El ASX devuelve a Renault el sueño del tercer turno

Ó. Fraile
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Montaje volverá a fabricar dos vehículos convencionales distintos diez años después. La coincidencia del ASX y el Captur en la cadena podría servir, incluso, para que llegara un cuarto turno, el de fin de semana

Factoría de Carrocería-Montaje de Renault Valladolid. - Foto: Ical

El sector de la automoción es tan cambiante que en pocas semanas lo que es blanco se puede convertir en negro, y viceversa. Renault, como el resto de fabricantes, pasa por un momento muy delicado por la falta de semiconductores. La planta de Valladolid está sumida en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta mediados de año después de afrontar una caída de producción en 2021 de más del 23 por ciento.

Pero el anuncio de Mitsubishi la semana pasada para avanzar que a principios del año que viene fabricará el modelo ASX en Valladolid, en el marco de su alianza con Renault y Nissan, lo cambia todo. Aunque sea a largo plazo.

Hace una década que en las instalaciones de Renault en Valladolid no se producen dos vehículos convencionales a la vez, ya que el biplaza eléctrico Twizy, que se fabricó de 2013 a 2018 junto al Captur, no generaba, ni de lejos, el mismo volumen de empleo que los coches convencionales. Hay que remontarse a 2012, cuando de la cadena salían el Modus, que se dejó de fabricar ese mismo año; y el Clio III, que lo haría un año más tarde. Fueron los vehículos que dieron al citado Twizy, y al Captur, que sigue siendo el 'maná' de la planta de Valladolid después de casi una década de grandes resultados comerciales.

A principios de 2023 se sumará el ASX de Mitsubishi, el primero de los dos vehículos nuevos que Renault comprometió para Valladolid en su último plan industrial. Una fecha, 2023, que coincide con la que muchos expertos prevén como el fin de la crisis de los semiconductores. Entre ellos, los economistas del Banco Central Europeo, quienes avisan en su último boletín que aumentar la capacidad de producción de este material requiere mucho tiempo e inversión.

Así que, si todo va como está previsto, el inicio de 2023 coincidirá con el inicio de fabricación del ASX, sumado al Captur, y el fin de la crisis actual, una situación casi imposible de asumir sin contar con un tercer turno de trabajo. O incluso un cuarto, el que opera los fines de semana. Fuentes sindicales reconocen que es un escenario más que probable, pero los representantes de los trabajadores prefieren ir paso a paso y centrarse primero en superar el ERTE en vigor.

El ASX de Mitsubishi se fabricará sobre la misma plataforma que el Captur, es decir, ambos vehículos irán por la misma cadena de montaje. Pero eso no evita que la fábrica tenga que afrontar importantes cambios para adaptarse. Cambios que suelen acometerse durante periodos largos de paradas, como los de vacaciones.

El anuncio de Mitsubishi se produce después de que en marzo del año pasado la compañía japonesa avanzase un acuerdo con Renault para la producción de sus vehículos en 2023 en las instalaciones de la multinacional gala. El nuevo vehículo, que sustituirá a la versión del ASX que ya lleva doce años en el mercado, ofrecerá una motorización híbrida e híbrida enchufable, además de un "amplio equipamiento", según anunció la firma nipona la semana pasada. Se trata, en definitiva, de un movimiento estratégico para reforzar su posición en el mercado europeo.

La alianza entre Renault, Nissan y Mitsubishi anunció este la semana pasada que tiene intención de invertir 23.000 millones de euros en los próximos cinco años en electrificación, un monto que permitirá la introducción de 35 nuevos modelos eléctricos para el año 2030.

REUNIÓN CON MARTÍN VEGA

Los trabajadores tendrán una reunión este lunes con el nuevo director del Polo Industrial Iberia (España y Portugal), José Martín Vega, en la que preguntarán, entre otras cosas, más detalles sobre el anuncio que hizo Mitsubishi la semana pasada. El delegado de CCOO, Rubén González, recuerda que conseguir la fabricación de un segundo modelo era una «reivindicación histórica» de este sindicato. Sobre todo después de la mala experiencia del Modus, cuyo fiasco a nivel comercial puso al límite a la planta de Valladolid.

González destaca que tanto las instalaciones como los trabajadores están preparados para afrontar la carga de trabajo que pueda llegar, pero con toda la prudencia del mundo. Hasta ese idílico escenario, queda mucho desierto por atravesar.