Cuaresma apela a una Semana Santa con "normalidad"

D.V.
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El delegado del Grupo Intereconomía en Castilla y León aprovechó su pregón de Semana Santa de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo para denunciar que la sociedad dejó morir en soledad a sus mayores durante la pandemia

. El periodista y delegado del Grupo Intereconomía en Castilla y León, Ángel Cuaresma, encargado del pregón de Semana Santa de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo - Foto: Ical

 

El periodista y delegado del Grupo Intereconomía en Castilla y León, Ángel Cuaresma, lanzó esta noche un mensaje de esperanza para que la sociedad sea capaz de superar la pandemia y los efectos de la guerra de Ucrania, a la vez que aprovechó su pregón de Semana Santa de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo de Valladolid, para apelar, después de dos años, a una Semana Santa "con la normalidad de siempre".

Cuaresma también aprovechó su discurso para denunciar los efectos de la pandemia y criticó que la sociedad dejó morir en soledad a sus mayores. Aunque reconoció que la pandemia también sacó "lo mejor de nosotros mismos", lamentó que "dejamos morir a nuestros mayores, les abandonamos, solos, en sus domicilios, en las residencias de ancianos, sin asistencia médica".

A su vez, en su intervención hizo referencia a la visita del papa Benedicto XVI al campo de concentración de Auschwitz en 2006, donde el Sumo Pontífice se preguntó: "¿Por qué, Señor, permaneciste callado? ¿Cómo pudiste tolerar todo esto?" y, dirigiéndose al Santístimo Cristo del Perdón, le reprochó el haber estado los dos últimos años muy "despistado, como si la pandemia no fuera contigo".

Así se centró en el drama de muchas personas mayores que, después de haberse "matado" a trabajar para sacar adelante a sus hijos, cuando les llegó la hora de la jubilación, no se echaron a descansar, "sino que quemaron su tiempo libre cuidando de sus nietos... A esos ancianos, les dejamos morir solos cuando no nos pedían medicamentos, ni ir al hospital, ni una ambulancia".

En este sentido, aseguró que la pandemia está siendo, "nuestro campo de concentración, un inmenso Auschwitz, una inmensa Siberia de dimensiones mundiales, que pesará durante mucho tiempo en la conciencia de cada uno de nosotros ya que parece no hacerlo en las de los verdaderos responsables".

Al mismo tiempo, Cuaresma, que también aprovechó el pregón para referirse a la guerra de Ucrania y lamentar que si "muy grave ha sido lo que ha pasado", ahora comienza una guerra de dimensiones internacionales. A su vez, hizo un paralelismo con los peores momento de la pandemia y con la situación que ahora están viviendo miles de niños ucranianos que tienen que abandonar su país solos huyendo de las bombas.

Discutir

No obstante, en su pregón también hizo un hueco a la esperanza y se mostró convencido de que este años las calles se llenaran de "normalidad" y de gente durante la Semana Santa, y se volverán a convertir en ese lugar donde discutir "sobre si hay que interpretar marchas de Andalucía o del privativo Reino de Castilla y León. Discutamos y vivamos. Hay que volver a las polémicas, a las de siempre y a las nuevas, porque la polémica es símbolo de vida, de que estamos en plena ebullición, en plena efervescencia, que volvemos a ser el Valladolid cofrade de siempre, el Valladolid capillita del que tan orgullosos nos sentimos".

Cuaresma cerró su pregón destacando la ilusión y el conjunto de sensaciones y viviendas de la Semana Santa, a la que también definió como un punto de encuentro en la calle y en los templos, rezando a Jesús y como una "hermosa película".