Las claves de la eliminación

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Sin un 'plan b', la Roja ha ido de más a menos evidenciando una alarmante falta de pólvora de cara a la meta rival

Las claves de la eliminación - Foto: Friedemann Vogel

El reencuentro con la falta de gol

España gastó todo su arsenal en su debut ante Costa Rica:siete disparos, siete goles. La efectividad fue desapareciendo y las malas señales lanzadas ante Japón las acabó confirmando en octavos.
A la selección no le faltó voluntad, pero sí acierto. Disparó en 12 ocasiones y solo una provocó una parada salvadora de Bono, a Olmo. Es «la fase en que menos espacio y tiempo hay», reconoció Luis Enrique como análisis a la falta de lucidez en los últimos metros. Fue la fase del juego que peor manejó España. Ya pasó en la Eurocopa. 

Posesión estéril y abuso del toque

Regresó a errores del pasado una selección que abusa del pase horizontal, forzada por el rival que junta líneas y elimina espacios. De la impotencia sufrida ante Rusia en 2018, cuando la posesión alcanzó el 79 por ciento sin profundidad, a un escenario similar ante Marruecos (77). Las dos cifras más altas que jamás tuvo un equipo en la historia de Mundiales. Curiosamente, ambas con eliminaciones en las tandas de penaltis. La Roja se excedió ante los africanos del toque al pie, faltaron desmarques de ruptura, desdobles de los laterales con continuidad... y sobraron pérdidas de balón, destacando Pedri con 17. 

La ausencia de desborde

Ha sido uno de los grandes males de España en Qatar 2022, la falta de descaro y atrevimiento, jugar encorsetado en un estilo del toque con pocos jugadores con un perfil encarador. Los que lo intentaron, además, no estuvieron acertados en los octavos de final. Dani Olmo fue el que mejor porcentaje de acierto tuvo con un 44 por ciento. El desborde de los extremos era clave ante rivales de líneas juntas y se falló. Esa falta de atrevimiento se plasmó en que solamente cuatro futbolistas intentaron cinco o más regates.

Una mala gestiónde la presión

España había ensayado los penaltis y Luis Enrique encargó a cada jugador que lanzase más de 1.000 tras los entrenamientos en sus clubes, pero en la presión, todo es diferente. Fue el técnico el que eligió los primeros lanzadores buscando, en un grupo joven en el que podía pagarse la inmadurez en un momento de tanta tensión, asegurar el buen inicio de la tanda. Futbolistas que hasta ahora eran fiables como Sarabia y Carlos Soler, fallaron y extendieron una dinámica muy negativa. España ha perdido cuatro de las cinco tandas de penaltis que ha encarado en Mundiales. Nadie falló más. 

Las decisiones de Luis Enrique

Sorprendió a todos con su apuesta por un jugador que no había tenido un solo minuto en el Mundial. Marcos Llorente llegó a la concentración con unas molestias que le pasaron factura. Luis Enrique apostó por él como lateral. Un carrilero derecho puro como Dani Carvajal se quedó en el banquillo. La segunda decisión que causo sorpresa fue la ausencia de inicio de Álvaro Morata. No es habitual que un entrenador renuncie al momento goleador de un jugador y sentó en el banquillo al que había marcado en todos los partidos de España.