La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) está pendiente de la licencia de obras del Ayuntamiento de Valladolid y de concluir el proyecto de ejecución definitivo de la nueva sede en Valladolid para iniciar en septiembre las obras del edificio que irá situado junto a la Casa de la India.
La previsión que maneja la entidad es que los trabajos se prolonguen durante dos años, por lo que estará concluido en 2024 tras una inversión de 7,5 millones de euros, entre la obra civil y el equipamiento. De esta manera, se podrá fin a un proyecto que se ha visto paralizado en tres ocasiones. Una, por la crisis económica de 2008; otra, por la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Valladolid y la última, por la pandemia del COVID. Y eso que la sede actual de la ONCE en la capital, situada en la calle Muro, es la más antigua de España, al datar de 1972, por lo que urge contar con unas instalaciones acordes al siglo XXI y que, entre otras cosas, sea totalmente accesible.
El delegado territorial de ONCE en Castilla y León, Ismael Pérez, aseguró a la Agencia Ical que el Consistorio de Valladolid está con los "flecos" técnicos antes de conceder la licencia de obra provisional para la construcción de un edificio que ocupará la mitad de los 7.000 metros cuadrados de una parcela que, en la actualidad, ocupa el parking disuasorio de la Casa de la India.
De esta manera y gracias a una modificación del convenio de permuta que la ONCE firmó con el Ayuntamiento en 2008, la entidad cede al Consistorio una parte del terreno que no ocupará, que pasará a uso público. Por lo tanto, se mantendrá la actual conexión peatonal entre el túnel del Paseo Arco de Ladrillo y las calles La India y Gabilondo, junto al Polideportivo Gregorio Fernández.
La permuta inicial recogía que la ONCE se hacía con una parcela que ocupaba la mayor parte del parking disuasorio de la Casa de la India, cosa que el proyecto no contempla ahora.
El nuevo edificio de la ONCE se alineará junto a la Casa de la India, por lo que quedará totalmente integrado en la zona y se mantendrá la plaza abierta existente. Además, el inmueble moderno y acristalado no sobrepasará en altura ya que, junto al sótano para un aparcamiento 60 plazas, solo se construirá una planta baja y un primer piso.
El delegado territorial de la ONCE en Castilla y León apuntó a Ical que la licencia municipal provisional está "al caer" mientras el equipo de arquitectura contratado ultima la redacción del proyecto de ejecución, que determinará la inversión final. Una vez que haya concluido, la organización sacará la licitación de la obra para elegir entre un reducido número de constructoras, pese a no estar obligada. "Si todo se da bien, podemos empezar los trabajos en septiembre", subrayó.
Ismael Pérez ha reiterado que el proyecto de la nueva sede se ha retrasado tras decidir la paralización de las inversiones previstas en infraestructuras para hacer frente a las consecuencias de la crisis económica y la pandemia del COVID. Y es que la organización priorizó a las personas para continuar prestando los servicios sociales a sus afiliados y mantener el empleo entre las personas con discapacidad.
La nueva sede acogerá a los 65 empleados de la ONCE en Valladolid que, en la actualidad, están repartidos entre el inmueble de la calle Muro donde está el personal de Administración, Recursos Humanos y Económicos y Juego (que atienden a los 175 vendedores) y los locales de La Marquesina, donde se ubican las prestaciones y los servicios sociales. De esta manera, el nuevo edificio permitirá reubicar todas sus instalaciones de Valladolid al sumar 4.000 metros cuadrados, que es una superficie superior a la suma de esos dos inmuebles.
El convenio suscrito en 2008 entre el Ayuntamiento de Valladolid (cuando era alcalde Francisco Javier de la Riva) y la ONCE contemplaba una permuta por el que la organización recibía una parte del espacio del aparcamiento disuasorio junto a la Casa de la India y el Consistorio se quedaba con sus locales en el Pasaje de la Marquesina.
Venta edificio calle Muro
El objetivo de la entidad es afrontar el coste de las obras con la venta del edificio de la calle Muro, que tiene todos los usos urbanísticos por que un hipotético comprador podría destinar el inmueble a oficinas, viviendas, hotel o incluso un establecimiento comercial. "No hemos movido nada sobre este tema hasta que empiecen las obras en la nueva parcela", concluyó.