Blanco y en botella... queso

R.G.R
-

Las queserías artesanales aumentan su facturación pese a la pandemia gracias a su apuesta por el cuidado de la materia prima y la fabricación de quesos «únicos». Han tenido que cambiar su forma de comercialización y encaminarse hacia la venta online

Preparación del queso mozzarella en la Quesería Zucca, de Portillo. - Foto: Jonathan Tajes

La pandemia ha afectado de forma negativa a la mayor parte de los sectores económicos de Valladolid. Las ventas han caído en la mayoría de las empresas, pero también existen excepciones. El sector de la agroalimentación ha sido uno de los segmentos que ha continuado creciendo a pesar de la presencia del virus, pero en especial lo han hecho las queserías artesanales de la provincia, que son cada vez más y que han conseguido hacerse un hueco en el mercado nacional gracias, en parte, a la pandemia.  

Durante las dos últimas décadas han surgido en la provincia cerca de una veintena de queserías de elaboración artesanal que han conseguido situar a Valladolid en el mapa quesero nacional gracias a su calidad y la gran diversidad de quesos que se elaboran. Curados, ecológicos, cremosos, yogures..., son muchas las variedades que ofrecen a sus clientes. 

A pesar de la pandemia, la mayoría ha conseguido aumentar la facturación durante este último año en gran medida por la adaptación de dos medidas. La primera ha sido la innovación. La elaboración de productos novedosos y diferentes que han surgido durante los últimos meses ha llevado a que los clientes tradicionales se hayan volcado y hayan realizado más compras. A pesar del cierre durante prolongados periodos de tiempo del canal de la hostelería, las queserías han aumentado sus ventas con nuevos productos. 

La segunda se basa en el aumento de la promoción y, por lo tanto, de las ventas a través del comercio online. El e-comerce de las queserías ha aumentado en ocasiones hasta en un 300 por ciento y los productos que se elaboran en Valladolid se encuentran perfectamente asentados en la capital de España. Madrid se ha convertido en el segundo mercado de queso artesanal vallisoletano, solo por detrás de la propia provincia. 

Rubén Valbuena reconoce que la innovación es «algo intrínseco» en su quesería Cantagrullas. «No hemos parado de hacerlo nunca, es algo que va siempre con nosotros. No hemos parado de hacerlo antes de la pandemia y lo hemos hecho durante estos meses». Así, la quesería ha conseguido abrir dos nuevas tiendas en Madrid para potenciar sus ventas en la capital de España. «Teníamos dos y hemos conseguido abrir dos más». Igualmente, comenta que se han volcado en la labor de promocionar sus productos. «Lo hemos hecho todavía más que antes». 

Valbuena destaca además que durante los meses de pandemia han continuado experimentado nuevos productos y han notado el apoyo de los clientes locales. «Parece que nuestros compradores no han podido darse un capricho en otras cosas y han aprovechado para hacerlo con el queso». Cantagrullas elabora una gran variedad de quesos que comercializa por internet o en sus tiendas de Madrid y ha conseguido hacerse un hueco en el mercado del queso a nivel nacional.    ? 

Venta por intenet. Quesos Cañajeral ha conseguido que el queso crema sea una de sus señas de identidad. Ramón Santos García reconoce que han fabricado un 30 por ciento menos durante la pandemia, pero que han conseguido potenciar los cremosos. «No ha sido fácil porque nosotros tenemos mucha clientela de paso que se acerca hasta el pueblo desde las autovías». Se encuentran en Pollos y han conseguido que la conocida como ‘Torta de Pollos’ se haya hecho un hueco relevante en el mercado provincial. Es un cremoso para untar. «El hecho de que sea para compartir nos ha mermado un poco las ventas». Para contrarrestar esta situación han apostado por la comercialización de sus productos en internet. «Estamos creando incluso una nueva página web para potenciar nuestras ventas». Además, también se han volcado en la comercialización de sus diferentes quesos en las tiendas y en algunas grandes superficies. «Antes teníamos muchos clientes que llegaban de paso, pero eso con la pandemia se ha reducido mucho y hemos tenido que buscar otras vías».     

Ana Vaquero está al frente de la Quesería Zucca, que se encuentra en Portillo y se dedica a la producción de mozzarella. Ha crecido a pesar de la pandemia. El reparto a domicilio «ha sido clave» en este crecimiento. Al igual que en Cantagrullas, se han apoyado «mucho» en el cliente local, que les han defendido durante estos meses. Nacieron en 2015 y trabajan cuatro personas, han abierto una tienda online y «la verdad es que no nos podemos quejar». No han parado de innovar para mejorar su producción, que se reparte de forma fundamental entre la provincia vallisoletana y Madrid. «La hostelería está cerrada en el interior y hemos tenido que adaptarnos para llegar a otro público».  Otra de las características de esta quesería local es su apuesta por las materias primas locales. «Todo lo que traemos a la fábrica es de aquí. La leche viene toda de una misma explotación que está a diez kilómetros de aquí. Lo único que traemos de fuera es la sal, que llega desde Cádiz». 

  La Cruz del Pobre, desde Pedrajas de San Esteban, no ha tenido más remedio que adaptarse. Eulalio Escarda explica que sus ventas por internet han crecido un 300 por ciento desde el comienzo de la pandemia. No han tenido más remedio que centrarse en el comercio online. La venta del tradicional queso de Pata de Mulo se ha resentido, pero han continuado apostando por nuevas creaciones como  cremas que queso viejo y azul, que «se han vendido muy bien». No han tenido más remedio que hacer de la necesidad virtud y muchos de los queso de Pata de Mulo que se no se vendieron a partir del pasado mes de marzo se dejaron madurar para hacer cremas. También han puesto en marcha una nueva página web y han combinado la venta de quesos con otros productos, como ibéricos o vinos. 

Ricardo Quevedo, de Quesería Quevedo, en Valoria la Buena, están en negociaciones con marcas  de supermercados para incluir sus quesos en los lineales ante la caída de las ventas como consecuencia de la pandemia. «La hostelería está cerrada y el nivel de ventas en tienda no pueden equiparse, pero hemos aumentado mucho nuestro comercio online». Al igual que el resto de queserías continúan innovando y han sacado al mercado un queso ahumado con madera de haya y elaborado con pimentón de la vera. «Es algo diferente a lo que se puede encontrar. Es un queso exclusivo», comenta Ricardo.  

En la Quesería Crica de Megeces también ha aumentado su producción con una nueva línea de yogur  líquido con frutas. «Llevamos un año con este nuevo producto y la verdad es que está funcionando muy bien», explica uno de los propietarios Juan César Criado. Toda su producción se lleva a cabo con leche cruda y se reparte entre los comercios locales de Valladolid y Madrid. «Cada vez hay mayor conciencia de lo artesanal y lo ecológico. Nosotros hemos vendido más».