El debate fiscal que se ha abierto tras la rebaja de impuestos del presidente andaluz, Juanma Moreno, confirma la referencia que ejerce este barón en el PP junto a Isabel Díaz Ayuso, como ya ocurrió antes con la reclamación de un nuevo modelo de financiación autonómica. 

El líder regional ha entrado de lleno en un terreno que lideraba casi en solitario la presidenta de la Comunidad de Madrid, el de la baja presión fiscal, y no esconde su intención de competir «de tú a tú» con esta región y con Cataluña.

En el Gobierno autonómico aseguran que Moreno pone a los andaluces por delante del partido, formación que descarta cualquier «recelo» de Ayuso por este asunto, ya que ambos comparten visión sobre los impuestos. Su reforma demuestra que las dos alas del grupo conservador se tocan en el ámbito fiscal y abre una ofensiva de bajadas de impuestos de los territorios gobernadas por el PP, en línea también con las continuas reclamaciones al Ejecutivo del dirigente de la formación, Alberto Núñez Feijóo.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha instado a evitar que las comunidades entren en una competencia fiscal a la baja porque considera que, cuando la periferia compite en este ámbito con Madrid, siempre pierde el entorno.

No es esa la opinión de Andalucía, que quiere competir en la «liga» de los grandes capitales con Madrid y Cataluña. «¿Por qué no podemos, porque somos la periferia, porque somos los subsidiados?», se preguntan en el Ejecutivo autonómico.

En el entorno de Moreno saben las ventajas que ofrece la capital española por ser sede de la mayoría de empresas, pero quieren recuperar a los grandes patrimonios que se fueron de Andalucía en 2020. 

El objetivo también está marcado en Cataluña, con invitaciones explícitas a sus empresarios, sabedores de que la región marca una fuerte presión fiscal, lo que ha hecho «saltar» inmediatamente a la Generalitat, que pide a Moreno que les deje «en paz». El Gobierno andaluz está satisfecho con la acogida que ha tenido la medida entre los empresarios radicados en Cataluña y prevé poner a funcionar en breve su oficina comercial en Barcelona.

Los llamamientos de Moreno se parecen en la práctica a una OPA, pero desde la Junta aseguran que no hay hostilidad, sino competencia.

Valor refugio

Y es que, Andalucía se quiere presentar como un «valor refugio» ante los años de difícil coyuntura económica que se esperan. La repercusión de la reforma fiscal de Moreno trasciende su impacto en la recaudación (un 0,6 por ciento) y se ha convertido en una potente campaña comercial de marketing, ya que a todos los grandes empresarios les ha llegado el mensaje de bienvenida tras el impacto mediático.

Además, demuestra su peso en el PP tras su contundente victoria en las elecciones de junio, donde cosechó una histórica mayoría absoluta.

En la pasada legislatura, Moreno ya puso en el escaparate la reforma del sistema de financiación autonómica y lideró un frente con la Comunidad Valenciana, gobernada por el PSOE, y Murcia, del PP, mientras que los presidentes autonómicos del noroeste español, con otras preferencias, también mantuvieron reuniones, entre ellos Feijóo.