Las estaciones de servicio reviven con el verano

R.G.R
-

Gasolineras y restaurantes de carretera comienzan a recibir familias y aumentar su volumen de negocio desde primeros de junio. Las expectativas para el verano son «muy buenas»

Pedro, Marin y sus dos hijos se encaminan hacia las costas gaditanas desde Bilbao haciendo parada en una estación de servicio de Sieteiglesias. - Foto: Jonathan Tajes

Las estaciones de servicio de la provincia de Valladolid comienzan a ver la luz al final del túnel con la llegada de las vacaciones de verano. Las pandemia, el miedo al contagio y las restricciones de movimiento han ocasionado que prácticamente la totalidad de las existentes hayan tenido que presentar expedientes de regulación de empleo temporales (ERTEs) para algunos de sus trabajadores ante la caída del negocio.

Los viajes familiares prácticamente desaparecieron durante muchos meses del año pasado y tan solo el transporte de mercancías mantuvo a flote el negocio. Al ser considerados negocios fundamentales por el Gobierno se tuvieron que mantener abiertos en lo más duro de la pandemia, con la población encerrada en sus casas. «Los camioneros podían usar los baños y tomar un café en las máquinas», recuerda Reyes Fernández, gerente de la estación de servicio Los Nogales, en la A-11, dentro del término municipal de Pedrosa del Rey. 

A partir de junio del pasado año, tuvieron una buena temporada con la llegada del verano, cuando la población volvió a moverse, pero fue una temporada breve, ya que una vez pasadas las vacaciones el negocio volvió a caer y no se ha recuperado hasta este mes de junio, cuando el fin de los cierres perimetrales ha hecho que las familias comiencen a llegar de nuevo. 

Durante todo este periodo, no han tenido más remedio que presentar expedientes de empleo para parte de sus plantillas, especialmente en el caso de los trabajadores de los restaurantes, ya que la pérdida de clientes ha sido constante. «Estuvo cerrado el restaurante y en la gasolinera trabajan cuatro personas, pero en total somos 12».

Sin embargo, estos negocios han recuperado a todos sus trabajadores y están trabajando a un ritmo más que adecuado. «Nosotros lo notamos mucho desde que nos abrieron la frontera con Portugal», relata Fernández, quien matiza que la A-11 a su paso por la zona oeste de la provincia tiene tránsito de familias y transportistas con destino en el país vecino. «Portugueses volvemos a tener después de muchos meses». Esto está haciendo que se hayan recuperado unos niveles que casi alcanzan los prepandémicos.

«Ahora lo que nos falta son los autobuses de viajeros que nos llegaban antes, pero que sí están viniendo algunas furgonetas con cinco, seis o siete personas, algo que hasta ahora no pasaba». Esta estación de servicio está viendo cómo poco a poco está recuperando un buen ritmo de trabajo y mantiene «muy buenas» expectativas para los meses de julio y agosto. «Nosotros es cuando mejor trabajamos porque hay muchas familias portuguesas que viven en Francia y que vienen durante estos meses», matiza. 

En la estación de servicio Las Encinas, a la altura de Villanueva de los Caballeros, en la A-6, ya han notado mayor afluencia de clientes desde hace prácticamente un mes. Una vez que la incidencia de la pandemia comenzó a mermar por los efectos de la vacuna han aumentado los clientes. «Nosotros llevamos ya casi un mes con muchos más clientes que antes, la gente ha comenzado a viajar y se nota, sobre todo durante los fines de semana». Las estaciones lo notan no solo en el número de vehículos que paran para repostar, sino en el gasto en el restaurante y las máquinas de servicio. «Estamos trabajando muy bien, se nota que llegan los clientes y que las familias se están moviendo mucho».

Familias. Algunos clientes tienen ya sus referencias a la hora de parar cuando viajan. Es el caso de Pedro, Mirin y sus dos hijos. Viven en Bilbao y esta semana emprendieron viaje hacia las costas de Cadiz. Hicieron parada en la estación de servicio de Cepsa en Siete Iglesias de Trabancos, junto a la Autovía de Castilla (A-62). «Ya hemos parado en este mismo sitio durante cuatro años», comentan mientras acaban de almorzar en familia. «La verdad es que tenemos más o menos el horario cogido para parar siempre en Valladolid. Nos gusta porque es un sitio que siempre te atiende rápido, se come bien y está todo muy limpio».

El gerente de Los Toreros, Julián Fernández, reconoce que el principal foco de clientes de su estación llega procedente del País Vasco. «Desde que salen del viaje, nosotros estamos más o menos a tres horas de viaje, que es el tiempo justo para parar». Explica que llevan unas semanas de mucho más tránsito de viajeros que meses atrás. Como el resto de estaciones, lo han pasado muy mal como consecuencia de la pandemia y ahora comienzan a ver la luz. 

«Comenzamos a ver más movimiento, sobre todo de familias», comenta Fernández, quien explica que muchos viajeros del norte de España que tienen como destino las costas andaluzas o Extremadura son frecuentes tanto en la gasolinera como en el restaurante y el bar. Ya comienzan a verse familias de extranjeros cerca de los coches desayunando o comiendo de pie o sentados cerca de los surtidores. Una imagen típica del verano.

En esta estación de servicio trabajan actualmente 16 trabajadores y además de los viajeros que llegan durante estos días, el establecimiento también cuenta con 38 plazas de hotelería que son ocupadas por los trabajadores que llegan durante estos días a la provincia para trabajar en la cosecha de cereal. «Trabajamos entre los trabajos del campo y las familias de viaje».

 

 

El cierre del paso del Estrecho supondrá una pérdida «importante» de clientes en la A-62

 

Una de las pérdidas considerables para las estaciones de servicio este verano será la decisión de Rabat de cerrar la denominada operación Paso del Estrecho. Este año no discurrirá por Algeciras, donde se registra el mayor flujo de viajeros, ni por ninguno de los otros puertos españoles, como Valencia, Alicante y Almería. Desde hace unos años, muchos de los ciudadanos marroquíes que bajan cada año hacia el sur lo hacen por la A-62 hasta Salamanca, donde se desvían hacia la Ruta de la Plata. Esta circunstancia supone un inyección en los ingresos para las estaciones de servicio de la Autovía de Castilla que este año, sin embargo, se ha truncado. 

El propietario de la Estación de Servicio Los Toreros, en Sieteiglesias, Julián Fernández explica que todos los años circulan por esta carreteras miles de vehículos que sí paran en su estación, aunque no lo hacen para descansar en el restaurante o en el bar, sino que suelen pedir alojamiento para pasar la noche. «Están acostumbrados a traer todo en el coche. La verdad es que la comida la suelen traer ellos, pero sí vienen buscando una habitación para descansar y reemprender el viaje al día siguiente». 

Fernández indica que este tipo de viajeros tienen por costumbre el regateo. «Siempre intentar bajar el precio de la habitación y además se suele meter alguno más de los que dicen», comenta.  Debido a su número, este tipo de viajeros supone una fuente de ingresos de una u otra forma. «Claro que lo vamos a notar, antes iban por Madrid, pero en los últimos años venían mucho por aquí».