«Las mujeres tenemos que demostrar el doble que los hombres»

Óscar Fraile
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Tres directivas de empresas de Valladolid, Collosa, Queserías Entrepinares y Grupo Yllera, relatan su experiencia respecto a las dificultades que han tenido en su carrera por el hecho de ser mujeres

Marta Castaño (Collosa), Silvia Gómez (Grupo Entrepinares) y Beatriz Martínez (Grupo Yllera). - Foto: J. Tajes

Marta Castaño (Collosa): «Las mujeres tenemos que demostrar el doble que los hombres, a los que se les presupone la valía»

Marta Castaño es directora financiera-administrativa de Collosa, un empresa que se dedica a la construcción no inmobiliaria, es decir, obras públicas, edificios industriales, etcétera. La actual no es su primera experiencia en un puesto de tanta responsabilidad, ya que ocupó cargos similares en otras dos compañías de Valladolid.
Y, como tantas otras mujeres, ella también reconoce que el hecho de ser mujer no ha sido precisamente un apoyo para llegar a esta situación profesional. Todo lo contrario. «Claro que he tenido dificultades por ser mujer, negarlo sería negar la evidencia», señala. Según ella, en ocasiones «las mujeres tienen que demostrar el doble que los hombres», es decir, mientras que a unos se les presupone la valía para determinados puestos de trabajo, ellas solo pueden aferrarse a los hechos, que tienen que demostrar «todos los días». Además, Castaño incide que es un problema más acentuado en la cultura empresarial de Valladolid y Castilla yLeón, porque hay más empresas familiares. «Aquí hay menos movilidad en los puestos que en otras comunidades como Madrid», añade.
Eso sí, esta profesional también valora el cambio que se ha producido en los últimos años, algo que ha podido comprobar en sus tres décadas de carrera profesional. «La sociedad ha evolucionado y creo que se va reconociendo la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres», señala. Unos cambios que considera que han sido especialmente notables en los últimos diez años. «Las personas de la generación anterior a la mía que ocupan puestos de dirección se están jubilando y los que los están sustituyendo es gente que tiene otra mentalidad», asegura.
Castaño cree que las nuevas generaciones ya tienen mucho más asumida la igualdad entre hombres y mujeres y esa realidad se acabará imponiendo en las empresas, aunque no sea un proceso todo los rápido que cabría esperar.

Silvia Gómez (Queserías Entrepinares): «Mentiría si dijera que no hay dificultades añadidas en tu carrera por el  hecho de ser mujer» 

Silvia Gómez es jefa de Selección, Formación y Desarrollo dentro de Grupo Entrepinares, empresa en la que entró en el año 2015. Es su primera experiencia en un puesto directivo después de otra etapa, fuera de Entrepinares, en la que estuvo en el sector de la consultoría. «El hecho de tener tres áreas bajo tu responsabilidad es una experiencia muy gratificante, un reto y un orgullo», dice. Según ella, Entrepinares es una empresa familiar, pero que «hace una gran apuesta por el desarrollo de las personas».
A lo largo de toda su carrera Gómez reconoce haber tenido que superar baches 'extra' por el hecho de ser mujer. O al menos eso es lo que ha sentido ella. «Mentiría si dijera lo contrario», aunque agradece a Entrepinares la oportunidad que no pudo tener en otros sitios. «Aquí no he notado especiales dificultades, pero, a nivel general, especialmente en Castilla yLeón, donde hay empresas más familiares, soy consciente de que sí que las hay, y todo puede ser por temas sociales, educativos y culturales», señala. Ella lo pudo comprobar en primera persona en alguna empresa en la que dieron por hecho que iba a pedir una reducción de jornada al quedarse embarazada sin que ella hubiera dicho nada al respecto. Gómez considera que «los modelos y los roles van cambiando». Algo que, según ella, se demuestra en el hecho de que ahora son los hombres y las mujeres los que apuestan por la conciliación. «Antes eran ellas las que estaban más enfocadas a este tema, que se traducía en el cuidado de los hijos y la casa», señala. La directiva añade que «ahora está ayudando que se entienda la conciliación en un sentido más amplio», con mayor implicación por parte de los hombres. Pero no se trata solo de una cuestión de género. Gómez incide en que hay un cambio de modelo, de preferencias de los trabajadores en el mix entre lo profesional y lo personal, que va mucho más allá de la familia. Y ella lo sabe mejor que nadie, puesto que se dedica a la selección de trabajadores. «Hay mucha gente joven que no tiene hijos y que quiere conciliar igualmente, así que piden flexibilidad horaria», explica.

Beatriz Martínez (Grupo Yllera): «Debería haber diversidad de género, incluso de  edad, en los comités de  dirección de las empresas»

Beatriz Martínez ha desarrollado toda su vida profesional en Grupo Yllera. No en vano, es hija de uno de los socios fundadores. Allí empezó a trabajar hace más de dos décadas y hace dos años que consiguió entrar en el Comité de Dirección. Su trabajo tiene que ver con el área financiera de la empresa, desde donde también gestionan el Departamento de Recursos Humanos. Al haber estado toda su vida en la misma empresa, no puede comparar entre unas y otras, pero lo que tiene claro es que ella nunca ha sentido ningún tipo de discriminación o dificultad extra para ascender por el hecho de ser mujer. «En nuestro comité de Dirección somos ocho personas, seis hombres y dos mujeres», explica. En este sentido, Martínez apunta que «en el mundo agrario, la presencia de mujeres probablemente sea más baja que en otros sectores», aunque señala que, desde que ella está en esta empresa vitivinícola, la presencia de mujeres ha ido en aumento. «Al final la empresa no deja de ser un reflejo de lo que pasa en la sociedad, así que aquí los compañeros de más edad son mayoritariamente hombres, pero eso ha ido cambiando a medida que se ha incorporado gente nueva», asevera. Afortunadamente para ella, Martínez tampoco ha vivido ningún episodio de discriminación por sexo en el ámbito profesionales con personas ajenas a su empresa. Esta directiva reconoce que los cambios sociales llegan a la empresa de forma más lenta, por eso apoya que se pongan en marcha «políticas de concienciación» en materia de igualdad de oportunidades. «En el siglo en el que estamos nadie puede estar en contra de ello», señala. Eso sí, no es partidaria de «forzar» las cuotas de hombres y mujeres, aunque opina que «debería haber diversidad de género en los comités de dirección, incluso de edad», porque, según ella, eso redunda en una visión más amplia y completa a la hora de tomar decisiones. Pese a que ella no ha sufrido discriminación, cree que sí que existe, en términos generales, techo de cristal para ellas. «Las cifras están ahí», concluye.