Historia viva de Medina del Campo

M.B
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Carlos Díaz y Víctor Aranda abren las puertas del Continental, o el Conti, el restaurante más antiguo de Valladolid

A los mandos de la cocina del Continental están Roberto y Julián. - Foto: Jonathan Tajes

Entre sus paredes se han tejido una multitud de historias. Probablemente algunas vitales para la villa. En sus inicios fue café y lugar de tertulias de los señoritos de Medina del Campo. Y en lo que se conoce como la 'pecera' se cerraron negocios, algunos de ganados, otros... quedan en el secreto de su interior. Pero, ante todo y sobre todo, es un restaurante. Hoy ya de tercera generación. Con un sabor a tradición, a Castilla, a puchero, a guisos a fuego lento...

El Continental, o el Conti, como le conocen los lugareños, es historia viva de Medina del Campo. Por su ubicación, en la Plaza Mayor de la localidad. Y por sus años, ya camino de los 120.

Se inauguró en 1904 como un café. Por entonces pertenecía a la familia De la Serna; y era centro de reuniones y tertulias, de cierre de negocios. En los primeros años de los 20, ya hace un siglo, entró a trabajar Luciano Díaz Vegas. Lo hizo como botones y chico de los recados; aunque fue evolucionando hasta dar el paso de quedarse con el establecimiento. En los 50 llegó el bum del plástico y con él un momento complicado para los café. Así que Luciano y su mujer, Marina Sánchez, lo convirtieron en restaurante. Era 1954.

De sus cinco hijos, Carlos pasó a hacerse cargo, junto a su mujer, María Dolores Maicas, del Conti. Y el local empezó a albergar a conocidos literatos, escritores, periodistas, músicos, actrices y actores... todos bajo la misma excusa, las viandas que encontraban en la mesa.

La tercera generación ha llegado de la mano de Carlos Díaz (hijo), que se unió hace tres años a su amigo Víctor Aranda. Entre ambos dirigen hoy el que probablemente sea el restaurante más antiguo de Valladolid tras el cierre de La Goya en la capital. Lo hacen con la cocina castellana por bandera. «Con el producto castellano, los asados, los guisos y la cocina de temporada y de mercado», apunta Carlos Díaz. Eso les valió el año pasado recibir uno de los Soletes de la Guía Repsol. «Desde 1904 llevan trabajando la cocina tradicional y el gusto por un servicio clásico. Larga barra de tapeo, terraza y amplio restaurante con menús diarios y festivos», rezaba la distinción.

En su menú entre semana, por 15 euros, hay cinco primeros y cinco segundos a elegir; siempre con algún producto de la huerta, algún plato de cuchara (destacando el cocido de los lunes) y pescados frescos o carnes. También cuenta con menú de fines de semana, por 22,5 euros, con un toque mejorado tanto en las elecciones como en la bebida.

En su carta nunca falta un buen pescado, encabezados por el bacalao al ajoarriero; la chuleta de angus; el lechazo o el tostón asado, «un plato muy de Medina». Por ello, suelen tener jornadas dedicadas a alguno de ellos –este pasado lunes acabó la del lechazo y en breve llegará la de la chuleta de angus–. 

Abierto todos los días de la semana, menos los martes, en este restaurante también se cuida la bodega, con muchas referencias a los cercanos verdejos de Rueda o a los vino de la Ribera del Duero. Por ello, el tique medio puede rondar los 40 euros. Con una capacidad en su interior para 65 comensales, la decoración Arte Deco de principios de siglo sigue siendo la que domina en el comedor, con techos altos y un par de pianos: «Hay gente que nos pregunta que si funcionan y si pueden tocarlos. Se permite, se permite. Antes de la pandemia amenizábamos las cenas con pianistas y quizá volvamos a hacerlo». Además tiene una amplia barra y una terraza con 26 mesas.

A los mandos de la cocina están Roberto y Julián, con la ayuda de Conchi, que se encargan de esos guisos, de esos tostones, de ese sabor a tradición... «Para que el tostón esté en su punto para asarlo suele ser de unos 20 días y de 4 kilos y medio», aseguran. En el Continental se sirve por cuartos, para dos personas.

Nota a pie de página: El tostón es el cochinillo, pero así se conoce en Medina del Campo porque se presenta un poco más tostado. ¡Que aproveche!