La que más barrios une

Jesús Anta
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Carretera de Rueda

La que más barrios une - Foto: Jonatan Tajes

L a carretera cruza en diagonal  La Rubia y  sobre ella  se articuló el barrio. Comenzó a dibujarse en las primeras décadas del siglo XX, cuando en este punto alejado del Valladolid histórico se pensó en levantar la Ciudad Jardín Alfonso XIII. Se construyeron varios chalets y un puñado de casas. Pero el paso del tiempo fue sustituyendo aquellas construcciones por bloques de viviendas.  Queda la quinta Ana Mari (1932) ahora cuartel de la Policía Municipal,  y un rincón de molineras junto al Torreón en calles cuyos nombres responden a  Zeus, Atlas y Poseidón, dioses que parten de la calle Olimpo.

Comienza la calle Carretera de Rueda en el paseo Zorrilla, allí donde paseo y carretera cada uno por un lado flanquean los jardines de la Rubia y dejan atrás el antiguo matadero municipal construido en  1936, ahora centro cultural,  que en su día se convirtió en el principal exponente de la arquitectura racionalista en Valladolid.   

La calle y sus adyacentes ofrecen todo tipo de establecimientos,  propio de una zona populosa y alejada del centro comercial y, por tanto, necesitada de disponer de los más variados productos para la vida cotidiana de sus habitantes.  Hasta hay una tienda dedicada a productos eróticos. 

El discurrir de la carretera de Rueda, una de las más pobladas de Valladolid,  nos lleva, en la acera de los impares, por la parte de atrás de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, edificio neogótico de 1917.

El primer tramo está dominado por las tapias traseras de los antiguos cuarteles de Artillería, Automovilismo y Farmacia Militar, en cuya terminación se abre la calle de un solo portal que lleva el nombre de Carmen Tablada, tal como firmó sus obras la escultora Carmen Rebanal Tablada.  La creadora procedía  de una familia asturiana de artistas. Por razones de trabajo recaló en Valladolid, donde  falleció en 2014. Realizó numerosas exposiciones por toda España y  en nuestra  ciudad dejó dos de sus esculturas: Arco de Toros (junto a la plaza de Toros) y la dedicada a Santa Teresa, en el paseo Juan de Austria, inmediata a la pasarela peatonal del Museo de la Ciencia.

El colegio católico Patrocinio San José y una Residencia de la tercera edad de la Junta de Castilla y León, completan las dotaciones de la carretera de Rueda antes de que, tras pasar por debajo de un viaducto, llegue  a la plaza Ciudades Hermanas, donde se erige el Torreón, una singular construcción mal llamada fielato. Cierto es que por aquí hubo un control fiscal de mercancías,  pero no se corresponde con esta airosa torre de ladrillo que seguramente pertenecería a alguna de las fincas o granjas que hubo en estos lares vallisoletanos. La plaza está adornada por unos grandes cubos en cada uno de los cuales se rinde homenaje a las ciudades con las que Valladolid ha entablado algún tipo de relación: Orlando, Lille, Florencia, etc. Morelia (antes llamada Valladolid) en Méjico, fue en 1978 la primera de estas ciudades con las que el Ayuntamiento estableció relaciones.

Desde las Ciudades Hermanas y junto a los campos de fútbol Martín Luquero (médico de profesión ya fallecido que en sus años de concejal de Valladolid  impulsó la Fundación Municipal de Deportes),  nuestra calle se prolonga atravesando los barrios de Parque Alameda y Paula López, hasta que confluye con el paseo Zorrilla cerrándole el paso a la altura de las dos columnas de colores creadas por el artista Cristóbal Gabarrón, de reconocimiento internacional y afincado en Valladolid. Estas artísticas columnas llevan por título ‘La puerta de Valladolid’. La obra se inauguró en 1997 y señala el punto en el que comienza el barrio de Covaresa por entre el cual continúa la carretera de Rueda. Llegaremos al colegio de la Asunción, una antigua granja agrícola de 1920, que en 1983 pasó a ser sede de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, después de haberse dedicado a residencia de las religiosas de la Asunción –de ahí su nombre-. Y desde aquí nuestra larga calle de casi tres kilómetros, y una de las más pobladas de Valladolid, hace honor a su nombre, pues convertida realmente en carretera, apunta hacia Rueda pasando por el Pinar de Antequera.