Francesco Scrimieri, creador de La Sava

Jesús Anta
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Una de las personas más importantes en el desarrollo de la industria de la automoción en Valladolid. Recaló en la ciudad con 24 años como mecánico de los soldados italianos y ya nunca se fue

Francesco Scrimieri.

Una de las personas más importantes en el desarrollo de la industria de la automoción en Valladolid fue el italiano Scrimieri. Recaló en la ciudad cuando contaba 24 años como mecánico de la expedición de soldados italianos que en 1938 vinieron a participar en la Guerra Civil. Y se quedó para siempre en Valladolid.

Francesco Scrimieri Margotti, comenzó su dilatada y abultada vida empresarial con un socio también italiano –que pocos años después volvió a Italia, dejando a Scrimieri como único propietario- fundando en 1940 la empresa Fada (Fábrica de Artículos de Aluminio). Se instaló en la calle Verbena hasta que en 1943 se trasladó a la carretera de Segovia, donde alcanzó un importante desarrollo industrial. Hasta el punto de que en 1953 fabrica un vehículo de tres ruedas y capacidad de carga para 1,5 toneladas. Vehículo que fue la base para que cuatro años más tarde arrancara la aventura empresarial por la que más se le recuerda: la creación de la fábrica Sava (Sociedad Anónima de Vehículos Industriales). Con un capital de 24 millones de las pesetas de entonces, la fábrica puso en circulación el vehículo P-54: una furgoneta (evolucionada de la de FADA) también de tres ruedas con capacidad de carga para 2 toneladas. Dos años después salió el siguiente vehículo y ya fue imparable el crecimiento de una amplia gama de modelos de vehículos industriales a motor en la que no faltaron camiones de gran tonelaje y especiales para obras públicas, autocares e incluso tractores.

'La Sava', como se la conocía popularmente, fue tejiendo alianzas con empresas británicas y francesas, ampliando capital y variando el accionariado hasta que, con el nombre de Iveco, se convirtió en una empresa internacional. Bien es verdad que en ese proceso Scrimieri fue perdiendo peso accionarial.

Pero Scrimieri no se limitó a una sola aventura empresarial, sino que impulsó otras empresas, como Mondial Piston España, Tecnauto, Motransa e Inausa. También acometió la construcción de 50 viviendas en el año 1959 en el barrio de las Delicias. Su hermano Nicolás y su hijo Vicente acompañaron a Francesco en diversos puestos directivos de las empresas en las que participaba.

En el campo de la automoción se le puede considerar pionero mundial del vehículo eléctrico. En 1986 Scrimieri presenta un vehículo híbrido combustible-electricidad en el Salón Internacional de Ginebra, en el que participaron además otros 22 inventores españoles. Su prototipo obtuvo la medalla de oro del Salón. Scrimieri le presentó como un vehículo ecológico, en cuyo diseño intervino decisivamente su hijo Vicente, además de otros dos ingenieros. Se trataba de un vehículo de cinco toneladas que emitía un ruido muy inferior a los convencionales de gasoil o gasolina, de cuyo desarrollo se encargaría la empresa Inausa, también creada por Scrimieri.

Inmediatamente el Ayuntamiento de Valladolid incorporó un vehículo en calidad de pruebas, al servicio de limpieza. Otro tanto hizo la ciudad de Burgos. Y, sobre todo, adquirió mayor resonancia cuando también el Ayuntamiento de Roma se interesó por el prototipo añadiéndole a su servicio de recogida de basuras.

Cuando años después, en 1992, Renault presenta su vehículo urbano eléctrico en el Salón de París, la prensa recordó que fue Scrimieri, en Valladolid, quien comenzó a dar pasos firmes en la modalidad de vehículos eléctricos, aunque su prototipo no alcanzara el éxito deseado.

Francesco Scrimieri falleció el 9 de octubre de 1993, a los 79 años, y en 2014 el Ayuntamiento puso su nombre a una calle en la Huerta del Rey.