Hispalink estima un crecimiento del 1,3% en CyL durante 2019

SPC
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La red advierte de que el crecimiento anual del empleo no se alejará del 0,5% en un contexto de desaceleración aunque bajará el paro por la pérdida de la población activa

Hispalink estima un crecimiento del 1,3% en CyL durante 2019

La economía de Castilla y León cerró 2019 con un crecimiento del 1,3 por ciento, según las estimaciones publicadas hoy por Hispalink, y registrará un ligera aceleración en 2020 y 2021, cuando podría alcanzar, respectivamente, tasas del 1,6 y 1,8 por ciento. Las previsiones para España sitúan el avance en el dos por ciento el año pasado, y auguran un 1,7 por ciento para 2020 y un 1,9 por ciento para 2021.

La desaceleración de la economía castellana y leonesa, apuntaron desde la red, ”tuvo y seguirá teniendo, consecuencias desafortunadas sobre el empleo, si bien a ritmos positivos”. En este sentido, el estudio recogido por Ical, indica que mientras que, en el entorno nacional, también en un ambiente desacelerado, el crecimiento anual del empleo se situará entre 1,5 puntos y dos puntos, en Castilla y León no se alejará del 0,5 por ciento. “Ciertamente, esta debilidad en el incremento del empleo permitirá disminuciones leves en la tasa de desempleo”, en virtud de la pérdida de la población activa, apuntaron.

Sectores

El análisis económico apunta en las previsiones para 2020 y 2021, que un pésimo ejercicio para el campo autonómico, con un retroceso del 6,9 por ciento en 2019, derivará de un incremento del valor añadido agrario, hasta un 4,3 por ciento en 2020 y dos por ciento en 2021.

Así, economía no agraria crecería en 2020 hasta el entorno del 1,5 por ciento (1,9 por ciento en 2019) para recuperar casi medio punto en 2021 (1,8 por ciento). La dinámica sería acelerada en la industria, mientras que construcción y servicios serán las ramas responsables de esta pérdida ligera de ritmo en 2020.

La red de Modelización Regional Integrada espera que la industria mantenga un crecimiento algo superior al de este año, con una tasa del 1,5 por ciento (1,1 por ciento en 2019), dos décimas por debajo del comportamiento esperado nacional.

En cuanto a las subramas, liderará el crecimiento bienes de equipo con un 2,1 por ciento; seguida de bienes de consumo, con un 1,8 por ciento; y bienes intermedios, con un 1,7 por ciento (lo que proporcionará un crecimiento agregado de las manufacturas del 1,9 por ciento). Asimismo, el próximo año se espera un comportamiento negativo de la subrama energética, de menos 1,5 por ciento, según informa Ical.

Por último, y aunque Hispalink asume que es “arriesgado avanzar una cifra por la volatilidad actual del entorno económico”, el instituto espera que en 2021 la industria regional se mantenga en lo esperado a nivel nacional para el sector, con un 1,4 por ciento, situándose el crecimiento de las subramas en torno a esa cifra.

Construcción

Por lo que se refiere a la construcción, las estimaciones de Hispalink apuntan a una desaceleración adicional para el año 2020 de los actuales ritmos de crecimiento del 3,1 por ciento en 2019, que se situará en un 2,3 por ciento, con tasas superiores en más de un punto a las nacionales del sector (1,4 por ciento).

Esta pérdida de ritmo en la construcción en el ámbito regional será, previsiblemente, transitoria, con crecimientos previstos del 2,9 por ciento en 2021, si bien con tasas inferiores a las nacionales esperadas (3,7 por ciento).

Servicios

En cuanto a la actividad terciaria, la red vaticina una desaceleración del sector debido al comportamiento de la rama de otros servicios venta y los servicios de no mercado. Así, el crecimiento global se estima en un 1,3 por ciento en 2020 (dos por ciento en 2019), con una tasa del 2,1 por ciento para transportes y comunicaciones; del 1,4 por ciento para otros servicios venta y del uno por ciento para los servicios de no mercado.

La predicción para 2021 vuelve a situar al sector en un ritmo de crecimiento similar al de 2019 (1,8 por ciento), que se corresponde con un 2,6 por ciento para transportes y comunicaciones; un 1,8 por ciento para otros servicios venta y un 1,7 por ciento para los servicios de no mercado. En ambos años, el crecimiento del sector seguirá estando por debajo de la media nacional, si bien en 2021 los ritmos serían prácticamente idénticos.

Un mal año 2019

Hispalink profundiza en su informe sobre la economía de Castilla y León en 2019, que presentó signos de desaceleración en el año que acaba de finalizar, con un crecimiento del 1,3 por ciento, el peor dato entre las autonomías junto a Asturias. La pérdida de ritmo, comparada con la cifra estimada por el INE para 2018, alcanzaría las siete décimas de confirmarse.

El informe explica que esa desaceleración no es ajena al mal año agrario, que tras un crecimiento superior al cuatro por ciento en 2018 presentó un retroceso del 6,9 por ciento en 2019, de cumplirse las precisiones. Si bien, explica, este efecto "rebote" es habitual en la rama agraria tras un año de crecimientos y debe tenerse en cuenta que en 2019 se asistió a un mal año para el cereal, como ya ocurrió en los anteriores 2012, 2014 y 2017.

Por su parte, la economía no agraria creció un 1,9 por ciento, cifra prácticamente idéntica a la de 2008 (2,1 por ciento). La economía no agraria regional se situaría, entonces, “en ritmos de crecimiento estables, si bien modestos, en el entorno del dos por ciento anual desde 2015 (con la excepción del 3,8 por ciento de 2017), lo que, tras la profundidad de la pasada crisis, no puede considerarse un patrón especialmente dinámico”.

Hispalink explica que las causas de esta contención en el ritmo de crecimiento fueron en 2019 de dos tipos, exógenas y endógenas. Por el lado de las causas derivadas de los mercados exteriores, apuntó al debilitamiento de la demanda por parte de las economías más vinculadas a la española, en particular de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.

Dicho debilitamiento, aclaró, tiene que ver tanto con la volatilidad de los mercados exteriores mundiales (derivada de los cambios arancelarios) como con la paralización de inversiones como consecuencia del clima de inestabilidad derivado del Brexit y de otras políticas populistas y nacionalistas.

Por el lado endógeno, a esas causas se suma la debilidad de la demanda interna como consecuencia de la contención salarial, la inseguridad laboral, las restricciones al gasto público y la inestabilidad política.

Las consecuencias últimas sobre la economía regional “no dejan lugar para el dinamismo, con contención en el consumo y en la venta de viviendas, paralización de algunas decisiones de inversión privada, atonía en el gasto e inversión públicas y debilitamiento del turismo y la exportación de automóviles y bienes de consumo”.