Nueva norma de calidad para el aceite de oliva

SPC
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Después de casi 40 años sin cambios, el reglamento se actualiza para dar aun más valor a uno de los productos más importantes del sector agroalimentario español, haciendo hincapié en el virgen extra

Nueva norma de calidad para el aceite de oliva

El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana la norma de calidad del aceite de oliva y de orujo de oliva en una apuesta firme por mejorar la calidad y trazabilidad del producto. El triple objetivo es revalorizar este alimento, en especial el aceite de oliva virgen extra o AOVE, atender las nuevas demandas de transparencia de la ciudadanía y satisfacer una reivindicación histórica del sector oleícola, ya que la anterior normativa databa de 1983. Además, con la nueva norma Agricultura quiere impulsar la calidad de este alimento, fomentar el conocimiento de sus propiedades entre los consumidores españoles y situarlo en el lugar que le corresponde. Se trata de realzar el valor y otorgar el prestigio que merece a este alimento icónico de la producción agroalimentaria española y de la dieta mediterránea.

Con el fin de evitar confusiones entre los consumidores, los términos «virgen» y «virgen extra» solo se podrán utilizar para el aceite de oliva y no para ninguna otra grasa vegetal en el mercado español. Además se prohíbe en España la práctica conocida como ‘refrescado’, que consiste en mezclar aceites de oliva vírgenes de la campaña en curso con otros de campañas precedentes a fin de mejorar las características organolépticas del producto más antiguo. Por contra, afectaba a la durabilidad del aceite, que se acortaba frente a la de los aceites de las campañas en curso.

El sector demandaba esta actualización normativa en aras de una leal competencia entre todos los operadores. A partir de ahora, el sector oleícola contará con un plan nacional específico de control de trazabilidad, coordinado por el Ministerio de Agricultura y gestionado por las comunidades autónomas. Se trata de un refuerzo del control oficial en todo el sector que revertirá en más garantías para el consumidor.

Por primera vez, se obliga a llevar un sistema de trazabilidad estandarizado, muy exigente, que redundará en mayores garantías para el consumidor. Además, se obliga a que los movimientos de aceite vayan amparados por documentos de acompañamiento, herramienta indispensable para un mayor control. Así, los transportes a granel deberán ir acompañados de un boletín de análisis que garantice que la categoría declarada es la que dice ser. Este sistema de control, que no existe en ningún otro país del mundo, coloca a España en cabeza de las exigencias de calidad del aceite de oliva. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pondrá a disposición del sector y autoridades de control un sistema informático para este fin.

Para promover la imagen del aceite de oliva virgen extra (AOVE), se elaborará un código de buenas prácticas de adhesión voluntaria, consensuado entre el Ministerio de Agricultura y el de Consumo, así como con las asociaciones representativas del sector productor, de la industria, de la distribución y de los consumidores.

Las organizaciones agrarias recelan.

«Nuestras primeras impresiones tras analizar el comunicado emitido por el Ministerio, y a expensas de tener y analizar el texto completo, es que no se ha sido tan ambicioso y valiente como se requiere para proteger a la parte más vulnerable y necesitada de apoyo en el sector oleícola: las miles de explotaciones familiares que con el olivar tradicional dan el sustento a todo nuestro sector», han explicado desde UPA. La organización incide en que el olivar tradicional y las explotaciones familiares, precisamente el modelo mayoritario en nuestro país y aquel que nos coloca a la cabeza en producción mundial, han recibido con desilusión las primeras informaciones que parecen indicar que el decreto ha ignorado una demanda clave a pie de campo: introducir una definición en la norma para ese olivar tradicional. «Es indispensable que, dados los distintos modelos de producción que hoy en día conviven y compiten en el sector productor, la diferenciación entre los aceites de oliva procedentes de distintas formas de cultivo sea clara y apoyada por las Administraciones, dotándola de seguridad jurídica», indican. Asimismo, UPA se ha referido a otra petición que, según aprecian, también ha sido ignorada por el nuevo texto. Se trata de la separación de instalaciones en la industria, una medida que, tendría un importante impacto en toda la cadena puesto que ahondaría en las garantías de calidad del producto.

Sin embargo, desde la organización han valorado positivamente cambios como la prohibición de usar los términos «virgen» o «virgen extra» para otras grasas o el veto al ‘refrescado’. En todo caso, UPA cree que el decreto supondrá un avance importante en cuanto a trazabilidad ya que se han atendido los ruegos de mejorarla y transformar el sistema a fondo apoyándose en las nuevas herramientas informáticas de las que no se disponía hace cuatro décadas.

COAG, por su parte, ha calificado la nueva norma como «un paso muy importante». En cualquier caso, la organización advierte de que «hay muchas cuestiones que se alegaron y que no sabemos si el Ministerio ha tenido la valentía de sacar adelante o si finalmente ha salido un real decreto más descafeinado».

 

Recuperación en EEUU.

Como era previsible, la eliminación por parte de los Estados Unidos de los aranceles a la importación de aceites de oliva envasados en España ha provocado un auténtico terremoto en ese mercado. Las exportaciones de Aceites de Oliva de España se han disparado un 37,50% hasta alcanzar las 57.402 toneladas en el primer semestre del año. Un periodo en el que las importaciones totales de Estados Unidos han crecido un 1,43%, hasta las 207.522 toneladas. Eso significa que España ha recuperado una parte del mercado que cedió tras la imposición de las tasas adicionales a los aceites de oliva españoles envasados. De hecho, hasta junio, España logró una cuota sobre el total de importaciones del 27,66%, siete puntos más que la alcanzada en el mismo periodo de 2020. Supera así a Túnez, que en 2020 se situó como el segundo proveedor de aceites de oliva de Estados Unidos. Y lo más importante, nuestros aceites preparan el camino para volver a saltar al primer puesto en el que se situaban hace dos años, justo antes de ser expulsados del mercado por la decisión de la administración Trump. En concreto, en el primer semestre de 2019 España copaba el 41,67% del total de importaciones a ese mercado, casi diez puntos más que su más inmediato competidor.