantizar la accesibilidad y el tránsito peatonal.

En el otro lado están los propios hosteleros, que han visto en las terrazas una tabla de salvación para muchos negocios y que creen que dan, incluso, vida a una ciudad. «Siempre que no haya obstáculos para los ciudadanos, ni estorbos. Antes las terrazas eran de verano, y ahora con el miedo por la pandemia y por entrar en nuestros interiores, son ya también de invierno», señala Jaime Fernández, presidente de la Asociación Provincial, que no ve que el número de establecimientos que dispone de una haya llegado ya al techo: «Si hay posibilidades y ocupación... seguirán sumándose más».

Fernández tiende la mano a las asociaciones –«hemos colaborado siempre y queremos cumplir con la ordenanza», apunta– y deja claro que el que no cumpla, con los espacios o con los ruidos, «que pague», asegurando que apenas hay denuncias en los últimos tiempos.

Cuestionado por el número de licencias en el casco, sentencia que «es normal que haya más, es la zona más turística, la que más afluencia tiene... pero hay que recordar que son también los que más pagan». Aun así, la Asociación Provincial de Hosteleros ya tiene preparada una campaña para revitalizar el sector en los barrios: «Se dará a conocer después de Madrid Fusión».