Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


Mirando al 2041

01/01/2022

Terminamos un año de nuevo extraordinario e inédito con la preocupación y la esperanza en las vacunas, en que lleguen a todas las personas en todos los rincones del mundo, y también un año en el que somos más conscientes, o eso quiero creer, de las consecuencias e impacto del cambio climático que cada vez vivimos más cerca y más personas. Un año, en definitiva, que revela la constante vulnerabilidad a la que estamos expuestos todos y cada uno de nosotros, sin excepción.
Al mismo tiempo, los avances en inteligencia artificial siguen adelante y ya forman, parte, positivamente, de nuestras vidas. Para unos como facilitador del día a día en temas de salud, de movilidad, o domésticos, y para otros, los millones de personas a los que afecta la brecha digital, como medio para sentirse menos aislados y poder tener una mejor vida, gracias a los asistentes virtuales de voz. Sin embargo, estos primeros asistentes tienen por delante aún dos grandes desafíos tecnológicos; la voz en sí y el enorme volumen y precisión de las recomendaciones para cubrir cualquier necesidad. 
Estos tienen que entender lo que decimos y a todos, tarea no fácil con la multitud de pronunciaciones y acentos existentes. Además, el lenguaje humano es difícil de descifrar por la manera en la que hablamos, a veces inconexa, y porque para entender bien siempre es necesario contextualizar. Por otro lado, pronto serán capaces de entender en qué estado de ánimo estamos: alegre, triste, enfadado, y podrán imitar estos sentimientos. En cuanto todo esto se resuelva, se dará un verdadero punto de inflexión en el desarrollo de las Inteligencias Artificiales y en la interacción con el ser humano. Ya no podemos vivir sin el móvil, y en unos años, los asistentes inteligentes serán un ayudante imprescindible y poderoso sin los que no podremos vivir.
Mientras tanto llega un grupo de científicos australianos que han logrado por primera vez que un 'cerebro' artificial creado en un laboratorio con neuronas humanas ejecutara una tarea concreta, en este caso jugar a un videojuego. Lo han llamado DishBrain, 'cerebro en un plato'. Lo sorprendente es la velocidad de aprendizaje de este mini cerebro, sólo 5 minutos. A una Inteligencia Artificial, entender las reglas del juego y jugar le lleva aproximadamente 90 minutos.
Aunque el experimento aún requiere revisiones, los científicos de Cortical Labs no dudan en llamar a su creación el primer 'Cerebro Ciborg'. El artículo publicado en la revista Biorxiv asegura que este 'Cerebro Ciborg' es capaz de sentir y aprender por su cuenta del entorno, y a predecir cómo las acciones del entorno van a influir en él, algo que las Inteligencias Artificiales aún no logran. El potencial del experimento está en poder integrar neuronas de este tipo al desarrollo de las Inteligencias Artificiales, y así crear los cerebros de las próximas generaciones de máquinas autónomas.
Esto significará un salto inmenso de la Inteligencia Artificial, hasta ahora impensable, hacerla sintiente y con ello, una verdadera extensión del ser humano con uan potencialidad, que como siempre, superará a la ficción.
Para algunos esto es una gran oportunidad y para otros algo aterrador, como todos los avances. En vista de esto, lo que sí necesitamos preparar ya es la regulación de todo ello antes de que esté plenamente desarrollado y sin un marco de actuación correcto en beneficio de la humanidad.
Terminando este año inédito, prefiero pensar en lo que nos puede deparar el 2041, en todo lo que nos queda por ver, por imaginar, por crear. Feliz, sano y esperanzador 2022