Declarada BIC la Villa Romana del Prado

D.V.
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Con esta declaración se resuelve el expediente incoado hace 40 años, en 1980

Declarada BIC la Villa Romana del Prado

El Consejo de Gobierno aprobó este jueves la declaración de la Villa Romana del Prado, en el barrio al que da nombre en Valladolid, Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica. Con esta declaración se resuelve el expediente incoado en 1980, aunque la protección jurídica como Bien de Interés Cultural tuvo efecto desde momento de su incoación. 

La Villa Romana del Prado constituye un valioso testimonio de las edificaciones cultuales y los complejos residenciales aristocráticos en el ámbito rural del valle medio del Duero entre los siglos III y IV, explica la Junta en un comunicado. Además, un referente de gran importancia para la comprensión del fenómeno de las villas áulicas de la meseta norte, por ser una de las primeras que fueron conocidas y excavadas de forma sistemática en la provincia de Valladolid y, por ello, una fuente de conocimiento única en el panorama de las villas romanas en Castilla y León.

La Villa Romana del Prado se localiza al oeste de la ciudad de Valladolid, en la vega de la margen derecha del río Pisuerga, centra del Estadio José Zorrilla, en un entorno paisajístico propio de la campiña arenosa del valle de este río, rodeado por las estructuras calizas de los Montes de Torozos.  El yacimiento arqueológico, descubierto en 1952, ha sido objeto de sucesivas campañas de excavación en los años 1954, 1981-1982, 1989-1991 y 1993-1994, a través de las cuales se ha podido documentar su secuencia de uso y sus características estructurales. De ellas se deduce que la Villa Romana del Prado es una ocupación estable de carácter rural desde al menos el siglo III, hasta la primera mitad del siglo IV.

En este asentamiento romano se distinguen dos grandes etapas constructivas. En un primer momento se erigió un edificio aparentemente aislado, simétrico, de acceso porticado y con una exedra o sala absidiada, pavimentada con un mosaico polícromo cuyo motivo central representa a Diana cazadora rodeada por alegorías de las cuatro estaciones, en la actualidad expuesto en el Museo de Valladolid. Se trata de un espacio de representación cuya cronología, basada en el estudio de los mosaicos, se encuadraría entre siglos II y IV.

Una vez destruido este edificio, se construye el palacio campestre o villa. En esta segunda fase constructiva, se constituye un complejo residencial y productivo tardorromano de ámbito rural, y en uso hasta su abandono en el siglo V.  El conjunto de la Villa presenta una planta diseminada, compuesta por una parte residencial aristocrática, en torno a la que se dispondrían los edificios termales y las dependencias productivas.

A esta segunda fase constructiva, corresponden cuatro habitaciones abiertas hacia el lado norte del peristilo, cubiertas cada una de ellas por mosaicos polícromos. Entre ellos destaca, por sus dimensiones, el mosaico absidial, ubicado en la sala más grande; el mosaico de los Cantharus, el de las cráteras, o el conocido como el Crismón por el monograma que luce en uno de sus cuadrados. Todos ellos, como el mosaico de las estaciones o Diana cazadora, se encuentran depositados en el Museo de Valladolid, a excepción del Cantharus, que en la actualidad preside el hemiciclo de las Cortes de Castilla y León.

Al sureste del núcleo residencial, se dispone el sector termal. Se conocen cinco estancias completas que responden a la costumbre romana de tomar un baño, que se inicia en el vestuario para pasar por estancias fría, templada y caliente y retroceder en orden inverso y terminar con un baño de agua fría.

Por último, en el extremo suroriental del yacimiento se ubican las dependencias agropecuarias, con estructuras dispersas y adaptadas al relieve, probables almacenes o incluso estancias destinadas al alojamiento de los trabajadores. En las inmediaciones de este sector, en un relieve deprimido y marginal, se ubica un vertedero, muy rico en residuos procedentes de la Villa.

Asimismo son de destacar los restos arqueológicos de época moderna descubiertos al noroeste de la villa. Se trata de un arca o depósito de la que salen dos canales, uno de aliviadero y otro de abastecimiento, identificados como antiguas canalizaciones relacionadas con una obra de infraestructura hidráulica de finales del siglo XVII, la traída de aguas al Monasterio del Prado, que servía para canalizar agua potable a este Monasterio desde el Caño Morante.