Valladolid superó en 2022 la contaminación que fija la OMS

D.V.
-

Ecologistas en Acción pide una Zona de Bajas Emisiones "mucho más ambiciosa", con el objetivo de "reducir la contaminación del tráfico y proteger la salud" de los 300.000 habitantes de la ciudad

Imagen de archivo de la llamada 'boina' de contaminación en Valladolid. - Foto: J. Tajes

La evaluación de los datos de las diez estaciones de las redes de control de la contaminación atmosférica del Ayuntamiento de Valladolid, de la central térmica de Michelín (propiedad de la filial de Iberdrola Energyworks Vit-Vall) y de las factorías de Renault, obtenidos de las páginas web del Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León, permite comprobar que durante el año 2022 los niveles de dióxido de nitrógeno, partículas y ozono en la ciudad de Valladolid han vuelto a superar las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en todas las estaciones.

Así lo denuncia Ecologistas en Acción, en un comunicado de prensa en el que explica que "si bien ninguna estación de medición ha incumplido los obsoletos límites legales vigentes, durante el año pasado en general han aumentado las concentraciones de partículas respirables (PM10), partículas finas (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3), tras la caída drástica de la contaminación atmosférica en los años 2020 y 2021 por las restricciones de la movilidad derivadas de las medidas de lucha contra el covid-19". "Una vez finalizados los estados de alarma declarados, la reactivación del tráfico motorizado ha provocado el empeoramiento de la calidad del aire, patente a lo largo de 2022", censura la organización.

El comunicado detalla que las partículas PM10 y PM2,5 han aumentado en 2022 respectivamente un 21% y un 15% respecto a la media de la última década (2012-2019), mientras en el caso del NO2 se observa un descenso del 17% sobre la concentración promedio del mismo periodo, manteniendo con los niveles de la pandemia.

Los niveles de contaminación más elevados se han alcanzado en las estaciones orientadas al tráfico. En la de Arco de Ladrillo se ha superado la recomendación de la OMS para el dióxido de nitrógeno durante 149 días, ascendiendo a 107 los días que se ha rebasado la de las partículas finas NO2, por 114 y 54 días respectivamente en la estación La Rubia, más próxima al paseo de Zorrilla.

Los niveles anuales de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas finas (PM2,5) --"los dos contaminantes más peligrosos para la salud", según Ecologistas-- se han duplicado en las estaciones orientadas al tráfico las directrices de la OMS, descendiendo de forma notable la contaminación en las estaciones suburbanas (Fuente Berrocal, Paseo del Cauce, Sur y Renault), aunque manteniéndose en todas ellas por encima de lo recomendado para el NO2. "Hay que notar que, según las mediciones de este contaminante realizadas por Ecologistas en Acción durante 2020, 2021 y 2022, ninguna de las estaciones municipales se ubica en las calles con más tráfico de la ciudad, por lo que la situación en realidad habría sido aún peor".

En 2022 también han repuntado los niveles estivales de ozono, después de dos años con caídas muy significativas de este contaminante secundario, causado por las emisiones del tráfico y algunas industrias en presencia de fuerte radiación solar. Tras una primavera sin apenas ozono, las superaciones diarias del objetivo legal y de la guía de la OMS se han disparado en julio y agosto, por efecto del verano más cálido desde al menos 1961. "Esto dio lugar a tres importantes episodios frente a los que el Ayuntamiento no aplicó con la celeridad ni el rigor necesarios las medidas de restricción del tráfico del Plan de Acción en Situaciones de Alerta por Contaminación del aire Urbano de Valladolid", denuncia Ecologistas.

En consecuencia, las seis estaciones que miden ozono han superado ampliamente los tres días que admite la OMS por encima de su recomendación diaria, y también exceden la concentración media estival establecida por este organismo entre los meses de abril y septiembre. Un año más, la estación de control de la contaminación atmosférica con niveles más elevados de ozono es Renault 1, situada entre los municipios de Valladolid y Laguna de Duero, donde en el trienio 2015-2017 se superó el valor objetivo legal para la protección de la salud, mucho más laxo que las directrices de la OMS.

"En opinión de Ecologistas en Acción, para mejorar la calidad del aire que respiramos es esencial implantar lo antes posible una Zona de Bajas Emisiones ambiciosa en el centro de la ciudad, limitando la circulación motorizada a residentes, transporte público, carga y descarga y urgencias. Las exenciones y accesos temporales aprobadas inicialmente por el Ayuntamiento son claramente abusivas y no permitirán cumplir la Ley estatal de Cambio Climático, ni siquiera con el año de retraso previsto", señalan en la nota de prensa recogida por este periódico.

Por ello, la organización ambiental ha convocado el próximo jueves 19 de enero a las siete de la tarde en la Casa del Medio Ambiente de Valladolid una reunión con distintas organizaciones ciudadanas, para informar sobre el contenido y consecuencias de la ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) aprobada inicialmente, y proponer la presentación de alegaciones que mejoren su aplicación, así como una ampliación progresiva de su ámbito a los barrios, para que también se beneficien de la medida.

"Además, el Ayuntamiento de Valladolid debe profundizar la mejora del transporte público y de la movilidad peatonal y ciclista, continuando la redistribución del espacio público en favor de estos medios no contaminantes, además de la electrificación de los autobuses y la flota de distribución de mercancías. Aminorando el intenso tráfico urbano e interurbano que soporta la ciudad, y promoviendo un urbanismo de proximidad, así como la reducción de las emisiones de determinadas industrias", exige Ecologistas en un comunicado en el que recuerda que "la inhalación de dióxido de nitrógeno, partículas y ozono provoca un incremento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares agudas, especialmente en niños y niñas, personas mayores y personas con enfermedades cardiorespiratorias crónicas, ya que, según el Instituto de Salud Carlos III de Madrid y el Instituto de Salud Global de Barcelona, la contaminación atmosférica causa cada año en Valladolid más de 200 muertes prematuras".