Los Jesuitas atienden a 50.000 ucranianos desde la invasión

D.V.
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El vallisoletano Alberto Ares, que dirige el Servicio Jesuita a Refugiados, anuncia que pretenden atender a 250.000 personas hasta finales de 2024, con un presupuesto de unos 13 millones

Representantes de la Red Íncola exponen la memoria de la ONG en 2021. - Foto: Ical

El vallisoletano Alberto Ares regresó hoy a su ciudad natal para explicar en la sede de la Fundación Red Íncola su trabajo como director del Servicio Jesuita a Refugiados, una red global, presente en 23 países de toda Europa, con la que brindan ayuda a las personas desplazadas. Según explicó, desde la invasión de Ucrania por parte de las tropas militares rusas el pasado 22 de febrero, ya han atendido en la zona a unas 50.000 personas, una cifra que pretenden multiplicar por cinco en los próximos tres años, para los que están "preparando una respuesta no solo en Ucrania", sino en todos los países donde cuentan con presencia, que les permita ofrecer una ayuda "integral" a los desplazados ucranianos.

"En Ucrania tenemos especial presencia sobre todo desde la crisis de 2015, cuando Rusia ocupó Crimea. Nuestras zonas de acción allí, además de en la capital, están en otras zonas del país como Leópolis, donde tenemos dos albergues y realizamos trabajo como puente para los refugiados que salen del país, especialmente hacia Polonia. Semanalmente y a diario les llevamos ayuda humanitaria, alimentos y cosas básicas", relató.

Recién llegado de la zona, explicó que el Servicio Jesuita a Refugiados trabaja con especial énfasis en los países limítrofes con Ucrania, como Polonia, Eslovaquia, Rumania y Hungría, además de expandir su trabajo a otras naciones como Moldavia gracias al apoyo de "una ong hermana", recoge Ical. 

"Ofrecemos a los refugiados una mirada integral sobre la realidad de las personas, con el objetivo de que quienes salen de su país tengan un lugar donde estar. Ante ese tipo de emergencias se vive una situación mucho peor de lo que parece. Los medios ya no tienen su foco de atención puesto allí, pero a nivel psicológico las familias están divididas (con los esposos en el frente y las mujeres y niños desplazados). Ellas piensan cada semana que podrán volver a su casa y ya llevan así cuatro meses. Es un golpe psicológico muy duro", señaló.

"Los niños están muy desubicados además. España sí tiene posibilidad de integrar en su sistema educativo a los niños refugiados, porque no llegan tantos, pero en esos países del entorno de Ucrania solo pueden recibir clases online. Nosotros les facilitamos tablets o medios para que puedan seguir escolarizados de forma virtual, pero habrá que ver qué sucede en septiembre, porque países como Polonia no tienen capacidad para acoger a todos en su sistema educativo, y en otras naciones como Rumania la situación de las familias es cada vez más compleja", relató. 

En declaraciones recogidas por Ical, Ares señaló que hasta el momento el Servicio Jesuita a Refugiados ha logrado reunir entre seis y siete millones de euros para desarrollar esa respuesta "a tres años" para los refugiados tras la invasión, una cifra que es alrededor de la mitad de lo que estiman necesario para poder ayudar a unas 250.000 personas hasta finales de 2024.