El matricida de Parquesol se enfrenta a 20 años de prisión

Ical
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El juicio con jurado arrancará el próximo viernes en la Audiencia de Valladolid. Está acusado de matar a su madre, de 71 años y dependiente desde que en 2015 sufriera un ictus que la impedía moverse sin ayuda y hablar

El juicio por el matricidio de Parquesol será en septiembre

El acusado de asesinar a su madre impedida en el barrio de Parquesol de Valladolid, en enero de 2018, se enfrenta a una pena de 20 años de prisión. El juicio contra C.F.M., de 38 años, arrancará el próximo viernes en la Audiencia Provincial de Valladolid con la formación del jurado y está previsto que se prolongue hasta el día 20. Según sostiene el fiscal, C.F.M. está acusado de matar a su madre, de 71 años y dependiente desde que en 2015 sufriera un ictus que la impedía moverse sin ayuda y que la imposibilitaba emitir palabras. Además, la mujer también tenía afectada su capacidad de comprensión y sólo respondía ante órdenes sencillas y breves.

El acusado, que se encontraba en desempleo desde 2015 y que vivía gracias a la pensión de viudedad de su madre, comenzó a idear la muerte de su progenitora en enero de 2018. Según sostiene el fiscal, C.F.M. desbordado por la realidad cotidiana y por la carga que suponía el cuidado diario de su madre, el 29 de enero tomó la decisión de asesinarla. Antes, compró una cámara de vídeo, un billete de tren para Alicante, y llamó a la empleada del hogar para que no acudiera a trabajar ni la tarde del ese día ni la mañana del siguiente.

Así, sobre las tres de la tarde comenzó a suministrar a su madre, que se encontraba acostada en la cama, codeína y dosis tóxicas de citalopram, junto a dosis no tóxicas de ácido salicílico, Lorazepam, morfina, paracetamol y pregalalina. No obstante, y como la mujer no fallecía, el acusado la colocó algodones en la boca y en la nariz, fijados con cinta adhesiva, a la vez que la tapo la cara con la almohada para acelerar su muerte, que no se produjo hasta las 14 horas del día siguiente.

Después del crimen, el acusado viajó hasta Alicante y desde allí hasta Benidorm, donde en la madrugada del día 31 se alojó en un hotel. Desde su llegada al establecimiento, fue dejando notas en lugares visibles que anunciaban su intención de suicidarse, con frases como: “Por favor, no me ayuden, quiero morir”, aunque durante la noche no consumó su suicidio. Al mediodía y una vez que los empleados del hotel vieron las notas, entraron en la habitación donde dormía el acusado y llamaron a la Policía, que lo trasladó al hospital para un examen en el que no se apreció nada extraño. Cuando los agentes del CNP se personaron en su habitación, C.F.M. confesó el crimen

El fiscal sostiene que el acusado presenta un trastorno obsesivo compulsivo, una capacidad intelectual límite y un trastorno depresivo, pero es capaz de distinguir lo que está bien y lo que está mal, además de ser plenamente consciente de la situación de vulnerabilidad de su madre.

Además de una pena de 20 años de prisión y de diez de libertad vigilada por un delito de asesinato, con agravante de parentesco y atenuante de confesión, el fiscal también pide una indemnización para cada uno de sus hermanos de 20.100 euros y de 15.075 para su tía.