Una manifestación de varios centenares de personas reclamando el soterramiento junto a las obras del futuro triple paso de Labradores. Esa es la imagen que deja la segunda convocatoria de la Plataforma por el Soterramiento de Valladolid para reactivar el proyecto de enterrar las vías frente al que está en ejecución que opta por pasos y pasarelas para salvar esta cicatriz urbana.
Este movimiento civil ya se manifestó el pasado 20 de enero, junto al acceso del paso peatonal del túnel de Delicias, para reivindicar la viabilidad del soterramiento, descartado en 2017 por las tres administraciones que deben financiar esta obra millonaria. Esta plataforma, nacida hace seis meses, rechaza la opción de la integración por los inconvenientes que ven a mantener las vías en superficie.
Hasta este momento han conseguido sumar 14 colectivos vecinales y organizaciones ciudadanas a su casa, además de al Partido Popular y Voz, cuyos representantes municipales han estado presentes en las dos movilizaciones, incluida la celebrada este jueves. El argumentario es que se retome el soterramiento, como ADIF está haciendo en otras ciudades, al tiempo que rechazan tanto las condiciones económicas del actual convenio para la integración como la justificación de la deuda de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV) a la hora de desistir de la obra original.
balance. El presidente de la Plataforma, Alfonso Peña, hizo esta semana balance de las actuaciones llevadas a cabo en los últimos seis meses y calificó de «altamente positiva» la respuesta de la ciudadanía. Otro de los portavoces de la organización, Cecilio Vadillo, se felicitó por haber conseguido «centrar de nuevo el debate», recuperar «la ilusión de muchos ciudadanos» y demostrar «que el proyecto es posible económicamente y técnicamente». «Muchas ciudades lo han conseguido, en algunos casos incluso financiado al cien por cien por ADIF o renegociando la aportación municipal como en el caso de Murcia. Que alguien explique por qué aquí no», planteó Vadillo, quien criticó que «más allá de descalificaciones» no han recibido en estos meses «ni un argumento sólido de por qué es inviable» el soterramiento.
Alfonso Peña aseguró que «empieza a haber un clamor general» en la ciudad a favor de soterrar las vías para evitar que los barrios del otro lado del muro estén «cada vez más degradados». A su juicio, los nuevos túneles planteados en el modelo de integración «perpetúan la barrera existente» y añaden otras «urbanísticas nuevas» con un dinero gastado que «agrava el problema» y supone «despilfarrar recursos».