El viejo oficio de los cañoneros

Diego Izco
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Donde el fútbol no llega, un zapatazo lejano puede ser la mejor solución: Asensio dictó sentencia. Un buen Barça, de los más ágiles del curso, rediseña la lucha por la Liga de Campeones venciendo al Atlético

El viejo oficio de los cañoneros - Foto: Alejandro Garcia

El zapatazo lejano tiene un punto 'vintage': los nuevos tiempos, protagonizados por el choque de dos escuelas opuestas, llevan la pelota al área. La primera de ellas, la del 'toque-toque', presume de los goles conseguidos sobre la misma línea de portería; la segunda, la del físico, porque ha sido capaz de imponer el músculo de sus atacantes, como 'primeras líneas' del rugby, sobre los defensores contrarios. El oficio del cañonero ha quedado en extraño desuso, porque estamos en un fútbol donde cada vez es más difícil encontrar huecos por el centro, donde cada vez hay más defensas centrales capaces de cabecear hasta 100 balones colgados por partido. Marco Asensio, a pesar de sus 26 años, tiene ese golpeo de la vieja escuela y logra que se haga un silencio cada vez que engancha una pelota a 20-25 metros de la portería rival. Su gol ante el Granada desatascó un partido trampa para el Real Madrid y acercó un poquito más la Liga hacia Chamartín. 

 

Billete Champions

El duelo de la jornada estaba en el Camp Nou, donde se disputaban mucho más que tres puntos. Un Barça-Atlético siempre ha tenido bonitas historias que contar, y este no iba a ser diferente: golpeó primero el bloque madrileño pero mucho más fuerte el catalán, que encontró el gol perdido en el mejor día posible, cuando tenía que asaltar la cuarta plaza. Cuatro tiros a puerta, cuatro goles: el Atlético tiene números defensivos de zona media-baja, Oblak ha encajado 51 goles en 38 partidos y Simeone se desespera en la banda. No encuentra cómo frenar la sangría y el Barça lo aprovechó con un Adama estelar de regreso a la Liga y, sobre todo, con una agilidad en el toque y en las transiciones que se habían perdido en el vago recuerdo, casi parodia hoy por hoy, del 'tiqui-taca'. Cuando era bueno Xavi vestía de corto. Hoy hace falta mucho más ritmo. 
Así que el conjunto culé se puso cuarto y ahora mismo la lucha por las plazas tercera y cuarta es brutal. Cinco equipos en cinco puntos y una guerra de nervios de la que el equipo azulgrana (con permiso del Villarreal) es el único que sale reforzado.