Editorial

Altas expectativas en Biden para unir a EEUU y vencer a la pandemia

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El cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos afronta desde ayer tres importantes y urgentes retos: vencer la pandemia en uno de los países occidentales más castigados y hacerlo a través de una vacunación masiva, desandar la fractura política y social de los estadounidenses y recuperar la potente economía americana de la peor crisis de su historia desde la Gran Depresión. El líder demócrata, que siempre soñó en su dilatada trayectoria política con llegar a la Casa Blanca, se asoma a un mar de obstáculos inmediatos que difícilmente superará si no corta con urgencia la tragedia diaria de la covid que asola de costa a costa toda la nación. Venía obligado que entre sus primeras medidas en los 100 días iniciales de su Presidencia esté apostar por una vacunación urgente para retomar la iniciativa de la crisis sanitaria. Parte del descrédito y caída última de Trump es subsidiaria de su pésima gestión al afrontar una pandemia que desoyó por completo. 

Serenar y rebajar la polarización de la sociedad es, sin duda, otro de los desafíos no menores a los que Joe Biden se enfrenta en estos próximos cuatro años. Consciente de que 74 millones de votantes optaron por el magnate republicano, la incógnita reside en conocer hasta dónde es capaz el partido de Trump de prolongar más el extremismo y hasta dónde Biden está dispuesto a reconducir la convivencia tan deteriora en la democracia estadounidense con el asalto del Capitolio como advertencia seria del nivel de desencanto de una buena parte de la ciudadanía. Deberá esforzarse Biden en reabrir los Estados Unidos de Norteamérica al mundo, pero también en cauterizar las heridas abiertas que deja su predecesor: «No habrá paz sin unidad, solo amargura», dijo en su investidura. «La democracia ha prevalecido», remató.

Otra de las aristas que el nuevo presidente deberá pulir está directamente relacionada con la recuperación económica y la vuelta al liderazgo mundial, abiertamente amenazado estos últimos años por potencias que vieron en Trump a su caballo de Troya, caso de China o Rusia. La nueva administración demócrata aspira igualmente a retomar históricas posiciones abandonadas por el expresidente, caso de la lucha por el medioambiente o la restauración del multilateralismo, que urge tras una etapa aislacionista que, en la política doméstica, fue beneficiosa para el republicano saliente.  

La era de Trump le ha servido a la UE para reafirmar su autonomía frente a la Casa Blanca. Llega la oportunidad de incrementar las relaciones con Washington, pero una vez que Reino Unido ha confirmado el Brexit, Europa está llamada a consolidar el liderazgo en esta parte del mundo y ser uno de los aliados referentes de EEUU, ya que la dupla Biden-Harris aspira a retomar posiciones abandonadas por Trump en las instituciones internacionales.