"Todos estamos hechos de cristal"

María Albilla (SPC)
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"Todos estamos hechos de cristal" - Foto: @evenpic

«¡Hola! ¿Te has leído ya el nuevo de Javier Castillo? ¡Tía! Cinco días he tardado y porque no he tenido más tiempo. ¡Necesito que este hombre escriba más libros!». Este mensaje de WhasApp fue tan real como la conversación que van a leer ustedes ahora mismo. Era mi amiga Raquel, que desde hace años devora thrillers sin compasión y el universo Castillo le tiene atrapada. ¿Puede haber mejor carta de presentación?

El autor malagueño está viviendo el trimestre más intenso de su vida. Su novela La chica de la nieve ha tenido un rotundo éxito de visualizaciones en Netflix, El cuco de cristal (Suma de Letras) le tiene inmerso en una gira a lo rock star y esta misma semana se ha convertido en papá por tercera vez. Humilde, simpático, cercano y muy generoso con su tiempo, asegura: «Ni en mis mejores sueños me podía imaginar algo así». 

Sexta novela y, por lo que parece, sexto éxito. ¿Alguna vez se atrevió a soñar algo tan grande?

Para nada. Lo que está pasando en torno a mis libros es tan especial... Yo empecé a escribir como aficionado en mi tiempo libre y me hubiera parecido hasta prepotente pensar en algo así. Es tan difícil sobresalir... Estoy muy agradecido de cómo la gente acoge todos mis proyectos. Es un lujo.

Está inmerso en una gira de promoción a lo rock star… No esperamos disco, ¿no?

¡Pues no lo descarto...! (risas) No, no, es una broma. Estoy intentando recorrer el mayor número de ciudades posibles porque al final lo más bonito es ver cómo el libro se completa en la cabeza de quien te lee. Me gusta describir las cosas solo sutilmente para que cada uno pueda completar esas imágenes a su manera. Es genial compartir impresiones con los lectores y que cada uno te cuente su versión del libro. Y eso es lo que está pasando, porque hay quien considera el libro un romance genial y otros ven la historia más turbia y oscura que he escrito nunca. 

¿Qué ha querido aportar de nuevo al estilo Castillo?

He creado una estructura muy diferente para jugar con los prejuicios que todos tenemos e ir creando enigmas. ¿El resultado? Que todos caemos en las trampas que plantea la historia.

La estructura temporal también es diferente. En los anteriores libros era una especie de trenza en la que se iban intercalando las tramas y en este el arranque de la historia es el tronco del árbol, el trasplante de corazón de Cora, y de ahí se va ramificando en otras historias, en otros enigmas.

¿Cómo le cambia la vida a Cora Merlo recibir un nuevo de corazón?

Hace que se haga muchas preguntas. Ella es una mujer aferrada a la ciencia, que está a punto de empezar su residencia médica y para ella el cuerpo es solo cuerpo y el corazón es solo un órgano, pero al ser receptora de una donación empiezan las preguntas y surgen en ella unas cuestiones mucho más ligadas a las emociones, así que ese corazón le va cambiando poco a poco y se va dejando llevar... Además, ella llega a un pueblecito de Misuri que está lleno de secretos y ella es uno más.

Y todo empezó en redes sociales cuando un día vio la cicatriz en el pecho de una mujer, justo a la altura del corazón...

Así es. Entonces yo estaba desarrollando ya una historia vinculada a lo que es la figura del cuco, muy vinculada a la naturaleza, con un suspense muy turbio y, de repente me crucé con la imagen de la instagramer Susana Ramírez y me pareció muy natural vincular con aquello el parasitismo de puesta del cuco, es decir, poner los huevos en nidos ajenos para que los cuide otra especie u otra madre, y jugar a eso colocando el corazón de una persona en otra. Susana tiene una enfermedad inflamatoria de las arterias y he hablado luego mucho con ella sobre las operaciones que ha tenido de corazón y las emociones que se han desprendido de ellas. Era justo lo que estaba buscando para la historia del cuco.

Plantea el dilema de qué puede quedar del donante en el trasplantado, una duda que probablemente quien sea paciente le habrá podido pasar por la cabeza.

Pero no solo quien lo recibe, también su entorno e incluso la familia del que dona. 

En EEUU puedes conocer a la familia de tu donante. ¿Cree que es una buena idea? Es totalmente contrario al estricto anonimato que rige en España.

Todo lo que sea sumar libertades a la gente y que luego decida me parece bien. El imponer un no es cerrar la puerta a algo que puede ser bueno para algunas personas. Puede incluso unir a la gente en un momento en el que estamos muy solos. Está bien tener la opción.

Esto muestra que el género del suspense da para mucho. ¿Qué más temas esconde este cuco?

Sobre todo, cómo reconstruirse de las heridas. En este libro todos los personajes están rotos de algún modo. Todos estamos hechos de cristal.

Además juega mucho, como decíamos antes, con los prejuicios. Por ejemplo, el donante de Cora tiene una enfermedad rara y eso hace ya que ella empiece a sospechar cosas y a buscar... Por eso quiero poner sobre el papel que todos somos frágiles, que nos desmoronamos y que es muy difícil recomponernos porque siempre quedan grietas.

Muchas veces me pregunto cómo funcionará el cerebro de un escritor de suspense. ¿Veis en vuestra vida real esos misterios? ¿Qué apreciáis en los ojos de esa mujer con la que os acabáis de cruzar la mirada?

Bueno, en mi caso no es que vaya buscando los misterios, pero es que me resulta inevitable. Siempre estoy en activo, mi mente va muy rápido y tengo que intentar controlarla. Todo surge tan fácil... Como aquella vez que andando por la calle mi hija se soltó de mi mano y solo ver aquello desató en mi pensamiento que nunca la iba a volver a ver. De ahí surgió La chica de la nieve. Luego, encima, me viene a la cabeza ¿y esto cómo puede empeorar? Pues si me mandaran una cinta de vídeo con ella jugando dentro de un montón de años... y así, sin querer, te has creado una trama simplemente soltando la mano de tu hija para que se la de a su madre.

¡Qué agotador!

Sí, sí. Es estresante, lo admito. Porque siempre es ponerse en lo peor. Para crear historias es maravilloso, pero para el día a día agota. Aunque bueno, que conste que soy una persona muy positiva.

En la historia juega con la contraposición entre la razón de la Cora anterior a la operación y la que despierta después del trasplante, mucho más emocional. ¿Esa lucha de contrarios no es al final inherente al ser humano?

Todos los personajes en esta novela están enfrentados a lo que quieren y lo que necesitan. Jack, de algún modo, no quiere pasar mucho tiempo con Cora, pero al mismo tiempo sabe que la necesita para estar cerca de su hermano; ella quiere olvidarse de todo y volver a su residencia médica, pero lo que necesita es sanar su curiosidad y saber quién está detrás de su corazón. 

En su caso, ¿su mentalidad matemática le condiciona la forma de escribir o de dar estructura a sus novelas?

Pienso que sí porque soy muy metódico cuando estructuro las historias. Tengo estructurado en qué capítulo voy a meter cada giro porque me ayuda mucho planificarlo así. Puede que sí tenga que ver no tanto con haber estudiado matemáticas sino con haber trabajado planificando. Si te dejas llevar mucho en la escritura, puede que seas demasiado emocional, o que pases mucho tiempo escribiendo un capítulo plano, sin embargo si sabes que estás en un capítulo emocional puedes provocar en el siguiente un incendio. A mí me funciona así. 

¿Por cierto, qué repámpanos le llevó al estado de Misuri?

(Risas) Quería alejarme un poco de ese centro que es Nueva York y llevar a Cora a un lugar muy distinto al que conoce. Ella vive en una jungla de edificios y quería enfrentarla a un escenario que desconoce y es el de la calma de un pueblecito rodeado de naturaleza para su recuperación. Misuri era perfecto, está lleno de carreteras secundarias y de localidades que nadie conoce... Eso sí, reconozco que nunca he estado allí.

Tiene abierto acabar la trilogía de La chica de nieve y El juego del alma. ¿Será complicado no decepcionar con el personaje de Miren?

Yo espero que no decepcione... Ya estoy con ello y me fascina el desenlace que va a tener. Pienso que va a ser el mejor de los tres libros. Ojalá que a la gene le entusiasme como a mí, pero eso es algo absolutamente incontrolable.

¿Y usted qué lee? Agatha Christie fue quien le puso sobre la pista del thriller cuando era un chaval. ¿Ha revisitado sus obras?

La verdad es que leo un poco de todo. Ahora, mucho sobre guiones y estructuras y demás, pero me fascina Dennis Lehane, revisito a Stieg Larsson... y me gustan mucho compañeros como Mikel Santiago, María Oruña o Dolores Redondo.

¿Y eso de que le comparan con Stephen King?

Es un halago, pero creo que se columpian muchísimo. Además, él no escribe suspense, escribe terror. Yo escribo muy vinculado a las emociones y él más a los miedos. Ojalá a los 80 años yo pueda seguir escribiendo novelas como él.

Yo me imagino a King en su casa leyendo que cada semana han salido siete Stephen Kings, tres en España, dos en Polonia, otro en Italia...

La chica de nieve se convirtió en la serie más vista del mundo la primera semana de febrero. ¡Menudo viaje, no!

¡Increíble! Sabíamos que la historia podía funcionar, que es algo universal que se puede entender en cualquier cultura, en cualquier parte del mundo, pero no esperábamos esta barbaridad. Preveíamos buenos datos en España, en Italia, donde funcionan bien los libros. También en República Checa y los países del este, pero esta locura que ha pasado de llegar a número uno en 28 países, colocarnos en el top 10 en 77, entre las tres más vistas en Estados Unidos... Reino Unidos, ¡Australia! Estamos todos alucinados. 

Este trimestre se ha estrenado la serie, ha salido el libro y va a ser papá por tercera vez (lo fue al día siguiente de conceder esta entrevista). ¡Se está poniendo el listón muy alto!

Es sin duda el trimestre más loco de mi vida. Ahora he parado un poco porque quiero disfrutar de la llegada de Pablo y estar con mi mujer. Un parto y la recuperación es un momento duro y quería estar con ella. Además, no me quiero perder nada. Que coincida todo va a hacer que no olvide esta etapa nunca.

¿Y cómo es pasar de escribir, que es algo tan íntimo, a posar en una alfombra roja con Milena Smit y José Coronado?

Es muy bonito... Bueno, ahora ya llevo un tiempo asistiendo a eventos y voy manejando un poco la situación, pero a mí es que me da mucha vergüenza. Soy muy tímido y esa exposición pública y sentirme observado no me acaba de gustar.Encima al lado de José Coronado, un tipo con un talento bárbaro, y yo ahí, con él... Es alucinante. Un regalazo. Y todo en  Málaga, mi ciudad, que ha estado muy predispuesta a ayudarnos y eso ha sido genial. La verdad es que se volcó en la producción y eso me lo llevo ya para siempre.