"En esta situación de crisis podemos gastar en lo necesario"

M.Rodríguez
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El concejal de Planificación y Recursos del Ayuntamiento de Valladolid, Pedro Herrero, asegura en una entrevista que el Ayuntamiento "no va a a especular, pero tampoco prometer lo que no esté en condiciones de cumplir"

"En esta situación de crisis podemos gastar en lo necesario" - Foto: Wellintong Do Santos

La «buena salud» de las cuentas municipales se ha convertido, en una situación extraordinaria como la generada por el COVID-19, en el recurso más eficaz para gestionar esta crisis sanitaria y social con unas consecuencias económicas todavía por cuantificar. Pedro Herrero, concejal de Planificación y Recursos del Ayuntamiento de Valladolid, apunta que esa solvencia económica no obligará, de momento, a tirar de créditos para afrontar los gastos municipales aunque se vayan a recortar notablemente los ingresos. El edil socialista también reafirma la prioridad del equipo de Gobierno de priorizar los servicios sociales y garantizar la prestación de los servicios públicos, a la vez que rechazar entrar en una competición de promesas para atender las demandas que estos días llegan desde todos los sectores.

¿Cómo se vive y gestiona una situación inédita como la actual?

Si tuviera que elegir una palabra sería estresado. Estamos viviendo una situación de estrés, de mucha intensidad de trabajo. El área de Planificación y Recursos abarca casi todos los recursos humanos implicados directa o indirectamente en esta situación, además de la parte de económica de los tributos y la parte presupuestaria. A mí me pilla de lleno. Lo vivo con mucha responsabilidad.

¿Qué papel juega un Ayuntamiento en un Estado de Alarma?

Partimos de que en esta situación hay una autoridad por encima de todas: la sanitaria. Todos los poderes del Estado están al servicio del criterio sanitario. Todas las áreas municipales se tienen que adoptar a ese criterio general. ¿Qué nos toca a nosotros? Prevención de riesgos laborales. El servicio de Salud y Riesgos Laborales está a tope de trabajo. También estamos reorganizando todo el trabajo del personal, con lo que hay que coordinarse entre todas las áreas, y poniendo en marcha el teletrabajo, donde estamos volcados.

¿Estaban preparados para implantar el teletrabajo? ¿Qué porcentaje de la plantilla trabaja así?

Iniciamos la crisis con unas 70 licencias activas para teletrabajo y en 15 días ya teníamos 210. Hemos trabajado con Telefónica para la implantación de otras 800 licencias, con más ancho de banda y más recursos, además de una implantación más rápida. 

¿Cómo se controla la jornada laboral de los funcionarios?

Una de las primeras medidas que se tomaron la primera semana del decreto de Estado de Alarma fue cambiar el sistema de huella digital para el control de la asistencia por la firma. Cada área se encarga del control de los trabajadores que tienen que asistir presencialmente, que en algunos casos es nadie porque hay centros cerrados. 

¿Y en el teletrabajo?

Se denomina teletrabajo al trabajo a distancia. Da la sensación que para teletrabajar necesitas tener una especie de acceso especial, que también pero no exclusivamente. Una persona que está haciendo gestiones desde su casa lo hace. Y luego hay otros que son los que trabajan con un acceso a su ordenador habitual del despacho. En ese caso concreto, estamos prestando equipos informáticos, y hemos tenido que comprar para suplementar los que ya teníamos, para los trabajadores que no lo tenían y que puedan trabajar. Desde que un expediente se inicia hasta que se puede finalizar participa una serie de gente y asegurar el concurso telemático de todas esas personas y el circuito de firma es esencial, y eso está garantizado desde los primeros días.

¿Esto garantiza que no haya una parálisis de expedientes y gestión?

Absolutamente. La consigna del equipo de Gobierno es prestar los servicios esenciales pero también garantizar que el funcionamiento esencial del Ayuntamiento existe. No se puede parar el motor porque afecta a terceras personas. La ejecución presupuestaria de estos tres primeros meses es mejor que la del año pasado. Hemos mejorado la ejecución de gastos dos puntos, y destacan las inversiones con una subida de siete puntos. El impacto de la crisis todavía no se ha reflejado. Pero en el pago de proveedores seguimos funcionando con normalidad. En las dos primeras semanas de la crisis se han producido 943 pagos a proveedores y contratistas, además se han tramitado todas las órdenes de pago que han entrado en la Tesorería municipal. De hecho, se adelantó a finales del pasado mes el pago de casi cuatro millones, algo que en condiciones normales se abría realizado a lo largo de abril. Se está funcionando con normalidad.

Se anuncia moratoria en el pago de impuestos. ¿Será necesario recurrir a algún crédito? 

No vamos a necesitar ningún tipo de crédito. Tenemos las cuentas saneadas. Somos el único ayuntamiento de España que en los últimos cinco años ha cumplido con todas las reglas fiscales. Y ese nivel de cumplimiento nos permite tener una capacidad de maniobra que en una situación como esta es fundamental. Además, hemos cobrado con normalidad casi la gran parte de lo previsto IVTM (rodaje), aunque se haya ampliad el plazo de pago. No hay necesidades de Tesorería.

¿Qué impacto tendrá en las cuentas la paralización de la actividad?

Todavía es pronto para evaluarlo. Hay que hacer el balance cuando la situación haya pasado, que no sabemos cuándo va a ser. Lo que estamos haciendo es trabajar en los posibles escenarios con distintas hipótesis de lo que nos podemos encontrar cuando esto pase. No es lo mismo que termine en quince días que en un mes o dos. 

A la hora de tomar decisiones en materia económica, el Ayuntamiento no lo va a hacer por su cuenta, ni tampoco cada área por su lado. Hay dos niveles de coordinación. Una a nivel vertical porque las medidas emanan del Gobierno hacia el resto de entidades. Y nosotros tenemos un nivel de coordinación horizontal por áreas; tenemos que intentar que las medidas sean lo más equilibradas posibles y lo más ordenas. Ese paquete de decisiones lo tomaremos más adelante cuando sepamos el alcance más real de esta situación. En este momento hay muchas incertidumbres.

El alcalde adelantó que se reforzaría económica el área de Servicios Sociales. ¿Habrá modificaciones presupuestarias? ¿Se recortarán inversiones?

Se reajustará el presupuesto con otros criterios distintos, en función del contexto que tengamos. En estos momentos, a nivel presupuestario no tenemos problema porque en situación de emergencia la necesidad de tener partidas presupuestarias habilitadas para determinados fines no se requieren. Podemos gastar para lo que se necesite sin que haya consignación presupuestaria. Eso es algo completamente excepcional. Luego vendrán los ajustes. 

Y ahí es donde las prioridades del Ayuntamiento son las de siempre: empezar a ayudar desde los más débiles y establecer la prioridad a partir de ahí. Estamos hablando de los que ya estaban en una situación mala, como las personas sin hogar. Ahora nos tenemos que quedar en casa pero hay quien no tiene casa. Las prioridades tienen que empezar por ahí y, lógicamente, eso toca a los Servicios Sociales, que tendrán que ser reforzados y reequilibrados. Pero si seguimos en esa cadena de necesitados encontramos otro tipo de sectores que también requerirán nuestra ayuda y vamos a poner toda la carne en el asador, pero siempre coordinándonos con las medidas que se tomen por arriba. 

Lo que no podemos hacer es caer es en la ansiedad de querer contentar y satisfacer a todo el mundo en sus requerimientos. Esto requiere un orden para evitar duplicidades. Hay que establecer prioridades y, en nuestro caso, empiezan por lo social. 

¿Se sienten presionados por las reclamaciones de asociaciones empresariales y los sindicatos?

No nos sentimos presionados. Cada uno expresa sus quejas; nosotros escuchamos a todo el mundo, pero no actuamos al dictado de nadie. Nuestra obligación es prestar servicios públicos que se costean con los ingresos que tenemos. Cuando ordenemos esas prioridades daremos respuesta equilibrada y ajustada, en coordinación con el resto de administraciones públicas, a las demandas generales sin descuidar los servicios públicos y la atención a las personas más necesitadas. Pero ahora es precipitado empezar a hablar de medidas concretas cuando no sabemos el impacto y, a priori, estamos a mitad de la crisis. 

Vamos a hacer las cosas bien, no nos vamos a precipitar y entrar en una competición con nadie para ver quién es más sensibles a los requerimientos de los sectores. Hay que dar una respuesta integral.

Hace unos meses se aprobó en el Pleno la elaboración de un plan estratégico. En una situación de cambio radical como está, ¿es una de las medidas más necesarias?

Es importante no dejarnos llevar por la ansiedad. Ese plan estratégico está plantado con tres horizontes: 2030, 2040 y 2050. Llevamos tres semanas de una situación de emergencia sanitaria, pero no sabemos los efectos que va a tener aunque sí que esta enfermedad ha venido para quedarse. Esto obliga a una reflexión de carácter general para ver adónde nos agarramos cuando vienen mal dadas. En este caso, supongo que una de las grandes conclusiones que se van a sacar es la importancia de tener unos servicios públicos de calidad, unos efectivos adecuados a todos los niveles no solo el sanitario. Esa moraleja que podemos sacar de esta situación, que ya debería haber quedado clara en la anterior crisis, puede influir en algo a ese planteamiento de ciudad. El plan estratégico plantea dónde queremos que esté Valladolid dentro de unos años y eso no lo va a alterar demasiado ni esta crisis, por el momento, ni a lo mejor otras crisis que vengan. Tendremos que ajustar esa hoja de ruta, cuando la tengamos, pero estábamos todavía en la fase inicial.

 

En ese Valladolid del futuro hay proyectos como la integración, el Parque Agroalimentario,... ¿Van a salir muy tocados de esta crisis? ¿Se los llevarán por delante los recortes presupuestarios?

Una de las cosas que hay aprender en esta situación es a no adelantarse. Yo no tengo una bola de cristal para ver el futuro y todavía no sabemos el calado de esta situación. Aventurar ahora si puede haber proyectos que se caigan me parece precipitado. Hace tres semanas nuestra vida era completamente normal. Estamos dando la batalla y vamos a fijar nuestras energías a acabar con esto.

 

En esa línea, ¿considera que se está entrando en una subasta política de quién da más?

En la política la tentación de querer agradar está siempre ahí, esto es lo que comúnmente se llama populismo. Si en algún momento es necesario que no asome es ahora. Tú no puede dedicarte a prometer cosas que no vas a cumplir y debes cumplir aquellas cosas que sí que te comprometes a hacer. Hay que analizar la situación para ver a que nos podemos comprometer. Al final estamos todos en una dinámica de ingresos y gastos. Me llama la atención cuando escucho a gente que quiere que las administraciones públicas hagamos, invirtamos,... tendremos que sacarlo de algún sitio. Hay que decirle a la gente lo que hay en cada momento, la cuentas son públicas. 

El Ayuntamiento lo tiene muy claro: nosotros no vamos a especular en absoluto. Cuando vayamos tomando medidas porque sepamos la dimensión de los agujeros que hay que tapar no vamos a especular absolutamente nada, pero no vamos a prometer cosas que no estemos en condiciones de no poder cumplir. Los ciudadanos agradecerán esa franqueza y seriedad.