Placa por las represaliadas en la Guerra Civil y el franquismo

D.V.
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La lámina en la Biblioteca Reina Sofía recuerda a las vallisoletanas que asumieron durante la segunda República protagonismo en la lucha social, la política o la igualdad

Descubrimiento de la placa en recuerdo a las mujeres vallisoletanas represaliadas durante la Guerra Civil y el franquismo. - Foto: Miriam Chacn ICAL

Una placa colocada en la fachada del edificio que acoge la actual Biblioteca Reina Sofía de la Universidad de Valladolid, antigua Cárcel de Chancillería, recuerda a los "centenares" de mujeres que estuvieron allí presas, algunas de ellas también fueron ejecutadas, durante la Guerra Civil y el franquismo.

La placa es fruto de la investigación desarrollada por un equipo de la Fundación Jesús Pereda de Comisiones Obreras, encabezado por la historiadora María Jesús Izquierdo, y se ha descubierto este lunes en un acto al que han asistido el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, el equipo de Gobierno municipal y representantes de otros grupos de la corporación, el secretario general de CCOO Castilla y León, Vicente Andrés; el rector de la UVa, Antonio Largo Cabrerizo; y la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, además de familiares de las mujeres que fueron represaliadas y de simpatizantes socialistas y republicanos.

Junto a José Mariano Rodríguez Rico y Gonzalo Franco Blanco, Izquierdo ha recopilado para la memoria pública la historia de los cientos de mujeres "de entre 15 y 67 años" que estuvieron presas desde 1936 hasta entrados los años 40 en unas condiciones "deplorables".

La propia María Jesús Izquierdo ya intervino el pasado 8 de marzo en el acto institucional celebrado en el Ayuntamiento de Valladolid con motivo del Día Internacional de la Mujer para reivindicar la memoria de estas vallisoletanas.

La cárcel vieja, como ha recordado la historiadora y recoge Europa Press, estuvo cerrada desde unos años antes del levantamiento militar, por lo que estaba en unas condiciones pésimas cuando los sublevados la recuperaron como espacio ante el creciente número de represaliados y condenados durante los primeros meses de la Guerra Civil.

Este espacio, ubicado en la actual calle Chancillería, fue cimentando su carácter de presidio exclusivo femenino desde finales del verano de 1936 y allí se "hacinaron" centenares de ciudadanas, tanto de Valladolid capital como de la provincia, así como mujeres procedentes de otros establecimientos penitenciarios del resto del país.

Estuvieron encerradas, según Izquierdo "en condiciones deplorables, ocupando todos los espacios (pasillos, patio y rellanos)" obreras de todo tipo de oficios, maestras, dirigentes políticas y sindicales. La mayoría "fueron presas gubernativas, es decir, nunca serían juzgadas, estaban a disposición del gobernador civil y pasaron en la cárcel el tiempo que arbitrariamente les asignaba la autoridad franquista".

La historiadora también ha subrayado que aquí se aplicó "la represión de género con todo tipo de humillaciones, como rapados, aceite de ricino y violencia sexual".

Dentro de la prisión, las mujeres represaliadas trataron de mantener su resistencia y su lucha dentro de los muros y los sótanos de la prisión en las que "las encerraron junto a todos sus sueños" pero Izquierdo ha defendido que ellas "fueron valientes" y pudieron salir vivas a la calle en muchos casos.

"Tuvieron que reconstruir sus vidas desde las cenizas y también fueron las guardianas de la memoria y ejercieron la resistencia en sus vidas", ha apostillado.

"Pedagogía"

Toda esta información se puede consultar mediante un código QR plasmado en la propia placa, algo que recomienda Izquierdo porque España "no necesita silencio, necesita verdad, justicia y reparación".

Según la historiadora, las referencias actuales de una parte de la sociedad a la recuperación de la memoria histórica con expresiones como "memoria histórica", "querer ganar en los libros una guerra que perdieron" o "subcampeones en 1939", hacen necesario "no solo leyes, sino también un proceso pedagógico" para no "caer en la equidistancia".

"El rastro de su vil victoria" -en referencia al triunfo de las tropas de derechas en la Guerra Civil- está presente, a juicio de Izquierdo "cada vez que no se abre una fosa, que no se identifica un lugar como éste", y por ello ha reivindicado el recuerdo "con la alegría como trinchera".

Apoyo de todos los concejales menos uno

Por su parte, el alcalde de la ciudad, el socialista Óscar Puente, ha tomado la palabra para recordar que este homenaje fue aprobado en el Pleno municipal con el apoyo de 26 de los 27 concejales de la Corporación y un sólo voto en contra que el regidor ha ironizado que no va a mencionar de quién provino -fue el único concejal de Vox-.

Para el alcalde también es necesario "recordar hechos del pasado" para que "no se repitan nunca", pero ha apuntado que "paradójicamente" hay otros que aseguran que esos tiempos eran "mejores" pero "no quieren que se recuerde".

También ha advertido de un relato presente en la actualidad "basado en el olvido y la mentira como herramienta política", de modo que ha reclamado que no se debe permitir "que el olvido devuelva al lugar donde nunca debemos regresar, al lugar que abandonamos aunque la lucha nunca parece del todo terminada".

En el acto también ha intervenido Saturnino de la Torre, nieto de Eloísa de Castro, una de las mujeres que estuvieron presas en esta cárcel, que con mucha emoción ha repasado la historia de su antecesora, una modista militante republicana que participó en "alguna manifestación que otra" y que regaló los trajes al coro de la Casa del Pueblo.

Eloísa fue apresada junto a su padre y uno de sus hijos -padre a su vez- también militantes y estuvo presa tanto en esta cárcel como en otros dos presidios fuera de Valladolid, entre ellos el de Palma de Mallorca.

Saturnino de la Torre ha recordado que su abuela, a la que conoció en su infancia, relataba todo aquella de manera "telegráfica", por lo que lo que más le ha marcado de ellos fueron las "ratas de tamaño considerable" con las que tenían que convivir en los sótanos y la falta de luz durante años, lo que provocó que Eloísa cuando finalmente salió a la calle estuvo "ciega" varios días hasta que se volvió a adaptar al aire libre.

Esta placa se une a varios lugares "de la memoria" más que ha identificado y señalizado la Fundación Jesús Pereda, como el Ayuntamiento de Valladolid, donde se instaló el pasado año una escultura en homenaje a los trabajadores municipales represaliados tras el levantamiento militar; y a la Casa del Pueblo.

Se da la circunstancia de que esta placa se sitúa junto a otra en la que en ese caso se recuerda a los gitanos represaliados en la 'Gran Redada' que se produjo en 1749 en distintos puntos de España.

El acto ha finalizado con una representación teatral que ha simbolizado la represión que sufrieron estas mujeres y con el cierre de un sonoro "Viva la República".