Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Suspenso al modelo educativo

05/10/2022

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE ) analiza en su último informe el nivel de estudios de la población y su impacto en el mercado laboral. Sus conclusiones no pueden ser más preocupantes en el caso de España, al activar la alerta y castigar el escaso grado educativo. Y, sinceramente, no es para menos, porque casi un tercio de los jóvenes españoles no tiene ni título de Formación Profesional ni de Bachillerato. La ligera mejora de los últimos diez años depara ahora una serie de datos que ha encendido todas las alarmas, cuando, por ejemplo, el 28% de los jóvenes de entre 25 y 34 años no tiene aún el Bachillerato o una FP básico o medio. Según el mencionado estudio, estas titulaciones son precisamente «la cualificación mínima para una participación exitosa en el mercado laboral».

Resulta también curioso que la media porcentual en los países de la OCDE durante la última década sea del 14%, es decir, justo la mitad que en España. Mientras que por comunidades los datos son aún más preocupantes; de hecho, lo destaca el informe: «Las variaciones en el nivel educativo reflejan, hasta cierto punto, la diferencia en las condiciones económicas y los patrones de migración interna». Las comunidades con mayor porcentaje de población con el título exclusivamente de ESO son Extremadura, Ceuta, Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias. 

España, además, ha perdido la ventaja en población joven con estudios superiores respecto a la media de la OCDE. Pero la guinda de este amargo pastel lo arroja el hecho de que nuestro país lidere, con un 18,4%, la lista de personas de 25 a 29 años que ni estudia ni trabaja, a pesar de tener educación terciaria. Sólo Sudáfrica, Grecia, Turquía, Chile, Italia y Colombia tienen más 'ni-nis' que España. 

El informe apunta otros indicadores ciertamente desalentadores, lo que, en conjunto, vienen a revelar que somos un país despreocupado por el pilar básico, la educación y la formación. Esto sí que es para hacérnoslo mirar, ya que supone todo un suspenso a un modelo educativo que debía situarnos a la vanguardia del desarrollo social.