El centro suma más terrazas que los cuatro grandes barrios

M.Rodríguez / M. Belver
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En el casco histórico de la capital hay 395 licencias, mientras que el global de estos cuatro barrios, más poblados y que cuadriplican en extensión a la almendra central, asciende a 358

El centro suma más terrazas que los cuatro grandes barrios

Que la pandemia ha multiplicado el número de terrazas en Valladolid es evidente. El Ayuntamiento de Valladolid flexibilizó en estos dos últimos años la normativa para que los hosteleros pudieran utilizarlas como alternativa a las restricciones sanitarias y salvar así sus negocios. Eso supuso que se pasara de cerca del millar que había en 2019 hasta las 1.800 que hubo en el pico de pandemia o las 1.350 que están pendientes de renovar su licencia en el mes de abril.

El Día de Valladolid ha elaborado un mapa de las terrazas en la capital para comprobar su distribución por barrios y calles, además de conocer las zonas más saturadas, aunque los datos facilitados por la Concejalía de Movilidad y Espacio Urbano no incluyen el número de mesas autorizado a cada establecimiento. Un listado que suma bares, cafeterías, gastrobares y restaurantes. La primera conclusión certifica que el casco histórico (395) suma más licencias que Delicias (126), Parquesol (74), Rondilla (116) y La Victoria (46). Es decir, en una superficie de poco más de 1,5 kilómetros cuadrados se acumulan más espacios hosteleros que en un tercio de la superficie de Valladolid. 

Este tirón indudable del centro para la hostelería implica que en el distrito de la Plaza Mayor, que incluye la zona de Coca, Poniente, el Val y Cantarranas, haya más de 200 establecimientos con licencia para servir en el exterior. En la propia plaza, el corazón de la ciudad, hay 13 terrazas, seguida por las diez de las calles Francisco Zarandona y Sandoval o las nueve de la plaza Martí y Monsó. De hecho, el entramado peatonal de la zona central se ha convertido en el espacio más deseado por los hosteleros, que ven como esas terrazas se convierten en el mejor reclamo para mantener a flote sus negocios.

 Una ocupación que desde el pasado mes de febrero ha reducido notablemente su espacio para volver al autorizado en 2020, antes de la normativa especial con motivo de la pandemia. Durante ese tiempo el Consistorio no ha cobrado la tasa de terrazas y ha avalado la extensión de las mismas, incluso en áreas antes no permitidas, tanto en plazas de estacionamientos de vehículos como en zonas peatonales colindantes a los negocios. «Se ha tratado siempre de garantizar el tránsito peatonal y la accesibilidad en todas las zonas autorizadas», explica el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez. 

Esa flexibilización en el uso del espacio público contribuyó a que el número de terrazas se incrementase en todos los barrios y colonizase la mayoría de las calles, ya que para muchos negocios ha sido la única vía de supervivencia. Aunque hasta el próximo mes no se conocerán cuántas de las 1.350 licencias se renovarán este año. De hecho, según el censo elaborado por este periódico hay instalaciones de este tipo en 463 calles y 111 solicitadas en plazas de aparcamiento. 

Clasificación.

El ranking de barrios lo encabeza el casco histórico (Plaza Mayor, Plaza España, San Pablo, San Martín y La Antigua), con 395; seguido de Delicias con 126 licencias, Rondilla con 116; Parquesol, con 74, y la zona de la Antigua-Santa Cruz y Campo Grande, con 68 cada una. En el área de la Plaza de Toros hay 51 y en Huerta del Rey se cuentan 46, a las que hay que sumar las 17 de Villa del Prado. Por contra, con menos concentración está Las Flores, con dos licencias, o Barrio España y San Pedro Regalado, con 9. 

Dentro de cada barrio las licencias se concentran en áreas muy determinadas. Así, en Delicias se concentran en el paseo Juan Carlos I, en la calle Embajadores, en Arca Real y en General Shelly. Además, en este barrio se concedieron otras nueve licencias para instalar en otras tantas en plazas de aparcamiento. Un fenómeno que también se repite en La Rondilla, donde el número de permisos para utilizar las zonas de parking sube hasta los 13. En esta zona, de calles estrechas y muy colmatada urbanísticamente, esta opción ha sido muy demanda. El resto de las terrazas se concentran en la plaza Alberto Fernández, la calle Cardenal Torquemada, Mirabel, Cardenal Cisneros, en la avenida de Palencia y en Portillo de Balboa.

Aunque el barrio donde más bares se han beneficiado de esta opción extraordinaria, que se mantendrá este ejercicio aunque pagando el cien por cien de la tasa, ha sido La Victoria. En total se han pedido 18 licencias a las que hay que sumar las 46 ordinarias. En área, las zonas con más terrazas son la calle Dársena, San Lázaro, Fuente el Sol y Paseo Obregón.

En Parquesol, por contra, solo se solicitaron dos licencias para ocupar los estacionamientos. La estructura de un barrio más nuevo, con calles amplias y plazas, hace menos necesaria esta alternativa. En este caso los establecimientos se concentran en la calle Profesor Adolfo de la Muela, Amadeo Arias, Hernando de Acuña, Mateo Seoane Sobral y Manuel Azaña

Las calles.

En la clasificación del calles, el puesto de honor es para el paseo de Zorrilla, que en sus 4,5 kilómetros acoge 52 establecimientos con terraza. Por detrás está el paseo Juan Carlos I que, en sus siete kilómetros, tiene autorización para instalar 19.

Fuera de estas grandes vías, en los 500 metros de la Acera de Recoletos se concentra 12 terrazas. En la mitad de espacio, en la calle Paraíso hay 13 establecimientos. Y en similar, en la calle Francisco Zarandona hay permiso para otros diez, igual que en la calle Pasión, mientras en Correos bajan a nueve. Esta concentración en calles pequeñas es la tónica en toda la almendra central. 

Las plazas son también un gran reclamo para montar mesas exteriores, tanto de bares como de restaurantes. Solo hay que darse un paseo por la plaza Martí y Monsó o la Plaza Mayor, que son las que más suman. Pero en la de Poniente hay instaladas nueve, mientras que en Rinconada son seis, cinco en la de la Universidad y en la del Ribera de Castilla son cuatro, igual que en la de San Nicolás y en la del Val.

 

«La subida ha sido brutal, pero se ha llegado al pico y ahora bajará»

«La opción de estar y consumir en la calle ha llegado para quedarse. Y tenemos que afrontar este fenómeno», reconoce el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez. En este sentido, apunta que la próxima renovación de las licencias depurará bastante el listado, del que también se caerán algunos negocios que han cerrado esto año. De hecho, en el mapa realizado por este periódico se comprueba que el número de licencias actual es de 1.350 aunque el pico de solicitudes había subido hasta 1.800 en algún momento de la pandemia. Vélez explica que a la proliferación en el centro ha ayudado las peatonalizaciones, y que indirectamente eso también genera beneficios para el comercio por la capacidad de atracción de público.

Ahora, la Concejalía tendrá que afrontar la renovación de licencias y también las peticiones ordinarias para la instalación de más mesas, que ya les están llegando tras el fin de la moratoria de las ampliaciones extraordinarias.