Reconocer que Valladolid es una de las ciudades con más alto nivel de calidad de vida de España es algo a lo que ya no nos resistimos ni nosotros mismos, sus habitantes, bastante o muy imbuidos por el escepticismo y la severidad propios del carácter castellano. Un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) así lo demuestra, situando a Pucela en la cuarta posición del ranking nacional. 
Quiere esto decir que, si tuviéramos la ocasión de valorar al resto de ciudades midiendo la calidad de sus servicios, salud, seguridad, limpieza, movilidad, medio ambiente, educación, vivienda o mercado laboral, y lo hiciéramos con el mismo rigor con el que valoramos los propios, Valladolid quedaría aún mejor posicionada. 
A falta de un baremo estandarizado que permita una medición objetiva, desapegada de las percepciones, viajar y comparar, leer y reflexionar, son métodos válidos suficientes para acabar concluyendo que aquí se vive mucho mejor que en Madrid o en Barcelona, que en Sevilla o en Valencia, así como, por analogía, en la mayoría de las grandes ciudades de Europa. Y es que cada día más, Valladolid es una ciudad ideal para vivir, trabajar, invertir o visitar.  
Si este verano tiene la ocasión de pisar otras ciudades europeas procure agudizar la vista y tomar nota. Verá algunos detalles y aspectos concretos de los que Valladolid puede aprender, pero con muchos no podrá evitar sacar pecho preguntándose a qué están esperando para imitarnos.
Cada día más, nuestro Ayuntamiento tiene mucho que ver en esta evolución. La gestión municipal está orientada precisamente a la excelencia en la calidad de los servicios que presta, que son cada vez más y más solventes. A diferencia de la mayoría de grandes ciudades, el consistorio se responsabiliza directamente de la gestión del agua, de la limpieza o de la movilidad. Prima el criterio de la salud por encima del resto, facilita el acceso a la vivienda y dispone de unos robustos servicios sociales. Todo ello con una oferta cultural de primer nivel.
Valladolid ya es de las mejores, pero tiene que ser la mejor. Puede que decirlo en voz alta no resulte muy propio de ese mencionado temperamento castellano, pero es el objetivo que tienen entre ceja y ceja nuestro Alcalde y su equipo de gobierno municipal. Mucho trabajo por delante, pero «el que la sigue la consigue».